19 DE NOVIEMBRE DE 2019

RAYOS Y TRUENOS

Los carteles de toros de tiempos pretéritos (de los que no quiero acordarme) rezaban en letra pequeña “si la autoridad o el tiempo no lo impiden”. Lo de la autoridad ahora está en entredicho. Pero el tiempo dicta su sentencia, especialmente si tienes previsto actividad al aire libre (lo del Camino de Santiago es una excepción) Eso es lo que nos ha pasado hoy. Estábamos (y estamos) a pie del Valle de los Templos en Agrigento. Desde las siete de la  mañana hasta que nos hemos ido y después hasta pasados unos 40 kms ha caído la del pulpo…relámpagos y el limpiaparabrisas de la Holly no daba a basto…Ir al los Templos (una de las grandes joyas históricas de Sicilia) era un suicidio. Decisión cambiar la etapa de mañana donde parecía que la lluvia daba una tregua. La hemos acertado. En Trapani y luego en Erice ni una gota…incluso hemos visto el sol (las fotos de las salinas de Trapani con un sol intenso entre alguna nube son testimonios de un excelente día) Además hemos aprovechado para tareas domésticas imprescindibles. Después del “gran aguacero” se nos ha abierto un paisaje de naranjas, olivos, cepas, todo dentro de un orden exquisito que contrasta con la anarquía en el comportamiento al volante (no os quiero aburrir con crónicas de peligros constantes). Una cosa si que quiero destacar al respecto…nadie se cabrea si les hacen una “judiada”…y otra cualquier peatón pasa por donde quiere y el conductor se para, aunque luego no respeten un paso cebra si no les obligas. Hasta aquí el párrafo dedicado al “arte” de conducir de los italianos del sur, incluidos sicilianos. Estábamos en Trapani (ciudad ideal para tareas domésticas…el resto abstenerse) no tiene ni el más mínimo interés arquitectónico, ni histórico al lado de todo lo que os vamos contando. Eso si cada cien metros en sus calles principales (Vittorio Enmanuelle, claro) un puesto de venta de verduras con un aspecto imponente (el brócoli era de enmarcar) Resueltos los temas de supervivencia; la Holly y nosotros hemos ascendido por una tortuosa carretera que en apenas 9 kms pasa del nivel del mar (Trapani) a 750 metros (Erice) y el panorama es otro. Te encuentras con un pueblo (tiene todos los elementos para ser pueblo) que se quedó allá por finales del  siglo XIV o el XV como mucho en pleno medievo y lo metieron en formol para que siglos más tarde pudiéramos verlo como era y como es. Puerta de muralla…calles empedradas…casas reformadas bajo una cierta uniformidad con el entorno…pastelerías que conservan los aires del ayer. Iglesias en piedra (aquí no hay barroco) y si algunas de los siglos que hemos dicho…especialmente la Chiesa Madre…con un Campanile excepcionalmente conservado (era una torre vigía de la época aragonesa)…conventos o monasterios (en minúsculas) también de esa época. Un Castillo del siglo XII construido sobre un templo de Venus y por eso se llama Venere en hornos a la diosa. Al lado las torres normandas, que se comunicaban con el Castillo por un puente levadizo. La torreta Pépoli (que ni siquiera merece una foto) es un capricho del conde a finales del XIX…

Dicho lo importante a nivel monumental. Erice tiene mucho más…las vistas sobre esa parte de Sicilia…impresionantes las de las salinas de Trapani. Las de las islas Favignana o de Levanto…y especialmente el horizonte donde puedes llegar a ver Túnez o el propio Etna…Luego es visita obligada a sus pastelerías…las hay cada cinco pasos (exagerando) y su oferta se centra en el mazapán. Verdaderas obras de arte dulce. Especialmente las de frutas y verduras…una pasada. Y ahora recluidos en la Holly a la espera que el tiempo lo permita para despachar El Valle de los Templos y la Scala del Turchi.. (mañana está previsto un solazo) y a Palermo que ya nos está esperando…pero eso mañana. Se nos ha quedado por el camino Segesta entre Trapani y Palermo (intentarlo hoy era una temeridad, pero vale la pena) Si alguien programa un viaje de este estilo hay que incluirla.