Dejamos la Closerie de l’Aventure camino de París. Antes dos citas importantes. La primera el Castillo de Chaverny.
Pequeño, pero con los aditamentos necesarios para convertirse en imprescindible. Jardines espectaculares y bien cuidados. Una distribución y decoración adecuada para conocer la vida de un noble. Incluso con la habitación real, preveiendo la visita del monarca de la época.
Pero lo más interesante es que Herbé se fijó en este Castillo para construir las aventuras de Tintín. Es divertido ver corretear a milou por esas habitaciones llenas de objetos.
Muy interesante la colección de pinturas.
De allí carretera y manta hacia Chartres para recorrer en poco menos de una hora la parte histórica de esta ciudad y especialmente su catedral. Declarada por la Unesco patrimonio de la humanidad, es sin duda una de las más grandes de esta Francia entre la Provenza y Girona.
Majestuosa, monumental en todos los sentidos. Sus portadas no tienen desperdicio. Sus vitrales están a la altura de las mejores y el recorrido por la vida de Jesús que rodea el altar mayor es de lo más bellos de una catedral.
No se puede ir a Francia sin visitar esta catedral. No se qué estaría yo pensando anteriormente que no había ido.
Tarde en Montmartre, ya que estamos hospedados en un apartamento en esta parte de París. Tiendas, tienditas con gracia. Buenos patés, mejor vino de Borgoña (pinot noir, claro). Completar la tabla de quesos , jamón y lomo de nuestra nevera particular. Antes una birra viendo pasar turistas.