Uno no sabe contar ya las veces que ha estado en Granada desde que es capaz de valorar en todo su sentido esta ciudad. Quizás por eso la elegí para comenzar el Camino Mozárabe a Santiago con parada obligatoria en Mérida (demasiados días y no repetir La Plata). Para luego “repetir” León-Santiago (me lo ha pedido mi amigo André). Empezamos mañana hasta Pinos Puente, pero hoy era obligatorio recorrer la parte de esta ciudad que deja un recuerdo en el alma del viajero…La Catedral y sus alrededores. La Alhambra, que les voy a contar que no sepan o hayan leído en internet, incluso lo hayan visto por la tele. El Mirador de San Nicolás o pasear por el Albaicin…y acabar saliendo por la noche de tapas por sus calles que huelen a Navidad todavía, mezclándote con los que bajan de una Sierra Nevada, muy nevada.
La mañana se presentaba ilusionante, aunque dura (empezamos a las cuatro en Vilassar), avión a las 7,15 y sueño, mucho sueño. Sobre las nueve llegamos hasta el Hostal Lima (muy recomendable) en el centro de Granada…dejamos las mochilas a la espera de la habitación y si más a por unos churros con chocolate a la cafetería Alhambra (original, verdad), estaban de vicio…la foto no hace justicia.
Catedral de Granada
De ahí, con la tripa llena y la frente fría a la Catedral y la Capilla real donde descansan los Reyes Católicos y su hija doña Juana, también Felipe el Hermoso…La Catedral, renacentista tiene esa grandiosidad natural de aquel estilo arquitectónico, pero sorprende la cantidad de lienzos de los siglos XVI y XVII que adornan su altar mayor, además de la gran custodia (aquí el Corpus Christi es de los que nos se olvidan)…especial atención merecen los siete dedicados a la vida de la Virgen.
De ahí taxi…(lo de caminar es mañana, aunque hayamos hecho más de 10 kms hoy a paso cansino) hasta la Alhambra…allí la invasión de chinos y japoneses. Ya el avión era un presagio, más de la mitad de los viajeros eran orientales…Con todo visitarla una y otra vez se hace necesario para los sentidos. El Patio de los Leones o todo el Palacio de los Nazaríes responden a las más altas exigencias que puedas tener. Toda la Alhambra es una gozada. Detrás se adivina entre las nubes Sierra Nevada con los picos Veleta y Mulhacen…
No voy a explicar el ágape en Pinot Noir y Tinta Fina en el centro de la ciudad para no resultar pesado con eso de la comida…que tiene que ser lo de menos en estos relatos…(a quién quieres engañar escribidor?)… Seguimos hasta el Mirador de San Nicolás (allí donde Clinton dijo que era el mejor amanecer del mundo) y después de contemplar la Alhambra (postal de rigor) paseo por el Albaicin, Monasterio de Santa Isabel, las clarisas, Plaza de San Miguel el Bajo y descendemos hasta encontrar la calle de las teterias que se ha convertido en los últimos tiempos en una atractivo zoco árabe.
La tarde da paso a la noche y a la sana costumbre de ir de tapas. En Granada es todo un arte eso de la “tapa”. Paramos en Los Diamantes (estaba a petar) y con dos cervezas y sus correspondientes tapas, más algún aditamento nutriente a dormir que mañana empezamos a caminar de verdad…Nos esperan 20 kms de ascenso con frío y alguna nieve que se ha mantenido después del “nevazo”, como dicen aquí del día de Reyes…Mañana os pongo al corriente