Dejamos Segou después de pernoctar al otro lado del río (hablaremos de alojamientos en otra página) y por la misma carretera nos dirigimos hacia uno de los objetivos básicos de este viaje: Djenne.
Antes de llegar y siguiendo la carretera pararemos en San donde podemos apreciar un buen aperitivo de lo que nos espera.
El calificativo que merece esta ciudad y todo lo que encierra es: Sorprendente.
Has visto unas cuantas fotografías en webs oficiales y oficiosas. Tienes una magnífica guia e incluso te has permitido comprar la revista de Altair dedicada a este país. Pues con todo Djenne te sorprende de forma positiva y negativa. Positiva porque su belleza es extrema como vereis por las fotos. Negativa porque teniendo lo que tiene sigue anclada en siglos pretéritos y mucho me temo que no tiene ningún interés en salir de ahí (quizás esto sea lo bueno). Una serie de fotos de la mezquita, de su mercado, de sus calles, de algun interior de casa y de como llegamos pueden dar una pincelada de lo que vais a encontraros in situ.
Y ahora la mezquita
Una escultura que necesita un mantenimiento anual. Normal es de barro…