Una lluvia pertinaz y abundante a partir de las tres (las cuatro en la otra parte de la península) nos ha dejado huérfanos de posiblemente la playa más espectacular de las que tiene el Algarve (y os aseguro que tiene unas cuantas, como habéis podido ver por las fotos) Praia Marinha entre Lagoa y Albufeira es la más atractiva de una zona donde abundan las pequeñas calas entre grandes acantilados. Alternando bajadas y subidas de carretera o caminos, que todavía le dan mayor espectacularidad al conjunto. Benagil Carvalho y otras hasta llegar a esta de Marinha todas hoy bajo la lluvia. Ha sido imposible acercarse (aunque una foto robada al tiempo puede ser) Mañana, si las condiciones meteorológicas no lo impiden andaremos ese trecho entre el parquing y el “túnel natural” que se forma en el saliente de la playa.
Pero hemos de decir que el día ha estado de lo más aprovechado. Ya a primerísima hora hemos recorrido la Restinga que os anuncié ayer. Tres kms y medio de ida y otros tantos de vuelta por una senda observando las aves que anidan en estas marismas en el momento de la baja mar. Que actividad…no solo las aves…las huellas de una garza por la senda se distinguían gracias a la lluvia caída anoche. Luego algunos ibis, gaviotas, cormoranes y a mi me ha parecido ver una águila pescadora con la cabeza blanca, pero estaba muy lejos. Lo que si hemos observado con esa marea baja han sido dos grupos de mariscadores (en la zona se cogen berberechos, almejas y longueirones “navajitas”) Algunos pescadores que nos han confesado que se pescan doradas (casi todas pequeñas. Alguna habrá de buen ver y mejor comer, hecha al horno o a la sal) Desayuno y a buscar el pueblo de Silves en plena montaña (las guías dicen que hay que ir) rodeada de naranjos, esta localidad tiene el Castelo mejor conservado del Algarve con el atractivo añadido de estar construido con piedra roja de esta zona (coño como la de Prades en Tarragona, igualita) Del siglo XIV y restaurado en el XVIII. La verdad es que vale la pena, como un paseo por el pueblo con sus cales estrechas y empinadas que te invitan al café de la mañana…un bar con un oso de peluche en la puerta y atendido por una señora holandesa que se ha afincado en Silves (tiene que haber gente pa too). Además de este Castelo y también en piedra roja está la Sé (catedral en román paladino) Una iglesia datada en el siglo XII La actual está construida sobre una mezquita árabe (n esta zona la influencia de la cultura árabe fue muy intensa) y hoy un conjunto gótico después de diferentes restauraciones. Además la historia de Silves entroncada con la importancia Del Río Arade por donde romanos, fenicios y cartagineses extraían mineral y la dominación árabe y la reconquista posterior hacen de este lugar una visita obligada si uno pasa por el Algarve (no todo pueden ser playas de inmensa belleza) Y con esas vuelta a Alvor, a la Restinga para observar el cambio de paisaje con la pleamar y la verdad es que impresiona el poder de la naturaleza…pero para eso las fotos. Hoy tocaba comer cerca de praia Marinha y el lugar el Pescador de Benagil (recomendable) Antes de llegar un paseo por los alrededores donde se asientan viviendas de un lujo sobrio, pero lujosas al fin y a cabo. Por lo que hemos podido averiguar, muchas son de extranjeros afincados aquí o que vienen con frecuencia. También mucha segunda residencia, pero no pasan desapercibidas. La comida…digamos que hemos probado la Cataplana (no confundir con “cataplasma”) Un guiso de pescado y mariscos hecho en un recipiente cerrado y cóncavo. Estaba bueno (el producto era de lo mejor). Y desde ese momento el diluvio que sigue. Estamos en Armaço de Pera a la espera que escampe y podamos (mañana ya) volver a Praia Marinha.