Hay etapas que comienzan donde termina la anterior. Este es el caso de este 20 de octubre y de la etapa 19 entre La Omañuela y Barrio de la Puente. Empezó justo al terminar la crónica de ayer…Vicente de Cas Ferrer de la Mola (Formentera) preparó una tortilla de patatas con cebolla (a su pesar) que sirvió de concentración del grupo en su totalidad entorno a la mesa (lo que puede un buen manjar) Incluso André (el franchutis)se dignó dejar su descanso y cenar con nosotros. Lástima que Pope nos hubiera dejado el lunes, porque la etapa de ayer y la tortilla en cuestión merecían un día más. El milagro se obró al final de la cena. Otra vez André como protagonista…por primera vez en sus años (obviaré la cifra para no escandalizar) se puso al frente de la pica de fregar y acabó con la vajilla. André los que estábamos anoche nos llevaremos el secreto a la tumba y ni una palabra a Nicole (no se lo creería) Milagros de la Cocina.
A eso de las ocho y media (era corta) hemos salido desde la casa en La Omañuela. Los dos primeros kms de hoy, siguiendo la orilla del río Omaña (todo el camino hemos ido junto a él) nos podrían haber retrotraído en una máquina del tiempo a cualquier año de los siglos donde los peregrinos seguían esta ruta para llegar a Santiago…nada, ni el más mínimo ruido de modernidad, ha roto con ese ejercicio de imaginación. Luego ya el asfalto y un Castillo en ruinas, precisamente en El Castillo, nos han devuelto a una realidad que tenía luces y sombras. Belleza en el paisaje…incluso se han incorporado nuevas especies a nuestra flora (o yo no me di cuenta antes) se trata del tejo. Con más asfalto del deseado, aunque por carreteras casi sin circulación, alternado con campo entre prados y vacas. 18 kms de andar fácil bajo un cielo plomizo con algún rayo de sol y agua para el final, hemos llegado a Barrio de la Puente.
Luego un nuevo milagro de la cocina. Como estaba previsto, era el día de la torrada. Se daban las circunstancias…etapa corta y facilona, casa rural con chimenea y grill…tierra de buena carne (lechazo en este caso) y un cocinero de postín. Cómo no? Vicente. Aderezado todo con un puré de patatas de “Mamí”, especialista en este menester (por cierto ese toque de tomate le da un sabor para muchos desconocido) Otra vez reunión del grupo, los nueve y Pilí que no pierde ocasión para salirse del régimen del pienso…y yo que soy débil contribuyo a ello.
Tarde plácida con partido del Barça (sin comentarios) y a esperar la etapa de mañana. Se nota la preocupación en el grupo…subir 500 metros de altitud hasta los 1620 no es para tomárselo a broma…mañana os lo explico.