ETAPA 28 MELIDE-ARZUA

EL OTRO CAMINO

Se acuerdan cuándo desde este mismo medio (el Facebook o el de amigos, washapp) hablábamos de los por qué del Camino. Pues uno de ellos es conocer de cerca muchas de las  cosas que aporta a tu conocimiento…cultural y otros menesteres del espíritu o como es el caso recordar buenos momentos (suelen ser siempre gastronómicos). Melide-Arzua ya entra en esos recuerdos (A Garnacha con el pulpo) Brandariz con el rodaballo “sobre cama de patatas” de una Mari Carmen ( que diez años después de áquel sigue en la brecha, aunque hubo otros de inconfesable delicia) La etapa son apenas 15 kms de recorrido por esas “corredorias” entre comillas, rellenas de carballeiras que hacen del Camino una belleza única…a estas alturas del Camino, cuando atisbas Compostela allá (detrás de muchas montañas) a lo lejos no vamos hablar de meigas u obisome que por mucho que lo neguemos existen. Etapas de subes y bajas. De aldeas y parroquias con vacas de leche o cría y kms que se descuentan de los mojones de un Camino donde se juntan Primitivo y francés. Una vez en Arzua,,,por la cuesta desde Castañeda nos alojamos en Casa Nené. Un lugar ideal para pernoctar. A las puertas nos recoge Carlos para llevarnos hasta Brandariz. Apenas 9 kms y a las puertas del primer y sentido homenaje gastronómico a este Camino. Hace diez años de la primera experiencia en este lugar, pero como si hubiera sido grabado a fuego en los anales de los once Caminos siempre surge en algún momento y en el de ahora (desde Málaga) fue una constante en el pensamiento de André (sabedor que pasábamos por Arzua). Cumplido sus deseos, allí estábamos y con Pepe y Milagros (diez años más viejos. Él sobre todo) en la mesa. Almejas en salsa (solo había que ver los ojos del franchutis para saber la importancia del plato) y después la lujuria que nos ha traído hasta aquí (creo que entre los pecado capitales se llama gula). Rodaballo salvaje y patatas al horno (nunca sabes que es lo mejor, si el pescado o las patatas) Luego, por si no hubiera sido suficiente. Mari Carmen nos preparó un osobuco al horno que completó el menú (sin postre) No les he dicho que la carne es producto propio (porque en el recinto pastan las vacas y los terneros que luego acaban en el palto) Para acabar unas filloas rellenas de crema pastelera y queixo (de Arzua, claro) con miel…Fin de la jornada (comprenderán que no daba para más)