CRÓNICAS MARCIANAS 29

EL MIEDO

Las imágenes del fuego en algunas calles de Barcelona que ha ido increscendo en estas noches de protestas es sinónimo de una irracionalidad que raya la peligrosidad para la seguridad de las personas y por tanto para la convivencia pacífica de la sociedad catalana.

La imagen de una señora combatiendo las llamas desde su casa, en la calle Roger de Flor, con cubos de agua y con cara de pánico por el miedo intrínseco de lo que está viend, es el resumen final de una barbarie innecesaria y que pone en peligro la esencia de lo que se quiere conseguir.

La crónica de Ángela Vinent sobre lo que ha vivido esta madrugada en los alrededores del Paseo de Sant Joan de Barcelona y su diálogo con uno de los “fogoneros” es reveladora de la situación real que entre todos hemos creado entorno a una Catalunya divida en dos.

A partir de aquí cabe empezar a colocar las cosas en su justo lugar. Primero la responsabilidad política de esta situación, que no es otra que la del President de la Generalitat, señor Torra, aleccionando de manera velada la necesidad de conquistar las calles de Catalunya en contra de una sentencia que para él y una parte sustancial de los ciudadanos de Catalunya es injusta. “una venganza” vino a decir. Apelando a la desobediencia civil. Para unos las palabras de este “señor con cargo” es sumarse a las “marxas” pacíficas y en tono festivo-reivindicativo” de la sociedad catalana como ya demostró en aquella manifestación contra la guerra del Irak o las protestas tras la 1-O (que gran lección de civismo). Para otros es cortar las principales vías de comunicación para conseguir la concienciación de otros ciudadanos (legítimo, excepto en el caso del aeropuerto) Para algunos (como se ha demostrado) es sembrar el miedo mediante una violencia controlada (están perfectamente organizados…pirotecnia, molotov, ácido) y con el fin último de convertir Barcelona un campo de batalla que se vea reflejado en los medios de comunicación internacionales (seguramente objetivo cumplido) Una persona con responsabilidades políticas y de gobierno (como es el caso) no puede crear dudas entre sus ciudadanos sobre cual ha de ser su conducta en estos casos donde los sentimientos se imponen a la razón. El final es siempre el mismo…incidentes, heridos, detenidos, fuego y especialmente miedo que se transmite a “sus gobernados”

No se puede condenar la violencia callejera al tercer día con nocturnidad y alevosía. Afirmando para cubrirse las espaldas ante los CDR que se trata de provocadores e infiltrados (haberlos, hailos) Pero asuma que su silencio (cómplice) y la laxitud en el cumplimiento de su deber como gobernante nos ha llevado a esta situación de miedo. Apelar al diálogo desde una política basada en la protesta violenta para presionar a la otra parte (estado) es un terrible error de cálculo y más ante una consulta electoral donde Catalunya también juega en el resto de España. Hay que acabar, con la contundencia necesaria y con las leyes en la mano, con esta escalada de violencia y trasladar a la manifestación del viernes (pacífica, ciudadana y festiva) toda la legitimidad política de una parte de la sociedad catalana contra la “sentencia” que consideran injusta…Usted, señor Torra, debe asumir su responsabilidad política en una actuación errática y perjudicial para los interese generales.

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