A ORILLAS DEL GUADIANA

Los mercados de los pueblos y ciudades que vas recorriendo suelen ser uno de los puntos más atractivos. Los hay que dan pena (recuerdo aquí el de Alte con un triste puesto de frutas y verduras) los hay que ni fu, ni fa (el de Aveiro, que pensabas que sería y no fue…era lunes) Los hay que realmente impresionan por su abundancia, por su colorido o por ambas cosas. Tengo que decir que la mayoría de mercados en Portugal tienen una luminosidad natural extraordinaria. Hoy el de Olhao tenía todos los elementos a su favor. El lugar es único (a orillas del Parque Natural da Ria da Formosa), los edificios que lo albergan de una belleza singular y a todo ello le añades la abundancia de pescado proveniente de las islas de enfrente (Farol y Culatra). Vamos lo tiene todo. Pero es que el de verduras, frutas y otras viandas, como carne o quesos y especies, para no ser menos estaba bien nutrido de todo. Paseo deteniéndonos para conocer los pescados y sus nombres y seguramente comparando precios. Compramos un picante “piri-piri” en polvo, hecho por la señora que lo vendía (la etiqueta lo dice así) y a desayunar. Por ver el ambiente…un extraordinario movimiento de barcas que vienen del Parque, muchas personas que se acercan y salen con una bolsa de plástico llena (parece contrabando de pescado). Un sin fin de doradas de una o ración y media (en los mercados que conozco allí esta medida suele ser de piscifactoría) Salvajes, nos dicen (por la pinta del pescador no me extraña). La verdad es que la vida alrededor de un mercado es de lo más entretenido. La hora se echa encima y nos queda Tavira, que las. guías la pintan bien (aunque después de Alte y Salir, no me fío ni un pelo)…Aparcamos al lado del mercado y la tentación suele ser fuerte y nosotros débiles…De medio pelo, pero con una parada de especies (por cierto la señora era de Jaén) de  ensueño…tenía de todo lo que te puedas imaginar…y lo complementaba con cualquier hierba para cualquier mal…

Tavira sorprende para bien. Una ciudad tranquila con un turismo con un tono más alto que lo que veníamos viendo (se nota que muchos europeos de tierras grises, o sea que llueve han decidido venirse al sur) Bien conceptuada y atractiva. Tiene su río, el puente romano (eso dicen), su Castelo (una parte), un sin fin de iglesias, las flechas amarillas del Camino De Santiago y unas excavaciones junto al Castelo que datan (así reza el cartelillo) del siglo VIII a de C. Siglo IV a de C…de la dominación árabe siglos X hasta el XII…vamos de todo un poco, pero interesante a nivel arqueológico. Una tienda de vinos excelente (algunos portos de añadas señaladas) aunque cara. Después de recorrer esta ciudad de cabo a rabo a comer en un bar simple (no me preguntes el nombre), pero con gente local (el recomendado estaba cerrado). Un excelente pulpo con feixoes (judías pintas), ventresca de atún y pescado del día frito (pasado de cocción ambas)…para comer no estaba mal. De ahí hasta Castro Marím a orillas del Guadiana y frontera. Es la antesala de la Reserva Natural do Sapal De Castro (iremos mañana). Nos hemos quedado (por razón de instalaciones y mantenimiento) en Vila Real de San Antonio…en el paseo solo se oye hablar en andaluz ya sea deHuelva (está al otro lado), Sevilla o Málaga (depende de la excursión) y todos comprando toallas o similares y paraguas. Hemos pescado la conversación de “todos estos (paraguas) para la carreta que siempre hacen falta”…se referían a la carreta del Rocío (previsora la mujer). Vamos un pueblo de frontera…Hoy toca champions y mañana ver donde paramos…