Esta crónica deberá empezar por el final. Hace unos minutos el Barça acaba haciendo el ridículo en la Champions, aquí en Hamburgo. Menos mal que después de encontrarnos a unos amigos de Vilassar y Formentera en plena plaza del ayuntamiento, no hemos conseguido entradas para ver el partido…primero porque ahora estaríamos con cara de tontos y regresando a la holly (estas horas) y segundo, porque, después de lo acontecido esta tarde con los transportes públicos nunca hubiéramos llegado a las gradas (o al menos eso pienso yo) Y qué pasó…os lo voy a contar. Después de pasear y “feriar” por Rodeo Street de Hamburgo donde local a local conviven todos los presentes en aquella calle del lujo en Hollywood…si, la de Pretty Woman (las marcas las ponen ustedes. Están todas) Tomamos el transporte público (como hacemos siempre en ciudades de este tipo) metros desde Rathausplatz, hasta la Estación Central donde tomábamos un cercanías hasta aquí. Pues la primera parte se cumplió a tiempo…pero la segunda, debido a una “emergencia” o así rezaban los anuncios en la propia estación acabó en un fiasco y obligándonos a regresar al origen y tomar un taxi, casi una hora después de la calle del “lujo”. Menos mal que después de aguantar las inclemencias del tiempo (ahora llueve, ahora no) un profesional del volante lee la dirección de destino y nos anuncia un precio desorbitado (hubiera pagado el doble en ese momento) Por profesional se entiende aquel que se la juega por llegar lo antes posible…era como Alonso en una pista de autos de choque…pero 20 minutos más tarde “aterriza” en la puerta del parquing de autocaravanas y “muchas gracias” con el dinero por delante. Barato, porque el panorama allí en medio del tumulto esperando un tren que no llegaba podía haber sido peor.
A lo serio…a eso de las diez de la mañana el bus turistic en rojo chillón, nos recogía en la puerta de “casa” y de allí al inicio…a los pies de Sant Pauli (lo recorreremos mañana) Primeras imágenes del puerto fluvial (curiosamente el segundo de Europa tras Rotterdan y eso que Hamburgo no tiene mar) Las imágenes hablan por si solas. Bus y camino de la Philarmonica…un edificio singular, inaugurado en el 2017 después de una gran polémica…magnífico, espectacular, con dos partes bien diferenciadas desde su exterior…el interior, acogedor y con una visión 360 grados de esta Hamburgo y su Elba….Una vez a pie de calle, nos vamos hasta Hafen City, los almacenes de este puerto que hoy son Patrimonio de la Humanidad de la Unesco…que decir, allí se combinan el diseño de los siglos XVIII y XIX con la modernidad del siglo XXI después de las consecuencias de los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. El resultado salta a la vista (Hamburgo es ejemplo de esa modernidad que reúne ayer y hoy) ver las imágenes. Con esas, nos vamos a la calle Deich, donde se mantienen algunas casas habitadas ya en siglo pretéritos y que conservan toda su fisonomía. Los cientos de canales que trufan esta ciudad, especialmente esta parte que les hemos contado le dan un cierto aire marinero, sin serlo. A pocos metros San Nicolás, el vivo ejemplo de los resultados de aquella época negra de su historia…una iglesia para el recuerdo. Erguida, pero con los efectos de las bombas del final de la guerra…se quedó para que las generaciones posteriores supieran que fue. Seguimos la visita “guiada” por nosotros hasta la Rathaus (el ayuntamiento) un edificio majestuoso, coronado por una torre y un reloj (dicen que el más grande de Alemania). La plaza contigua una obra de arte urbana. Al fondo el lago pequeño con ese “geiser” a modo de lago Leman…Las edificaciones que lo rodean marcan seriamente la espectacularidad de la ciudad. Buscamos de nuevo el bus turístic para acabar su recorrido por la orilla del lago grande y los barrios “ricos” y más elegantes que tiene un aspecto “vintage” muy a la inglesa (se dice que algunos arquitectos de Londres contribuyeron a su creación) Una zona muy alejada de lo que constituye la City económica y política. Pasamos por el club de tenis (allí se disputa el Master 1000 de Hamburgo) El barrio donde se instalaron aquellos emigrantes que contribuyeron a la construcción de esta ciudad en sus épocas de esplendor o de reconstrucción, Restaurantes, locales comerciales, tiendas especializadas en productos de sus tierras de origen. Finalmente, Saint Michel, la iglesia gótica, con su torre, la más alta de Hamburgo…dicen que la más grande de Alemania…Era la hora de comer y nos cayó un buen chaparrón. Buscamos acomodo (qué difícil encontrar el lugar adecuado cuando se tienen prisas) al final tocó en un thai (peligro) Tampoco resultó tan mal…comida de compromiso…y a buscar la calle Neuer Wall o “Rodeo Street” en Hamburgo. Para el caso es lo mismo…Dior, Gucci, Loewe, Armani y tantos otros con sus “neones” luciendo entre los “elegantes” Mañana reemprendemos el “trabajo” Sant Pauli centra nuestra atención…volveremos al transporte público, pese a todo.