18 DE NOVIEMBRE DE 2019

TESTIMONIOS DE UN HORROR

Ni nos ha pasado nada, ni hemos sido testigos de ningún accidente (no porque no exista el peligro con esta manera de conducir, pero por el momento se salvan por un milímetro) Simplemente hemos visto en una iglesia de Noto (después nos fijaremos en esta ciudad) la catedral de San Nicolás concretamente, tres obras con significado religioso (es lo de menos) hechas con restos de las barcas en las que llegan o tratan de llegar a estas y otras costas muchos migrantes (y otros se quedan en el camino) Esas maderas son el testimonio mas directo del horror.

La mañana comenzaba con un cielo azul, de los que no habíamos visto en estos 27 días anteriores…y eso hace que el humor mejore y sobretodo que salgamos al “trabajo” diario algo más temprano…también porque las previsiones de viaje marcaban tres lugares distintos (aunque cercanos) y un desplazamiento largo hasta donde estamos ahora. Primera parada la Neopolis de Siracusa (una de esas recomendaciones en todas las guías, calificada de imprescindible si vienes a Sicilia) Pues allí hemos estado antes de las nueve (en el tíquet iba la tomadura de pelo incluida. Hemos andado más de 200 metros de gañote a una taquilla junto a los souvenirs, cuando en la misma entrada al parque arqueológico había otra, será la edad) Nos reciben dos “señoras” muy puestas a modo de decoración exterior que su única función (aunque sin ser simpáticas) es indicarte el primer camino hacia las ruinas. Superado el trauma…empieza la visita con el “altar de Ierone” vestigio del altar de los sacrificios con una base de 198 metros y una anchura de 23. Luego inmediatamente a la oreja de Dionisio…que no deja de ser singular; se trata de una hendidura gigantesca en una cantera donde el eco permitía a este tal Dionisio escuchar lo que hablaban sus esclavos cuando extraían piedra de la cantera de Latomia. La Gruta de Ninfeo, al lado de la oreja de Dionisio y enseguida al Teatro Griego del siglo III antes de Cristo. La gran aportación de Neopolis al conocimiento de la cultura griega. Uno de los mejor conservados de esas centuria. El teatro romano, fechado en el siglo III después de Cristo es ver una nueva “arena” a imagen y semejanza del Capitolio y otras que ya hemos visto aquí y en otros restos que dejaron los romanos, especialmente en Beziers, Arles, Nimes, etc. Si es imprescindible la visita es por el Teatro Griego…

Con lo puesto (había que quitarse capas por el calor del sol) hasta Noto…la Holly aparcada en un paseo de gran belleza y donde se habían reunido el colectivo de jubilados de esa ciudad. Qué tiene Noto, puesto todo. Una ciudad que atrae desde su comienzo por la Puerta Real. Luego el recorrido va mostrando todo el potencial de su arquitectura barroca de los siglos XVII y XVIII…un Palazzo tras otro, una iglesia detrás de otra…unas calles empedradas y a la vez escondiendo la decadencia del esplendor que un día tuvo. Aunque desde esa decadencia desprenden elegancia. Ciudad limpia…con una jardinería acorde con lo que reflejan sus palazzos (hoy convertidos en hoteles, uno de gran lujo o viviendas…arte de la cerámica, casi toda de Caltagirone) Y souvenirs (por ser lunes) a mi me han parecido los justos. Yo creo que Noto (y luego Ragusa) tendría que estar en las guías como imprescindible si te acercas a esta isla. En la catedral, después de admirar su construcción en el más puro estilo barroco. Ya en su interior te tropiezas con tres esculturas en memoria de quienes han llegado y de quienes no han llegado en ese viaje del horror que es la migración desde costa a costa…

Unos 40 kms por una carretera de lo más auténtico que hemos pasado (casi siempre te desplazas por “autostrada” pero esta vez el Google nos ha obsequiado con una recorrido entre de media montaña salpicado por naranjos, olivos, algarrobos, alguna vaca de carne, ovejas (pécoras aquí, pero no malas) y unos lindes en piedra seca, como la de Formentera pero en tonos grises que enmarcaban terrenos casi todos en verde. Una gozada de paseo antes de comer. Ya en Ragusa (comida en bistró Holly, uno analiza y piensa que suele ser la mejor opción) Luego a recorrer la Ragusa Ibla (ciudad antigua) luego está la Ragusa Alta. Es el escenario habitual de la serie el Comisario Montalvano (me he quedado con las ganas de comprar una camiseta turística que lo acredita) Calles con aires medievales para un lugar donde se respira el barroco. Un punto elitista…restaurantes como el de Ciccio Sultano, 2 estrellas Michelin o algún relais chateau que otro…todo en palazzos de esos siglos…si veis las fotos hay cosas que marcan la creatividad en la ejecución de estas obras arquitectónicas…por ejemplo las figuras que soportan los balcones…todas distintas…un lujo. Dejamos Ragusa Ibla, para ir a la otra en bus para ver la ciudad moderna, que también se refugia en el barroco…como su catedral de San Giovanni…la de abajo, la de San Giorgio es (según las crónicas) el edificio barroco más importante de Sicilia. La foto de Ragusa Ibla (como es El Barrio) se hace desde Santa Maria d’scale…que viene de escaleras porque hay que bajar más de ciento cincuenta y pasar por un túnel en San Felipe de Neri que o te lo explican o no lo encuentras. Una experiencia más que interesante…que la dejamos aquí porque mañana (aunque da lluvia) pasearemos por El Valle de los templos…viniendo ya hemos visto una muestra iluminada y me parece que marcará un hito en este viaje…Fotos y explicación mañana.