Víspera de la entrada en Santiago por el Sanabrés después de 23 días de Caminata y 2 de desplazamientos hasta las dos salidas, Burgos y Ponferrada. Silleda hasta Ponte de Ulla o lo que s lo mismop, la entrada en A Coruña. Un sube y baja (rompepiernas, se llama) hasta llegar a la bajada al río Ulla que es una de las icónicas de este sanabrés. Lo demás es historia ya conocida…corredorias y asfalto entre parroquias y aldeas. Carballos centenarios y carballos para leña del invierno, alfombra de hojas y aparecen los primeros (algo escasos) eucaliptus para papel. A mitad de etapa llegamos a San Martiño de Dornelas. Iglesia del siglo XII que conserva su ábside y algunos ornamentos románicos de varias escuelas. El Camino tiene esas sorpresas, como esta iglesia en medio de la casi nada. De ahí un paseo entre vegetación y más núcleos urbanos (vamos de tres casas) hasta llegar al principal escollo de esta etapa. La bajada al río Ulla, frontera entre Pontevedra y A Coruña es de lo más exigente que hay en los “caminos”. Ya te anuncian el 10% nada más mirarla, pero luego se nota en las piernas (rodillas y algún que otro esfuerzo muscular) Superado el trago llegamos a Ponte de Ulla donde la iglesia de la Magdalena, que conserva el ábside románico pone punto y final a esta víspera. Dejamos para mañana la emoción de llegar “sanos y salvos” a la plaza del Obradoiro y los festejos posteriores (se trata de la comida en el mercado de Santiago)