CAPÍTULO DIECISIETE

Tarde de juegos, ahora mismo están frente a mí, Luis, Paco y Vicente con su partida de dominó, mientras en por la ventana se ven los árboles tiritando por un viento loco de a más de 60. Todo ello combinado con una lluvia que no nos ha dejado desde que salimos esta mañana de Negreira. Por cierto, el Hotel Millán, pasa por ser el peor de este Camino…todo hay que decirlo y a 50 del ala con desayuno incluido (lo mejor)

Eran casi las ocho cuando los “fórmula 1” han empezado el recorrido de más de 19 kms hasta Maroñas.10 kms de subida que sobre el perfil daba miedo y que luego a decir por chicos, tampoco era para tanto. El pelotón de los torpes, integrado por Luis, Valentín y Tin hemos obviado esa parte y a las nueve menos cuarto partíamos hasta A Pena por aquello del miedo escénico. A partir de ahí diez kms hasta Maroñas, más uno y algo hasta Santa Mariña de paseo bajo las aguas aderezado con un viento acorde con el mal día. Paisaje precioso (el franchutis diría aquello de “con sol mejor”) Peregrinos y peregrinas (Irene va por ti) pasando con cara de circunstancias, mojados hasta las trancas y con la inocencia que da la edad a algunas (tres estudiantes de USA en año sabático) Un caballero de edad incierta, acabamos de averiguar que tiene 71 años, nacido en Sudáfrica y residente en Nueva Zelanda (todo queda en la Commonwealth) en pantalón corto y camiseta técnica corriendo que se las pela (literalmente lo de corriendo) Desayunaba con nosotros en Negreira, ha pasado a los “fórmula 1” y después al pelotón de los torpes como si fueran las malienses en la Falla de Bandiaraga (esta vez sin niño en brazos) La coreana que en bici carga con la casa acuestas (veterana de este Camino) mil anécdotas dentro de una jornada de mucha exigencia por el tiempo (lluvia y viento)

Lo peor el encuentro con una mala persona (panadero de esta zona, para más señas) al final de la etapa en Maroñas. Allí, bajo una lluvia incesante instalados al refugio de una marquesina del autobús, esperando a nuestros compañeros de fatigas. Preguntamos por un bar (que estaba a 50 metros de nosotros) y con toda la mala fe de que es capaz una persona, nos indica otros (cerrados) en la carretera general…total km y medio más para nada…bueno para descubrir una mala persona en este Camino de solidarios.

Comida de menú con caldo y huevos fritos todos mirando al tiempo. La tarde dedicada a la lectura, a grabar las rachas de viento para que nuestros amigos sepan del sacrificio, secar las ropas para mañana y si se tercia una cena con mejor cara si el taxista está dispuesto a llevarnos a 230 metros de aquí. Imagínense como está la tarde. Objetivo logrado…restaurante As Pías de Olveiroa muy, pero que muy recomendable…un festival a 30 por barba con propina incluida…el final de flan de la casa sublime. Mañana etapa corta para volver desde Santa Mariña hasta aquí pero esta vez caminando…las condiciones del tiempo y esa DANA que nos amenaza marcarán la dificultad.