DÍA 6

Silencio absoluto, ni motores, ni ruidos colaterales (de los yates próximos, habían terminado con música, tenue pero sensible a nuestros oídos) A eso de casi las siete nos incorporamos al “centro de mando” para terminar la crónica del martes. Mientras el “kapi” duerme en la popa, junto al timón y es que las noches refresca este calor asfixiante. Té de rigor para empezar el día mientras recordamos lo de anoche. Casi a las ocho llega la primera visita del día…café y leche de avena aparte, luego otro y otra con ganas de bañarse antes del desayuno…la verdad es que el calor aprieta y apetece darse un chapuzón. A las nueve sequitos, con hambre después del ejercicio, empieza uno de los mejores momentos del día…el desayuno (siempre lo mismo) hoy con el variante croissant…no ha quedado ninguno. Los rellenan con mantequilla, con nutela, con mermeladas varias…vamos a gusto del consumidor.

Aparecen en manos de cada cual una serie de paquetitos llegados de allende el vuelo del avión que contienen cosas de “herbolario” moderno y que sirven para desarrollar la fe en esta serie de productos revitalizadores de costumbre perniciosas para el colesterol, los intestinos, los…y los que ustedes quieran. Comienza en la mesa de 10 el debate sobre todos estos aditamentos suplementarios al kiwi, al melón, el tomate (aquí no hay aguacates) El final es una “copa” de colágeno y un intercambio de opiniones sobre los diferentes tipos y marcas de colágenos…”ilustrativa” por lo menos. A todo esto, se sucede un primer incidente sin mayores consecuencias. Se trata del “huevo” de Pepe que había sido trampeado por algún comensal y encima va y lo regala. La cocina ha subsanado el desaguisado con un nuevo huevo frito, con puntillitas. Les he dicho que, de croissant, ninguno ha llegado al café…pues eso.

Tras la frugal colación nos ponemos en marcha, con intento de navegar a vela (solo intento, por la ausencia de viento) y a buscar cobijo para la comida. Mientras hoy ha comenzado un torneo de ajedrez a distancia…dos de los nuestros “a la limón” contra otro allende, no sabemos dónde, que en algunas ocasiones es bueno y en otras es malo. Todo sin saber el género del contrincante.

Ya en buen puerto, en una pequeña calita de aguas mansas, baño de rigor previo a la comida. Mesa puesta, el combi de yogurt con…pónganle el producto del día, ensalada sin pepino (los talibanes se imponen) y albricias, de plato principal pizza de carne y otra con restos de hueva…la alegría va por barrios y todos disfrutando de una variedad que no había aparecido hasta hoy. Al mismo tiempo el calor sigue siendo casi insoportable, con lo que tras la comida y antes de la siesta de algunos, lo recomendable es otro buen baño en las aguas mansas…vamos. Los del ajedrez a la suya…a veces ganan y otras pierden (como la vida misma). Pero se lo pasan bien (algún mecachis que otro después de una jugada de dudosa inteligencia) A poco de las seis (hora local) “ducha time”, la “leventkaptan1” leva anclas camino de Bozburun. Para desembarcar en este lugar (hablaremos de él) primera sesión de dingui (neumática auxiliar), De nuevo uso, con su volante y todo, más moderna, pero que parece surgida de una goleta jubilada y “aprovechando las circunstancias”, más rápida y cómoda con algún asiento para mayores de 70. Bozburun es lo que se asemeja a Torrevieja o la Manga del Mar Menor (sociológicamente hablando) en los comienzos de las vacaciones pagadas de las grandes industrias. A los que se añadieron, allá por las épocas del inicio del turismo venido de Liverpol y Manchester (zonas industriales de Inglaterra) Vamos una España de blanco y negro, tortilla de patatas, paella, ensalada mixta, sangría y pijama de postre. Merenderos y restaurantes de la Barceloneta, con el somorrostro incluido (aquí la mezquita donde rezar) Un puerto donde se refugian las golondrinas de paseo, barcos para imserso venido de otros mundos y veleros en desuso con banderas del frío (Finlandia, Bélgica, dos) con las cuerdas a modo de tendedero, y cena a base de supermercado local donde se exponen de todo…desde un melocotón “arriesgado” hasta gafas de bucear de dudosa procedencia. Tiendas de ropa de mercadillo y souvenirs para la compra de “ojos turcos” de compromiso barato…vamos para el cuñado de nochebuena. Cerveza y compra de cebo (han leído bien) vinos locales para completar las necesidades de los de “blanco” y una pamela, de Uy, se me olvidó en casa…Es que el “lorenzo” cuando dice estoy aquí…

Al llegar a la goleta, mesa puesta y zarpar a la búsqueda de acomodo donde dormir. Cena sin yogurt y…pero con unos puerros de excelente factura.  Sorpresa, calamar a la andaluza (si es que les puede el “andalus”) pulpo a la brasa (hay quien dijo que a la mantequilla) y gambas por doquier (el congelador funciona) pero daban el pego. Historias de ayer contadas hoy. Para algunos, quinto capítulo del serial “ya me lo sé” especialmente para la cónyuge. Pero que tan bien contadas no te importa escucharlas una y otra vez porque la risa está garantizada. Sin más a las once a la cama…a las 7,13 de la mañana de hoy,  ya hace ocho horas que nos retiramos a los aposentos bajo el manto reparador del aire acondicionado y el ruido del motor que lo sustenta…solo se me ocurre aquello de “ocho horas son suficientes” digo yo.