LA CIUDAD Y LOS PERROS ETAPA 12

LA CIUDAD Y LOS PERROS

Tocaba acometer la primera de las dos etapas de la Ruta de la Plata que tiene este recorrido “sus generis” que estamos haciendo hasta Santiago. Y hoy tenía el firme propósito de no equivocarme en el trayecto de Zamora a Montamarta (las otras dos que lo he hecho me he equivocado al salir de Zamora) y no pasar por La Hiniesta (a pesar de que su iglesia de Santa María es de las más bonitas de la provincia) y hacer esos 3 kms de más. La primera hora del día ha sido adivinar el camino por una carretera y una pista en las que no se veía absolutamente nada a menos de 100 metros por una niebla espesa. Menos mal que han mejorado las indicaciones del Camino en la ciudad. Con esas aparecen los primeros rayos de sol que nos no abandonarán en todo el día (bueno ahora ya oscurece). Por una pista (andadero) embarrada, consecuencia de la lluvia de ayer, se llega a Roales del Pan. Un largo pueblo que me recuerda el título de la novela de Vargas LLosa y que encabeza esta crónica por la cantidad de excrementos de perros en todo su recorrido…impresentable. Cualquier cosa que puedas contar de Roales de Pan se circunscribe a este hecho (es un lugar prescindible) Desde allí por pistas (andaderos) nos vamos a Montamarta. 12 kms y medio de un paisaje monótono (para algunos feo) como el que encuentras en la zona palentina de Tierra de Campos. Pero es que esto es Castilla, cereales y campos de cultivo que en primavera verdean y en invierno no son tan bonitos (a mi me gusta ese horizonte, como me gusta Tierra de Campos) Esta llanura te permite un caminar vivo solo interrumpido por la presencia de algunas parejas de cigüeñas en sus nidos en los postes de alta tensión que empiezan el apareamiento. Es bonito el cortejo. Con esas apareces en Montamarta a pies del monumento al Zangarrón, personaje que da pie a la fiesta de los “quintos” el 1 y el 6 de febrero. En ella un quinto del año se viste de ese personaje y va repartiendo estopa a soltero y coetáneos…y hasta aquí el “paseo de casi 20 kms”. Pero había que volver a Zamora a pernoctar, porque en esta localidad casi todo está cerrado. Y qué mejor que pasear por al calle Santa Clara y observar sus casas de principios del siglo XX. Si el románico es su principal atractivo turístico, a mi estas casas con aires del modernismo como estilo arquitectónico me parecen un ejemplo de conservación de valores que una ciudad que los tiene no los puede perder. Zamora señores desde que la conocí (por encima) hace ahora 6 años me parece una ciudad de obligado cumplimiento si quieres conocer la España de nuestras entre telas. Mañana segunda de la Ruta de la Plata hasta Granja de Moreruela…