ETAPA 17 EL TECHO 1516 METROS

EL TECHO 1516 METROS

La mañana empezaba a las siete y media frente a la barra de El Caminante con un café con leche y un plátano para paliar los efectos de las pastillas para la tensión, para el azúcar, para el ácido úrico, etc (y es que a estas edades las pastillas paliativas son pan nuestro de cada día)…en ese momento entra el panadero y se produce el siguiente diálogo. “Buenos días, solo una barra que tengo de ayer…qué temperatura te marca el coche?…el panadero sin pensarlo dice “menos cinco”…se imaginan ustedes la cara de los tres presuntos peregrinos? El susto era morrocotudo…nos miramos como diciendo y ?. Pues con esas nos pusimos a caminar en una etapa que se presentaba larga, no por el kilometraje, que lo habíamos reducido en 4 km, sino por la dureza de la misma…se sube desde los 1000 metros de Santa Catalina o el Ganso hasta los 1502 De la Cruz de Ferro (Fierro en leonés) y luego a los 1516 el techo de este Camino. Para luego bajar hasta los 900 de El Acebo destino final…24,540 kms de alta exigencia, pero de una belleza indescriptible si no lo ves.

Las primeras luces ya nos muestran algo de lo que será la etapa…en el camino a Rabanal unas perdices despistadas concentran nuestra atención (hay foto). Vicente que venía por detrás (será la única vez)…se va hacia el bosque a seguir ese “objeto oscuro de su deseo”…una vuela hacia el este y la otra desaparecida en el marasmo…con esas atravesamos la”valla de los pecadores” o lo que es lo mismo, donde los peregrinos dejan sus cruces en base a los pecados cometidos y el grado de arrepentimiento…las hay y muchas (la carne es débil). Luego Rabanal, vacío, todo cerrado, solo unos monjes benedictinos que hablan el español con dejes (según de donde sean, cordobés no hay ninguno). Sellamos en el monasterio del siglo XXI y visitamos la iglesia del siglo XI, contrasentidos del Camino. Mientras unos gatos dan cuenta del desayuno (vemos por la foto que contrariamente a lo que piensan algunos, no todos los gatos son pardos, al menos por la mañana). Y desde ahí a subir y subir a tramos suave y a tramos con la exigencia debida. Seis kms y ya estamos en Foncebadón, a más de 1400 metros…un pueblo que el Camino ha cambiado…de las ruinas se ha erigido un núcleo de atención al peregrino. Todo cerrado, excepto el bar Monte Irago (como el año pasado), donde nos atiende una chica madrileña con antecedentes en Rabanal…plátano y Coca Cola zero (como nos engañamos). Antes la imagen de su hija junto a unos caballos y unos asnos (enternecedora) y dos Peregrinos coreanos (qué raro…los hay por doquier).

TEXT

TEXT

Y

TEXT

TEXT

TEXT

TEXT
La próxima parada es la Cruz de Ferro o Fierro como prefieran…fotos de rigor (era para nosotros en exclusiva, pasen a partir de abril y hagan cola para eternizar el momento aunque sea en digital)… A bajar, primero Monjarin (ya no es lo que era) y luego a subir hasta la estación militar (no sabemos que hay). Nadie se imagina lo que viene después…si la subida te exige lo suyo…la bajada es de las que rompen las rodillas y lo que se le ponga por delante…Cinco kms entre el 35 de  la carretera LE-142 y los 40 de El Acebo por el monte donde las piedras sueltas (pizarra) te van marcando las plantas de los pies, las agarradas ponen en peligro el esguince de tobillo y el barro, el hielo y la nieve(de la época) te piden una atención máxima para no caerte como un saco de patatas. Si logras resistir esta gyncama llegas hasta El Acebo, donde todo está cerrado y solo te atiende el bueno de Jaume (catalán de Santa María de Queralt) en su casa “La Trucha”. Buena suerte la nuestra porque es de lo más recomendable del Camino. Las habitaciones un lujo…la comida de la huerta una exquisitez y por la noche “huevos con chorizo” de casa…usted puede pedir algo más?. Cuando se escribe esta crónica. Luz tenue, chimenea a todo trapo y puesta de sol sin trucos…buenas noches.

TEXT

TEXT

TEXT