Primero hay que llegar y para eso un periplo de dificultades en un país que funciona a cámara lenta…les va a ser muy difícil instalarse en el camino del progreso…con sueldos a 150 euros al mes muy complicado.
Primera etapa para llegar a Santo Antao…vuelo Maio a Praia. Un cambio de horario, pasamos de las 9,50 horas a las 12,30 horas. Total nadie te espera en la capital… El siguiente vuelo a Mindelo en Sao Vicente para pernoctar sale a las 22,50, mentira salió a las 24,00…aquí el problema son ciertos hoteles que cierran antes como Café Casa Mindelo…te cobran la habitación si no llegas a la hora….
La estancia en Praia, si ya la conoces es sobradamente aburrida. Comida en un lugar conocido, mi consejo es ir a el Poeta o Punto de Encuentro. Cerca del puerto hay otro restaurante que anuncia “barriga (ventresca) de atún que también resulta bien calidad-precio.
Después a Plateau. Visita obligada al mercado. Allí uno se llena de colorido, de sabor auténtico. Las verduras resplandece y brillan. Las abejas se agolpan en los sacos de maiz y fabes…las señoras gritan sus productos. Sim además han ido llegando barcas de pesca se agolpa el pescado fresco…chicharros, caballas y otres…como el atún o el serra.
Al café Sofia, por aquello de la tradición. Ojo no hay wifi…
De asiento en asiento para hacer tiempo hasta la hora del avión a Mindelo…ver pasar la gente, ver las vendedoras de quesos frescos in situ. Coches arriba y abajo. Las personas que salen de las oficinas, generalmente del gobierno. Sería una estancia a ahorrar si existieran unas comunicaciones con vistas al turismo, pero…
Ha llegado la hora…1000 escudos más y al aeropuerto Nelson Mandela…por cierto hay consigna donde dejar la maleta a 100 escudos día.
Con el retraso correspondiente salimos hacia Sao Vicente. Otro taxi hasta Casa Paco. Otros mil escudos.
Casa Paco, tres estrellas, convencional, sin pretensiones, un desayuno de lo mejor en este viaje…propiedad de un canario…pero 80 euros es muy caro.
Para llegar a Santo Antao hay dos posibilidades marítimas…El viejo buque de la naviera Armas…una hora de viaje y 800 escudos por barba o un catamarán de Fash Ferry, dicen que media hora, pero se mueve más.
Optamos por lo seguro y embarcamos a las ocho de la mañana en el puerto de Mindelo. Una hora de travesía. Ya llegamos a Porto Novo….Escogimos un pequeño hotel a unos seis kms de la ciudad, Casafrance. Nos vienen a buscar al puerto con un aluger…otros 1000 escudos. El hotel está a orillas del mar en una pequeña playa de arena negra. Una familia francesa está construyendo una instalación hotelera muyde tu a tu con pretensiones. Todo estilo a cabañas africanas con cuatro departamentos amplios, con buenas vistas y un baño aceptable. Es agradable. Una zona común con bar para desayuno y cena (esta no está incluida), pero visto lo visto es una buena opción precio razonable, con vino sobrer los 12 euros por barba, incluido el gin tonic.
Dejamos las maleta y a Pegaso (agencia de rent a car en Porto Novo) a recoger el 4×4, imprescindible en esta isla. En teoría 50 euros por día, pero que acaba convirtiéndose en algo más de 55 con exceso de kms. 3 días y medio 24000 escudos.
En marcha. La gopro en el capó y a escoger el primer itinerario…Vamos hacia Terrafal, pero con desvío hacia Lajedo, Corral das Vacas, Ribeira da Cruz. Una constante subida que va introduciéndote en la fisonomía de una isla que se divide en dos paisajes opuestos. Los dos igual de interesantes y que marcan el sistema de vida en la isla. Además de distinguir entre riqueza y pobreza…Hasta aproximadamente unos cuatro kms camino de Ribeira da Cruz el paisaje desde Porto Novo es lava, lava y más lava. Vamos un secarral. LLegando a Lajedo comienza un cambio de fisonomía, la lava deja paso al verde de la huerta. Empiezan las terrazas donde se cultivan verduras, caña de azúcar (estamos en el país del grogue. Bebida a base de este producto, destilado y de alta graduación alcohólica. Para las mujeres se destila un ponche, que no le va a la zaga en lo de la graduación, pero es más dulce.
Una sucesión de pequeñas aldeas hasta el final de la Ribera. Al cruzarla conviene visitar Alta Mira. Las vistas y el estilo de vida son muy interesantes. Pequeñas aldeas a las que se accede a pie por unos descarpados de una belleza muy singular.
De nuevo en la carretera principal se va hasta la playa y allí Puntihna de Garça, un pueblo pesquero que tiene ese especial sabor a por donde no han pasado la mano del turoperador.
El camino de vuelta es el mismo. Por cierto en Ribera das Pratas paramos a comer en el único bareto abierto. Muy recomendable. Se llama residencial y bar Pinto. Comida de allí. Lo que tenía. Huevos fritos con arroz blanco y una ensalada de primera división. Postres caseros, sobre todo dolce de papaya.
No se lo salten. Después de comer cogimos el camino de Terrafal para conocer esa parte de la isla habitada que vive en el más terrible de los secarrales. Una carretera ascendente que nos llevó hasta una aldea Santo Tomé, donde la vida es difícil de por si y más sin agua. Pero hasta allí ha llegado el hombre, Una familia tipo nos recibió con expectación. Vale la pena el viaje…No pudimos ir a Terrafal, porque desde el desvío pasado Santo Tomé hasta esa localidad son 25 kms duros, aproximadamente hora y media de viaje.
Volvemos los paso andados y a buscar el descanso en el hotel.
Cena de serra, atún y pez espada, según gusto de cada uno, muy bien presentado y con una textura muy adecuada. A dormir oyendo las olas (quizás demasiado).
Mañana a Ribeira grande….