Segundo día de ripio al completo (es una mentirijilla, habían 35 Kms de asfalto) 420 kms de ruta ara continuar esta aventura de más de 52000 kms por un trayecto de leyenda en Argentina con la cordillera de los Andes a tu derecha y que te da una visión, eso esperamos, de la mayor de las expresiones de la naturaleza.
Hoy (ayer para los seguidores de este escribidor) pudimos confirmar una de las máximas que te proporciona este recorrido.
Empezamos en Susques donde nos dejamos en la crónica para seguir por la RN40 hasta Puesto Sey (lo distingo porque hasta aquí había pasado la máquina y se entendía que el ripio estaban mejor estado “es un decir”) Pasamos poblados como Huarcar donde el tiempo parece haberse detenido…una iglesia “como no” de estilo neocolonial, casas de adobe (algunas con parabólica, hay que estar informado) y signos de pobreza por todo lo que nos rodea. Ganados de llamas, parece ser la única fuente de ingresos, aunque preguntamos a un señor en la puerta de su casa y nos dijo que algunos de los lugareños trabajaban en las minas. La otra pregunta fue ¿por dónde la ruta? Y nos miró con cierta extrañeza…solo había una ruta…normal su actitud. Nos cruzamos con algún que otro coche, Otón y colectivos lo cual dice mucho de la bravura de estos conductores. Pasamos Puesto Sey y nos preparamos mentalmente para 35 kmsde aúpa hasta la Polvorilla . Pues no (no fue la autopista hacia el cielo) el piso era no más difícil que hasta allí y en cambio pasamos por el centro de un río (seco, claro) con unas paredes que parecía que te envolvían y de repente un sin fin de piedras alrededor que daban la sensación que deberían caerse sobre ti en aquel minuto (fotos de rigor por la belleza y lo curioso del momento). Así hasta llegar al Viaducto de la Polvorilla. Lugar donde llega el tren de la Nubes, posiblemente el trayecto más alto de Latinoamérica. Antes era el medio de transporte de los ciudadanos de aquí hasta Salta, la capital de la provincia. Ahora un elemento turístico y nada más que funciona a las 12 del mediodía, martes, jueves y sábados desde San Antonio de los Cobres hasta este viaducto (fotos de rigor). Y dicho esto seguimos con el ripio y llegamos a San Antonio de los Cobres (será por antiguas minas de cobre, el color de la tierra lo denuncia). Lugar de cierta importancia en la ruta por el Tren de las Nubes y por ser centro logístico para las casas y aldeas que lo circundan.
15 kms por la RN51 (asfalto) y buscamos nuestra carretera natural…allí anuncia el desvío (Abra de Acay, La Poma, Cachí) y empezamos de nuevo el traqueteo del ripio (unas veces más y otras menos) y observamos al frente que la carretera va por allí arriba…nos hacia el Abra de Acay…en el camino unos esforzados ciclistas que circulan con “la casa acuestas”. Saludos efusivos con las manos(luego nos daremos cuenta del esfuerzo que tendrán que hacer para ascender prácticamente mil metros en apenas 10 kms)…Llegamos no sin dificultades (nos cruzamos con varios vehículos de transporte) por los repechos pero con unas imágenes en las cámaras y las retinas de una singularidad espectacular (Los altiplanos se parecen y se asemeja al Tibet de una forma casi mimética). Llegamos hasta el paso de Acay, 4995 metros de altitud como refrendan el cartel para la foto…y un altímetro de aplicación que llevamos. Mientras hacemos las fotos un zorro se acerca hasta donde estamos buscando comida, incluso te permite dársela en la boca (con el riesgo de mordisco) para que inmortalices el momento. Si estamos altos y vamos hasta 1800 metros, pueden imaginarse el descenso y con él la belleza de los parajes por donde pasamos…se los dejos para las fotos. Comida en carretera, cómo no, al pie de un “gauchito gil” y seguimos hasta Cachi y sin pararnos a ver esta ciudad (solo gasolina) aunque es el centro de las excursiones a los valles calchaquiles de especial belleza, seguimos ruta hasta Molinos donde las guías dicen que se conservan excelentes construcciones de la época colonial, pues si. Las hay, como la de un señor llamado Isasmendi allá por finales del XVIII, que construyó la iglesia y en su curriculum figura como esencial la lucha contra los indios de la zona (que novedad), eso si religioso a morir…está enterrado en la iglesia. Ni un bar para tomar un te de coca y así hasta Cafayate, pasando por este inmenso mar de viñas de torrontés, vino blanco actualmente está de moda en los mejore restaurantes. Una ciudad dedicada al vino, donde se nota la afluencia de turistas (cada casa es un hotel o un restaurante o un comercio que no cierra ni en “Navidad”). Por lo demás su estructura es como las que hemos visto hasta ahora una plaza y muchas cosas alrededor. Mañana nos vamos hasta Tinogasta al pie de los “seis mil”. Pero eso mañana.