DÍA SEGUNDO Roda de Isábena a Echo

DIÍA SEGUNDO

Lugar de Origen: Roda de Isábena (Huesca-Aragón-España)
Lugar de Destino: Echo (Huesca-Aragón-España)
Visitaremos, Lugarres-Capella-Alquezar-Ainsa.
Prácticamente este recorrido por diferentes valles del Pirineo aragonés nos llevará todo el día. Especialmente largo se hace el camino entre Ainsa y Echo. Unas dos horas, pasando por Broto y Biescas.
RODA DE ISÁBENA

Se halla situada en una colina que te permite divisar todo el Valle del río Isábena. Es destacable la belleza del conjunto del pueblo. Pasear por sus calles, al igual que en Montañana es regresar al medioevo. Aunque existen pequeñas servidumbres a las necesidades actuales de un turismo que busca la comodidad.
Fue durante siglos la capital política y religiosa de la Ribagorza. Su casco urbano ha sido restaurado dando un aspecto y un sabor espectacular a sus calles.





Lo más destacable es su impresionante Catedral del siglo X con modificaciones de los siglos XI, XII y XIII y bóveda restaurada en el XVIII. Mención especial para su cripta y su claustro con un gran aljibe en el patio central.
Poseía un importante museo del que aún se conservan algunas reliquias de San Ramón. Que fue saqueado por Erick el Belga, famoso ladrón de piezas de iglesia. De esto hace unos veinte años.
Junto a la Catedral se alza el palacio prioral del siglo XVI.
Pocos restos han quedado de la primitiva catedral, asolada hacia 1006 por Abd-al-Malik, pero la actual comenzó a erigirse poco después en una construcción que, con interrupciones, se prolongó hasta el siglo XIII y que sufrió posteriormente diversas reformas y añadidos. El templo es de planta basilical de tres naves, más estrechas y bajas las laterales, con cabecera formada por tres ábsides semicirculares precedidos de amplios presbiterios. Adosados al muro septentrional se encuentran el claustro y sus dependencias anejas, así como la pequeña capilla de San Agustín, también con ábside semicircular. La portada principal se encuentra en el muro sur tras el pórtico del XVIII al que da acceso una escalinata. Es obra de principios del XIII de notables proporciones y consta de una arcada de medio punto dovelada y sobre jambas dentro de una sucesión abocinada de archivoltas de boceles y escocias enmarcadas por una moldura de puntas de diamante.
En el interior, las naves se encuentran divididas en tres tramos mediante pilastras cruciformes que soportan las bóvedas de arista de las colaterales y de cañón apuntado de la central.
Debajo de las cabeceras hay tres criptas situadas a niveles diferentes. La más amplia es la central, construida en 1125 por San Ramón, a la que se accede por una triple arquería de medio punto. Tiene planta rectangular de tres naves de tres tramos cada una, terminada en un ábside semicircular peraltado. Las bóvedas, todas de arista, así como la capilla mayor, descansan sobre ocho columnas exentas y doce adosadas a los muros. En el centro del ábside se encuentra el sarcófago de san Ramón, una de las escasas piezas de escultura funeraria románica que ha llegado hasta nuestros días en Aragón.
La cripta septentrional, conocida como Archivo y Sala del Tesoro presenta una decoración en sus muros ejecutadas al temple fechadas hacia 1200. Bajo el Pantocrátor y los símbolos del Tetramorfos, doce figuras de campesinos simbolizan los meses del año y algunos signos del Zodiaco. Algo anteriores -datadas entre finales del siglo XI y principios del XII- son las pinturas existentes en la capilla de san Agustín.
Pegado al exterior del lado norte de la catedral, el claustro comunica con el templo por una puerta de medio punto. Es, posiblemente, la pieza más llamativa del grupo monumental de Roda y su construcción se remonta, cuando menos, a la época del obispado de Gaufrido (1136-1143) a tenor de una inscripción en su memoria. Está formado por cuatro galerías articuladas en forma ligeramente trapezoidal, techadas en vertiente, de manera que las aguas pluviales vayan a parar al gran aljibe que ocupa una gran parte del subsuelo del patio central.





LUGARRES

Salimos de Roda de Isábena con los la impresión de haber pasado por la Edad Media sin necesidad de artilugios cinematográficos. Simplemente porque existen lugares que todavía conservan ese encanto. Seguimos por la A-1605 en dirección a Graus, y antes de llegar a Capella, a la derecha una iglesia solitaria, con una inscripción que dice: “Iglesia románica del siglo XII”. Toda una operación de marketing para una auténtica joya. Verdad?. Pues es la ermita de Nuestra Señora del Llano.
Pertenece a la cercana población de Laguarres, y se halla en funciones de capilla del cementerio.
Es de nave única, acabada en ábside de tambor, con ventanal aspillerado al exterior y derrama interior y sin otra ornamentación. Se cubre con bóveda de medio cañón y el ábside, con imposta de nacela interpuesta, con cuarto de esfera. La portada, de medio punto, en el hastial de poniente. Data de finales del XII. La espadaña y las capillas laterales, son añadidos posteriores.



CAPELLA

Siguiendo ruta por la A-1605 llegamos al municipio de Capella. Destaca a la izquierda el puente sobre el río Isábena y allá a lo alto su iglesia dedicada a San Martín. Para obligatoria para contemplar estos dos monumentos.
Un precioso puente datable entre los siglos XIII y XIV permite cruzar el río.
Es del tipo “lomo de asno”, de notable longitud y gran altura en su ojo central; flaqueado a ambos lados por una teoría de réplicas del mismo, cada vez de menor vuelo llegando a quedar bajo el nivel de algunos campos de cultivo próximos.
Tajamares angulados aguas arriba y aguas abajo, completan su elegante silueta.


Su parroquial dedicada a San Martín, data del XIII, con influencias cistercienses. Es de una sola nave, rematada en ábside sin decoración, y con el añadido de varias capillas laterales en el XVIII.

Asimismo, se elevó sobre su ábside una torre; como es frecuente ver en Aragón (Me vienen a la cabeza ahora mismo otras de semejante hechura en Susín, San Vicente y Montmesa).

La portada, al sur, de cuatro arquivoltas bajo moldura de puntas de diamante. Capiteles y ábacos, sencillos y con decoración vegetal muy simple. Carecen de columnas.

A poniente, otra portada, de tipo “civil”, con crismón trinitario esculpido en la clave.

ALQUEZAR

Desde Capella nos dirigimos a Barbastro y frente al Hospital del Insalud, un desvío nos dirige a través de una carretera que sigue la cuenca del Vero. 22 kilómetros de la Comarca del Somontano, entre cepas y bodegas nos dejan a los pies de Alquézar.
Historia, arte y naturaleza se dan la mano en Alquézar, considerado uno de los pueblos más bellos de Aragón.
El topónimo árabe “Alquézar” (al-Qasr) significa fortaleza, y hace clara alusión a su origen militar. Es un pueblo surgido a la sombra de un castillo, poblando la falda de la montaña. Fue una de las principales fortalezas de la Barbitania, protegiendo el acceso a Barbastro. Según los cronistas musulmanes, perteneció primero a los Banu Jalaf y sería conquistada en el 893 por Ismail ibn Muza, de los Banu Qasi de Zaragoza, y tomada más tarde por al-Tawil. En 938, Abd al-Rahman III nombró a su hijo Yahia gobernador de Barbastro y Alquézar.

Jalaf ibn Rasid levantó a comienzos del siglo IX esta fortaleza como enclave defensivo frente a los núcleos de resistencia pirenaicos cristianos, en este caso, frente al condado autóctono de Sobrarbe. En torno a 1067 es conquistada por Sancho Ramírez (hijo de Ramiro I) y se convierte en fortaleza cristiana -”Castrum Alqueçaris”- frente a los musulmanes, constituyéndose en punto clave para posteriores etapas de la Reconquista. Se dotó la fortaleza con guarniciones militares asistidas por una comunidad agustiniana. En 1099, se consagró como capilla real la iglesia de Santa María.

A medida que el proceso de la Reconquista avanza hacia tierra baja (Barbastro, Huesca,…)pierde importancia como fortaleza militar estratégica y se convertirá en una institución religiosa y centro comercial de la comarca, conocida como “priorato alquezarense”.



En 1099, el rey aragonés Sancho Ramírez dotó a Alquézar de una comunidad de canónigos agustinos y con este motivo se construyó una iglesia colegiata románica de la que sólo ha llegado a nosotros el atrio, decorado con capiteles historiados. Románico en origen, y actualmente Gótico es el claustro, cuyos muros se decoraron con un ciclo de pinturas murales que narran escenas de la infancia de Jesús y que fueron repintándose hasta el siglo XVIII.
Al claustro se abrieron en los siglos XVI y XVII varias capillas, de las que merece destacarse la que da acceso al campanario.
En la primera mitad del siglo XVI se construyó la actual Colegiata de Santa María, obra de Juan de Segura, autor también de la Seo de Barbastro.
En el siglo XVII el interior se enriquecería con un hermoso retablo de madera dorada y policromada, próximo a la estética del barroco, y con nuevas capillas como la de Lecina. A la capilla se incorporó un cristo tallado en madera, popularmente conocido como el Cristo de Lecina, espléndida talla realizada en el siglo XII avanzado, que responde tipológicamente al modelo románico de Cristo crucificado.
También es destacable la iglesia de S. Miguel y sus numerosas ermitas y a tener en cuenta la amabilidad de sus gentes y el sabor de sus tradiciones.





Frente a San Miguel hacemos un alto en el camino para comer. Allí está el restaurante La Cocineta “Platos típicos de la zona” Un menú aceptable de platos caseros y de elaboración en cocina. Judías estofadas, macarrones con chorizo y la típica sopa y ensalada configuran la oferta de primeros. Los segundos variados, conejo con caracoles, buena pinta; albóndigas y platillo de cordero. Vinos de la zona a precio razonable. Vamos un lugar recomendable para el viajero. Total unos 13 €.

AÍNSA

De vuelta a Barbastro tomamos la A-138 que nos deja en Aínsa.
Lugar estratégico, situado en altura sobre la confluencia de los ríos Cinca y Ara. Tuvo relevancia bajo el dominio musulmán. Sancho el mayor la reconquista a mediados del XI y establece en ella la capitalidad del Sobrarbe.





La excolegiata de Santa María, situada al noreste de su bella plaza porticada, se adivina desde la lejanía por la magnífica torre, paradigma de las torres del Sobrarbe.
Se acepta el 1181 como fecha de su consagración. De entonces data su cabecera, torre y primer tramo de los paramentos verticales de la nave. Los capiteles de su pórtico, son más antiguos; probablemente de una construcción anterior.
En la fachada sur, hacia los pies, se halla la portada principal  formada por cinco arquivoltas en degradación, que apean a través de cuatro pares de columnas con rudos capiteles y basas, sobre un elevado plinto.

Basas y capiteles son de estilo arcaico, con decoración geométrica, y epigrafiados.( Probablemente en su anterior lugar de origen sus inscripciones compondrían una leyenda; hoy difícil de reconstruir. Se ha dicho que estos elementos pueden corresponder, al igual que el crismón que adorna el altar, a la antigua iglesia de San Salvador.

Por encima de la clave, un crismón trinitario completa la decoración
Al interior, la iglesia es de una nave, cubierta con bóveda de medio cañón, que se cierra al este mediante ábside de tambor, cubierto por cuarto de esfera apuntado.
Por delante, amplio presbiterio con imposta biselada continuación de la del cilindro absidal.
Una puerta de arco de medio punto da paso hacia el Hospital a través del arco descrito en la cabecera.
En el lado del evangelio, adosada al muro absidal, una hierática talla de Virgen sedente con niño, del XIII, procedente del abandonado pueblo de Tricas
Bajo la cabecera, existe una cripta, a la que se accede por sendas escaleras laterales. Derruida en la guerra civil; se ha reconstruido, respetando su primitiva disposición.
Adosado al muro norte, un pequeño claustro trapezoidal; románico en sus crujías norte y éste, siendo el resto góticas.



La torre-campanario, es sin duda, el elemento más característico de este templo. Junto con la plaza porticada y el castillo, constituyen la esencia de L´Ainsa
En dicha torre se inspiraron la mayoría de las erigidas en el Sobrarbe. Desde sus 30 m de altitud, enlaza ópticamente con muchas de las mismas.
Está dividida en cinco cuerpos, que no se marcan al exterior, ya que las molduras existentes son decorativas.
Tras la visita a esta población nos dirigimos a Broto por la N-260. Hay una carretera interior, que va desde Boltaña a Sabiñánigo, pero unos vecinos nos aconsejaron ir hasta Broto, después a Biescas y allí buscar la N-240 desde Sabiñánigo hasta Puente la Reina, pasando por las afueras de Jaca. En Puente la Reina desvío a la derecha dirección Echo, la A-176, unos 24 kilómetros antes del final de un día de buen románico pero con un desplazamiento final algo pesado.
La cena en Casa Blasquico, o Casa Gaby como prefieran. De obligado cumplimento. Nada como una buena comida o cena en este palacio de los objetos y la buena cocina. Todo es aconsejable, pero Las Verduras rellenas de buena carne picada, es impresionante. Además si te obsequian con un plato de excelentes revollones y regado con vino de la zona (Somontano) el placer gastronómico es completo. Entre los 30 y los 50 € dependiendo del vino y el postre. Excelente. Conviene reservar, Tel: 974375007.



Casa Blasquico. Echo