Así anunciaba el programa de fiestas de este Camino Olvidado la etapa de hoy entre Igüeña y Labaniego. Más cuando nos hemos dado cuenta que los primeros 1,4 kms eran de carretera (los hemos obviado, cosas del querer) Salida del pelotón de los torpes a las nueve y detrás a casi una hora de margen los AV con Pilí, yendo y viniendo entre Natasha y Michel. Desayuno a las ocho…Sol, temperatura a 0 grados (ni frío, ni calor) Todo un cuento de hadas…La primera en la frente. Helada nocturna (nada para unos chicos del norte) Jean Luc y Natasha a rascar cristales si nos queremos ir…El punto de partida una buena subida con digestión del desayuno (para calentar y hacer estiramientos) Exigente, pero llevadera si es la última (pensé yo) Escarcha por doquier (el sol era tímido) Luego una larga marcha hasta Quintana de Fuseros (patria de la gaseosa Lopez) Placidez total (con foto de la luna llena antes de acostarse. Será juerguista) Un paisaje de pintura hiperrealista con luces de sol radiante y azul del cielo como contraste. Lo dicho, un paseo. Hasta aquí ha llegado esa sensación. Salida de Quintana, sin gaseosa por supuesto (un trago de agua en un banco a la salida) y comienza un ascenso de cinco kms. Entre suave y exigente, con mirada desconfiada cada vez que alzabas la vista (me caguen lá, en aragonés) Cuando llegas al alto (en el mapa, la realidad era distinta) empieza la segunda parte de este “paseo”. Una montaña rusa de bajadas y subidas (de las rompepiernas) Subidas que el dios de André (el franchutis) nos coloca en el Camino cada vez que tiene malos pensamientos y le asalta la tentación. Hasta que al final enfilas el camino de Labaniego con rodeo de distancias. Estás a cuatrocientos metros en línea recta del punto final, pero la montaña dicta su sentencia y te obliga a dos kms de bajada suave, pero con malos pensamientos.
Todo tiene sus momentos y esta etapa tiene varios. El primero es una realidad, con lluvia hubiera sido muy difícil transitar por la primera parte de la. etapa. El barro (barrua, en caminante) hubiera hecho estragos. Las botas hubieran pesado, un quintal, bueno algo menos. La etapa de ayer bajo la lluvia hubiera sido imposible. La segunda la vista de los valles, especialmente la última parte donde transitas entre dos valles del Bierzo-Norte; por un lado Bembibre a tu izquierda y El Valle a tu derecha…sencillamente un espectáculo de paisaje.
Seguimos anclados en El Verdenal de Noceda (de lujo) Comida al aire libre (les puedo afirmar que la temperatura ya no era 0 grados) incluso alguno en manga corta…menú peregrino. Pero nos anuncian para esta noche menú gastronómico del Bierzo…veremos. Mañana les cuento el resultado.