ETAPA 26 DE GRANJA DE MORERUELA A TÁBARA

FICHA TÉCNICA:

26 kms. Salida a las 7,40 horas. Llegada a las 14,10 horas. Con una equivocación de 2 kms.

Pasos intermedios: Faramontanos de Tábara a los 19 kms.

Alojamiento: seguimos en la casa rural Tío Quico de granja de Moreruela. Comida en El roble de Tábara. Muy bien el menú de 9 €. Muy recomendable.

La etapa es de una belleza muy singular por cuanto transcurre por unas dehesas tupidas, de esas que venimos denominando campos de golf por la alfombra verde que rodea a las encinas.

Después de una bajada criminal hasta la carretera ZA-123. Cruzamos el Esla por el puente Quintos construido en 1920 con piedra de la población de Bretó. El espectáculo paisajista en ese punto es de los que huelen a colección de fotos.

El camino toma una senda a la izquierda, nada más terminar el puente, que obliga a estar muy atento para no caerse.  Piedras y más piedras hacen del bastón un elemento imprescindible. Llegamos hasta la misma orilla del Esla y en ese momento se inicia una ascensión hacia la colina más próxima que obliga a un esfuerzo suplementario. Ya me falta el resuello.

Estar atentos porque las indicaciones son escasas y puede darse la equivocación. A los pocos metros del despiste encontramos una senda más ancha y una flecha en una encina que nos devuelve la tranquilidad. Delante una familia de holandeses con niño y niña, la parejita y perro incluido que llevaba su mochila incorporada. Ellos nos miran como interrogándonos sobre el camino a seguir. Uy la flecha, ya está.

Seguimos por un paisaje de esos bonitos de esta camino, aunque ya no estamos en la vía de la Plata, sino en el Sanabrés. Al llegar al área de la finca Val de la Rosa se acaba el paisaje idílico y empieza una pista agrícola que en el más absoluto desierto nos lleva hasta Faramontanos de Tábara. Tiempo para una coca cola reparadora de tanto calor y afrontar el ultimo trecho de unos siete kilómetros que nos llevara hasta Távara.

Todo apunta a que es fácil, pero con las obras de la autopista la cosa se complica y algunos, como nosotros en una revuelta del camino nos despistamos y seguimos recto cuando había que torcer a la derecha y nos internamos en un bosque de roble y encinas del que salimos gracias al GPS y a la capacidad de orientación.

Con esa tortura de más en las piernas llegamos a Tábara por el lado contrario de los demás. Buscamos la plaza Mayor y antes la iglesia románica de Santa María que según cuentan las crónicas se construyó sobre el monasterio mozárabe de San Salvador. La iglesia fue consagrada en 1137. Hoy conserva la torre y los muros laterales y la portada.

Aquí nos quedamos. A comer en casa roble un buen acierto.