Las previsiones de los diferentes indicadores del tiempo que hará…se han equivocado de pleno. Daban lluvia en un 60% durante los 18 kms que separan El Burgo Ranero y Mansilla de las Mulas. Pues ni una gota. Amenazas las que quieras, pero de mojarse nada de nada (hay que decir que esta tarde caía el orballo) Etapa de caminar por la “Senda de los plátanos” creada en paralelo a la carretera que une las dos localidades y algunas anteriores también, con arcilla blanca a imagen y semejanza de las “autopistas” mayas para que se reflejen en la oscuridad (eso cuentan) Desde Burgo a Reliegos, 13,5 kms del ala, ni un sitio para reponer fuerzas, solo descansillos y a tirar de reservas de mochila, frutos secos, una buena provisión de agua y algún que otro plátano de Canarias. Mientras hemos vuelto a la “romería” del Camino francés. No en vano hoy nos han adelantado (como es costumbre en este pelotón de los torpes) un nutrido grupo de portugueses y el resto de los compañeros de etapas anteriores. Curiosos los carteles del Camino, donde en Castilla quitaban el nombre de León y aquí viceversa (como se ve en la foto) Cosas del sentimiento patrio. En Reliegos con bodegas particulares incluidas, paramos en Bodega Gil…excelente presentación, calidad máxima del producto, atención de primera (mucha empatía con el peregrino) y un pincho de tortilla con cebolla (ya era hora) y calabacín. En ese horario Vicente ya había llegado a Mansilla, nosotros detrás a corre-corre que te pillo, para llegar a comer. Objetivo primero de esta etapa. El Hórreo que así se llama el restaurante, sorprende su cuidada vitrina de pescados y su acuario donde conviven los bogavantes, las nécoras (hoy no había centolla, como hace 14 años) A destacar las kokotxas de bacalao al pil pil, de lujo. Lo demás el juez ha decretado el secreto de sumario. De cena ni hablamos, después de esta crónica a reflexionar sobre el Camino en silencio que mañana será otro día.
La tarde (después de la reconfortante siesta) para visitar dos monasterios en los alrededores de Mansilla. El primero San Miguel de Escalada. Se trata de una de las obras más representativas del arte mozárabe prerrománico. El templo mozárabe fue construido reaprovechando materiales de épocas anteriores, visigótica y romana. La ampliación románica se hizo en el siglo XI.
El monasterio de Santa María de Sandoval es un antiguo monasterio cisterciense del siglo XII que se encuentra en estado de semirruina. Sus bóvedas, naves, pilares y capiteles de la cabecera y primer tramo corresponden al arte románico cisterciense mientras que el resto se construyó en el gótico tardío. No nos dio tiempo a más por ese orballo traidor. Si pasas por aquí vale la pena el monasterio de Santa María de Gradefes, cisterciense, donde todavía lo habitan monjas abre su claustro y su sala capitular sólo sábados y domingos. Su construcción data del siglo XII. Las fotos son del Camino de 2010. En Mansilla hay que destacar el monumento al peregrino. Base importante de la economía de esta localidad de 1700 habitantes. La muralla con las puertas de Santiago y de Castilla. La previsión para mañana es de aviso naranja por lluvia y viento…preocupación.