Les confesaré que no quería entrar en el tema de la “regeneración” democrática anunciada por nuestro presidente Sánchez, elaborada por Bolaños y certificada a medias (nunca se sale con la suya) por Yolanda Díaz. Pero el intento de mediatizar (lo han entendido bien) a los medios con el control de la publicidad institucional (la pasta de los presupuestos públicos de un lado y otro) si no eres capaz de decir “urbi et orbi” qué bueno es el gobierno de turno. Me ha parecido cuando menos sospechoso respecto a la contrición de la libertad de opinión, que tanto nos costó reinstaurar después del “periodo negro” de la dictadura. Son elocuentes los artículos de hoy en la Vanguardia de Barcelona de profesionales como Joaquín Luna y Fernando Onega (ya entraditos en años) pero con un bagaje en el oficio que muchos de los “librepensadores” de ese proyecto de regeneración ni tienen, ni tendrán. El código penal es claro y meridiano en cuanto a los intentos de difamación, a los de propagación de noticias falsas con intención de perjudicar a personas jurídicas y otros menesteres que los juristas sabrán desmenuzar (como dice el señor Luna con esa clarividencia) En el mismo ejemplar el señor Onega se retrotrae a tiempos pretéritos o a la ley Fraga que con “aires de libertad” vino a “joder” la mismísima libertad…año 1966 creo (a bote pronto y sin internet) Y al cronista (Onega) avezado en aquello de “en política no hay casualidades” le extraña que esta presunta “regeneración” exclusivamente referida a las financiación pública de medios privados, coincida con la investigación sobre actividades profesionales de doña Begoña Gómez, esposa del presidente y del hermano (también del presidente) David. Las tentaciones autocráticas del dirigente son frecuentes, tantas como las de Jesús en su retiro en el desierto (si aquel fue de 40 días y la que lio. El de Sánchez fue de 5 días y esperamos que las consecuencias sean menores (vamos un andar por casa y después nada) El problema es que Jesús lo proclamó en el desierto…y Sánchez tiene a Bolaños, “telebolaños” (léase RTVE a todo trapo) y medios privados paniaguados (que no corren peligro en lo de las subvenciones del poder central, otra cosa son las autonomías del otro lado) Se imaginan al propietario de un medio de comunicación (papel, online, audiovisual) diciéndole al director/a: “por favor no publiques eso que nos va la nómina de los chicos/as” Pues es en eso en lo que se traduce (en aspecto práctico y el día día) la mejor de las voluntades regeneracionistas y democráticas de cualquier dirigente político en el ejercicio del poder. Se me ocurre aquel chiste manumilitari donde el coronel ordena una reprimenda leve al soldado que se ha dormido en la tercera imaginaria y cuando la orden llega al cabo acaban fusilándolo.
Miedo me da…que quieren que les diga. A mi edad pensé que “aquello” (lo de Franco) había sido un mal innecesario para un país moneda de cambio en lo de la guerra fría. Ahora con los escarceos naturales de la manipulación (descarada a veces) de los medios públicos dependientes de los gobiernos de turno y unos a la derecha (incluidos los nostálgicos del ayer) y otros a la “izquierda pija” nacidos a la sombra de los “Jesús del gran poder”. Habíamos (a trancas y barrancas) conseguido un mundo de libertades donde el malo no puede ser bueno, aunque el bueno pueda parecer el malo. La mentira tiene las patas cortas y sale más barato confesar que esconder. No vayamos, con estos intentos de controlar “su verdad” dar dos pasos adelante y tres atrás en materia de libertades.
