ETAPA 4 ANTEQUERA-VILLANUEVA DE ALGAIDAS

LOS ENAMORADOS

El título de esta 4 etapa obedece al nombre de una peña entre Archidona y Antequera que te vigila durante la mayor parte del recorrido de hoy…Es la historia de Tello, joven cristiano preso en Granada que se enamora de Tagzona, una bellísima hembra mora de Archidona. Hasta tal punto llegó su amor que decidieron huir hasta Antequera. Pero a mitad de camino el padre de Tagzona los descubre y manda acabar con el joven. Subidos a esta preña decidieron morir juntos antes que separarse. Leyendas de la Edad Media que  se cuentan en el siglo XXI. La realidad es que pasando por la vega de Antequera los primeros rayos de sol aparecen detrás de esta gran Peña que no te abandona hasta pasado el primer y único pueblo que te encuentras en el trayecto de hoy. Tras la vega, sobre el km 6, apenas has cruzado por dos veces la Autovía, se inicia la comunión del Camino con los olivos hasta Villanueva de Algaidas…el paisaje se torna monótono en cuanto a vegetación. Aunque en algunos puntos aparecen las encinas para diversificar tu vista. Primero por una pista agrícola a tu izquierda uno olivos más que centenarios repletos (algunos) de olivas sin recoger. A tu izquierda otra finca, esta de olivos más jóvenes con la oliva ya recogida y en algunos puntos bajo el sonido de las sierras mecánicas de la poda (aunque para poda la que hemos visto a pocos kms del final de la etapa…pelados) Con estas hemos llegado a Cartaojal…para un alto. En cuatro etapas es la primera vez que podemos parar en un pueblo intermedio. Allí era día de mercado…frutos secos que siempre vienen bien. A la salida 6 kms de asfalto y en suave ascenso, cómo no rodeados de olivos y con cortijos a un lado y otro de la carretera. Al fondo vigilante la Peña de los Enamorados. Todo hasta que el Camino te lleva por una senda entre olivos, claro, y se inicia una larga subida (con lluvia sería intransitable) hasta la altura de unos molinos de viento (de esos modernos para La Luz) En la cima aparece ante tus ojos un valle (de olivos) que se pierde en el horizonte…bajada de las de andar con cuidado, aunque la tierra arcillosa y compactada (hace días que no llueve) permite andar ligero. Lo curioso es que al fondo, antes de llegar a Villanueva una columna de humo (salida de una chimenea) te indica que hay una almazara industrial para la producción de aceite a pleno rendimiento dadas las fechas. El olor característico impregna todo el valle. Ya no lo dejas hasta llegar al final en Villanueva. De allí hasta Encinas Reales (siguiente final de etapa) para pernoctar en una casa rural “La casa de Maita”, típica de pueblo andaluz adecuada para una buena estancia…chimenea y fuego acogedor incluido. Comer en restaurante El Palomar, de domingo…lleno hasta los topes de gentes del lugar y venidos de lugares vecinos…lo digo porque todos se saludaban como si se conocieran de toda la vida…menos nosotros que éramos unos extraterrestres… Tarde al lado de la chimenea contemplando el crepitar del olivo en el fuego…Mañana, dejamos Málaga para adentrarnos en Córdoba, aunque el paisaje, me temo que será igual o idéntico, a escoger.