LE MONT SAINT MICHEL

Uno de los momentos especiales de este viaje ha sido el de esta mañana. Sobre las siete hemos visto los primeros rayos de sol sobre la casa donde nos alojamos. La visita a Mont Saint Michel tendría otra perspectiva a la de ayer.

Bueno toda la jornada ha estado impregnada de este sol de verano.

Camino de Saint Michel hemos podido comprobar como es el entorno…los polders, esos terrenos ganados al mar donde se cultiva de todo y en abundancia. Las granjas o casas de agricultores reflejan el trabajo pero también la prosperidad de una agricultura agraciada con mucha agua.

En estás tierras se crían los corderos de D.O Pres Salé. Se llaman así porque comen la hierba que crece junto a Mont Saint Michel después de las mareas altas. Una vez al mes. Hierba que crece en agua de sal y que  contribuye a un sabor especial de estos corderos.

Hemos tenido la suerte que Domaine Pre Salé, donde pernoctabamos, es la finca original de la expanción de esta D.O. Aquí Frank cría más de mil madres de esta variedad de cordero que exporta a restaurantes muy acreditados como Alain Ducasse o Etxebarri en el País Vasco.

Al llegar a Mont Saint Michel inmediatamente te desvían hacia un gran parquing. La plataforma construida durante diez años para solventar los problemas de arenales ha cambiado una parte de la logística de esta Abadía. Desde el aparcamiento, por cierto carísimo…una lanzadera te deja a pié de  la entrada en la muralla de Saint Michel.

A partir de ahí empieza el concierto de fotos y más fotos.  Una vez entras lo primero que te encuentras es el hotel de la Mere Poulard. Creo que es el gran negocio de este Mont Saint Michel.  Después tiendas y más tiendas. Bares y restaurantes. Hoteles y ríos de gente que incian una subida considerable hasta una primera iglesia, la de Saint Pierre. Más tarde una plataforma en forma de torre de vigía que te obliga a detenerte para hacer fotos y más fotos del entorno inmediato de esta Abadia.

Superada esta primera parte, sigues subiendo y llegas a la entrada de la Abadía donde compras los tickets para entrar 9€. Me parece razonable. Sigues la cola y sigues subiendo hasta otra terraza que también invita a fotos y más fotos. Entras en la iglesia y comienza un rosario de sorpresas, porque la Abadía tiene muchas y muy buenas sensaciones. Salas columnadas, la cocina, algunas capilla, etc que compeltan esta visita.

Tal como has subido vuelves a bajar, con esa sensación de agobio por tanta gente como circula por la estrecha calle de este pueblo singular.

Ya en el mes de marzo, después de comprobar cuando se producía la gran marea del año nos encaminamos de nuevo a Mont Saint Michel para comprobar en vivo y en directo el momento en que esta península se separa del continente. La emoción es máxima y las vistas imborrables en tu memoria.

Cuando sales tienes la certeza de que has estado en un lugar excepcional del que siempre tendrás un recuerdo en tu memoria. Yo estuve allí.

Coche y sin dilación hacia Cancale. Ya estuvimos ayer con lo de las ostras, pero bajo una lluvia que todo lo afeaba. El sol y la luz nos decía que había que volver a ese lugar donde el mar jeuga un importante papel en su vida. Cierto, el color del agua, las barcas sobre el fondo del mar, aunque sin mar. Todo nos hacía sacar la cámara y volver a hacer el camino de ayer. La hora nos obligaba a hacer un parón en nuestra actividad turística. Pues  lo hicios en un restaurante. Au pied de port, se llama. Correcto. Calidad-precio más que aceptable. Si sois dos el plato de una persona, 28 €, es más que suficiente. Los moules buenos, todo sale de las bateas de esta zona. El helado impresentable. Tomarlo en otro lugar.

Después de comer un paseo hasta el final del puerto, allí donde ayer nos comimos las ostras bajo la lluvia. Hoy el lugar estaba más animado. Y la marea comenzaba a subir y cubría las bateas…tenemos fotos comparativas.

Acabada la sesión fotográfica y con otro helado para resarcirnos del error. Camino de Dinar, frente a Saint Maló. Allí encontramos un puerto deportivo muy al uso. Y una ciudad de veraneo. No turístico, sino de segundas residencia y especialmente para gente de la tercera edad. El más joven era yo y tengo 63.

Por fin nos encaminamos a Dinan. Ciudad con mucha historia. Sus  murallas y monumentos así lo atestiguan, Pero lo que mejor representa su importancia histórica son sus casas, muchas de ellas del siglo XII, XIII y posteriores. Una Rouen en la Bretaña. El paseo por ese casco histórico es imprescindible. Su castillo, la basílica, las diferentes torres vigías y las puertas de entrada a la ciudad.

Aquí se acaba un intenso día. El de mañana puede serlo más.