CON MIS HUESOS NO…

En este país las cosas empiezan a funcionar a las diez. Antes es hora de desayunos y café (por lo menos en lo que a los monumentos se refiere. Y se paga en todos) Lo digo porque con un programa apretado, nos quedaba por ver en Elvas los dos fortes. El de Nosa Senhora de Graça y el de Santa Luzia…calculando las distancia entre uno y otro (están extramuros de la ciudad) y la dirección posterior hacia Évora. A eso de las 9,45 estábamos ya en Graça (sorpresa estaba cerrado) Puestos a ganar tiempo hemos tomado las últimas fotos de Elvas con la muralla al frente y del acueducto, el más espectacular de los que hemos visto y los hay altos y largos. Después en un montículo que da encima de la primera muralla de este “forte” hemos podido tener una visión de conjunto y los detalles de esta construcción de defensa a la europea (holandesa le llaman aquí) Con esas a Santa Luzia donde está el museo militar. Allí estaba abierto, pero eso de militar no entraba en nuestros planes. Carretera y manta, como vulgarmente se dice y a Évora, otra ciudad Patrimonio de la Humanidad (estos tienen ya unas cuantas) La verdad es que a medida que vas cruzando Portugal de norte a sur te das cuenta de la importancia que tiene la historia en este país. Ningún pueblo o ciudad que se precie deja de tener su “Castelo” y en muy buen estado (se nota que tuvieron menos problemas internos y destruyeron poco) Las restauraciones, especialmente en los siglos XVIII y XIX han sido muy fructíferas. Évora que como vestigios romanos tiene el templo, aquí le llaman de Diana (será por similitud con el de Mérida) y unas termas. Tiene por contra una serie de monumentos religiosos de los siglos del XIII al XVII excepcionales. Su catedral reúne en si misma románico, gótico y manuelino, tanto en el templo como en el claustro. Sus tres torres son de una gran  monumentalidad (por cierto es de obligado cumplimiento visitar el museo de arte sacro, hay piezas de extraordinario valor) La iglesia de San Francisco es otro ejemplo de mezcla de estilos. La Universidad es otro de los atractivos de una ciudad que toda ella respira historia. Cada siglo ha dejado su impronta y la plaza de Giraldo es un ejemplo (los acontecimientos ciudadanos que ha conocido esta plaza desde el siglo XV lo atestiguan) Hay que añadir, como en otras ciudades, el acueducto de la Plata, siglo XVI. Frente al teatro romano está la iglesia de San Juan, hoy propiedad privada del Palacio Cadaval (nada que ver con los Morancos). Pese a que cuesta 4 € la entrada merece la pena (sus azulejos solo lo valen, pero es que además podrás ver el osario y un aljibe árabe anterior a la iglesia. He dejado para el final lo más singular que hemos visto en Évora y quizás en todo Portugal. Anexa a la iglesia de San Francisco está la Capela de los Ossos (huesos, no confundirse). Una capilla construida por los franciscanos con los huesos y las calaveras de los cementerios de la ciudad. Las fotos (instragram y facebook) son de lo más tétrico que nos hemos echado a la cara. Hasta el pantocrator tiene ese sentido…la inscripción en la entrada es reveladora de la mente de aquellos monjes del siglo XVI “Los huesos que aquí estamos por los vuestros esperamos”…tela marinera. Y esto con otras cosas más (para eso sirven las guías) Évora no te deja indiferente. Como esto de viajar en autocaravana  te permite alguna improvisación (o las que quieras) nos hemos ido a Arraiolos…20 kms al norte de Évora porque la guía (ven como sirven) nos dice que es la capital de las alfombras “persas y turcas” de Portugal…Un pueblo bien conservado, con su Castelo y casi todo pintado en blanco y azulete (por no decir aquello de blanquiazul que queda algo “periquito”) En Arraiolos, la mayoría de los ciudadanos tienen algo que ver con la producción de alfombras o tapetes como aquí les dicen…la tradición se remonta a la formación de la localidad como la conocemos hoy (incluso se han encontrado en el subsuelo muestras de recipientes para el tinte de pieles como los que hay en el norte de África…en el museo del tapete hay una sustancial muestra). Vale la pena pasar por aquí. Si ayer hablábamos del paisaje de este Alentejo (desconocido para mi). El de hoy corrobora todo lo que decíamos ayer…incluso me permito decir que los pueblos que hemos atravesado son gemelos a los del otro lado de la frontera con España. Por poner ejemplos prácticos Villafranca de Barros o Monesterio tiene sus correspondientes en este lado de la frontera (pueblos largos y con un denominador común que son las casas de una planta y blancas en su mayoría). Mañana empezamos nuestro camino hacia el Cabo San Vicente….mañana