ETAPA 6 ENCINAS REALES-LUCENA

EL TREN DE LAS 23,58 HORAS

Ni hay tren, ni ahora son las 23,58 de un día cualquiera. Pero es la gran historia de un pequeño nacido en Toulouse con toda su ascendencia en Italia. En el colegio francés era el spaguetti o macarroni y en Florencia “el francés” justamente…su identidad, como confiesa (en un momento de sinceridad que te proporciona caminar juntos durante más de cuatro o cinco horas cada día. Es el Camino donde se habla de lo divino, de lo humano y de lo nuestro) está en ese tren “Irún-Toulouse-Florencia-Roma” de las 23,58 que lo devolvía a unos orígenes que vivía en casa. “Hoy, ese tren, ya no existe” me dice y “ando algo desubicado” reconoce, mientras se expresa en francés o italiano que de los dos sabe. Historias como esta se suceden en estas mañanas donde tratamos de andar con divertimento y ocurrencias o en el más puro silencio según las condiciones del terreno (o sube o baja o paseamos a lo llano) La etapa de hoy comenzaba con los primero fríos (0 grados) y con una subida que invitaba al silencio y la meditación (del qué hago yo aquí con frío y a estas horas) Luego de una bajada recuperadora, la sorpresa del día…la guía dice “vadear el río Anzur”, pero no pone nada de una ruta alternativa por si baja con mucha agua…y bajaba…así que peregrinos al agua y mojarse las botas, los calcetines, los pies y los bajos de los pantalones…una alegría (en verano) una preocupación (en invierno) A partir de ahí se inicia una subida, suave pero constante de más de 3 kms…cuando piensas que llegas al llano te desvías hacia una nueva subida que no dejas hasta su bajada correspondiente que te lleva hasta el polígono industrial de Lucena (la cruz de esta etapa) más de 4 kms de fábricas (muchas cerradas, especialmente de muebles) concesionarios de coches. Y un largo etc de no me he fijado porque es de lo más aburrido que tienen los Caminos. Pasado el km 20, aunque los diferentes puntos de información hablan de 18 kms…llegas a las puertas de Lucena y de ahí 1,8 kms hasta el castillo donde puedes sellar. No he querido referenciar otra vez los olivos que son la constante en el paisaje. Pero hoy tocaba una reflexión viendo varear a algunos agricultores. Si hay millones y millones de olivos en todas estas sierras y hemos calculado que se tardan unos 20 minutos en varear uno por mucho que trabajen “es imposible” llegar a completar este trabajo…dudas razonables para unos ignorantes del tema…La segunda sorpresa del día estaba en el alojamiento…en Cabra. Pensión Guerrero…Un establecimiento más que correcto para un Camino (tiene un 9,3 de puntuación en booking) Con una atención personalizada espectacular y un lugar entrañable a modo de pensión completa que sirve de refugio a personas, algunas de ellas singulares. Comida excelente (el cocido de este mediodía era reparador del cansancio) y por la noche tortilla al gusto del consumidor…una maravilla. Mañana toca una etapa corta por la Vía Verde del tren del aceite, que nos dejará al pie de este alojamiento…