ADIÓS A LOS MARES DEL SUR

ADIÓS A LOS MARES DEL SUR

Siempre el último día tiene algo de especial (seguramente la nostalgia de los días que hemos pasado) Otra vez el miedo a la mala mar, aunque ya más pormenorizado después de que ayer no pasara nada (y hoy tampoco) Desayuno (sin diamantes, o lo que es lo mismo sin baño previo) a las ocho y diez (por fin una hora decente de desayunar) Y poco después salimos de nuestra bahía donde hemos pasado la noche camino de otra donde esperar la hora de regresar a Bodrum (fin del viaje en goleta) Mar en calma con vientos de popa y el capitán ordena desplegar todas las velas, la mayor el trinquete y la génova…”Viento en popa y a toda vela” se titula este penúltimo episodio de este viaje por los mares del sur. Que gozada de travesía a 7 nudos a favor de viento, mientras nos cruzamos con otras goletas en sentido contrario, también con las velas desplegadas. Así hasta esa última bahía donde fondeamos rodeados de otras goletas y de algún que otro buque turístico (fiesta continuada y alcohol, por lo que vemos) Aquí si, baño con el agua a 22,8 grados (dos menos que ayer y se nota). Comida espectacular, como siempre y siesta de rigor.  De ahí en un periquete hasta Bodrum (aquí empieza la siguiente odisea) a buscar sitio para atracar, y pasan los minutos y el puerto está completo, como el parquing de corte ingles en vísperas de navidad. Menos mala que vemos una goleta que parte en viernes y no en sábado. Allá que vamos, el espacio (estrecho) demasiado justo (todos pensamos que no entraba)…poco apoco con algún susto y grito de alerta por si tocábamos barco con barco hasta el muelle (ahora entiendo lo que es meter un camello por el agujero de un alfiler) Aquí comienza la tarde de las últimas compras (que si la niña, que la hermana, los nietos y por último lo de “has pensado en tu cuñado”, por favor también ese?) Una tienda, otra tienda y seguimos, un regateo… el bolso no me gusta…”pero mire los zapatos, le quedan de lujo”. Cansancio adicional y regreso al barco a preparar maletas, que mañana hay que madrugar. Cena al uso, pero al igual que el anterior viaje cerrada con una lubina a la sal flameada…Ahora toca dormir que mañana nos vamos a Estambul muy temprano. El viaje ha sido un éxito completo…el tiempo nos ha acompañado…la relación personal estaba asegurada. Menos mal que Miquel y yo hemos contribuido decisivamente a mantener una cierta paz en aquellos intentos de conflicto (no mencionaré los protagonistas). La verdad es que nos quedamos con el grito de guerra “Tengo los huevos helados”…