DÍA 6 DEHESA

DEHESA

Salimos de Zamora con un skyline de la catedral de esos que salen en las postales. Pero al mismo tiempo los termómetros marcan -4 grados y salir de la Holly para hacer la foto te deja helado (en este caso helada, porque ha sido Rosa la fotógrafa) De ahí doce minutos hasta la quesería Vicente Pastor en Morales del Vino para ver y mostrar a los demás (Instagram vinsimesformentera) como se elabora un queso de la D.O Zamora totalmente artesano…2.500 ovejas nos permiten un manjar que servimos en Vins i Mes en Formentera (fotos tiernas con los corderitos recién nacidos, todos en familia…incluidos los huérfanos) De ahí buscamos La Alberca, ese pueblo que mereció el honor de ser el primero de España en ser reconocido como Conjunto Histórico-Artístico allá por 1940 (tela) Merecido, después de verlo esta mañana. Antes de llegar la carretera, especialmente las de segunda, nos transportan hacia un nuevo paisaje. La Dehesa se hace presente, la zona es determinante (como me gusta la Dehesa) Encinas y un verde como campo de golf, salpicado por la jara. A partir de ahí la atención se centra en encontrar los habitantes de la dehesa…vacas de todas las razas, ya sean de carne o de leche (destacan esas cárdenas de raza salmantina que pese a ser de casa no te extrañe que envistan si tienen que defenderse) algún eral bravo (la foto no engaña) y por fin los cerdos ibéricos en plena montanera antes de convertirse en manjar en fresco o manjar en curado. Paradas, fotos y la ilusión de ver en el campo al toro bravo…será en otra ocasión, quizás mañana o pasado…vamos a ello. La Albercas nos recibe con un buen número de turistas ocasionales (es domingo, aunque dicen que ayer fue peor) Muchos con bolsas del súper cargadas de productos típicos, supongo que embutidos de la zona. La oferta está en cada puerta de la calle mayor hasta la plaza…Típico de un pueblo con tanto atractivo. Casas a la antigua, remodeladas respetando la arquitectura tradicional (hace 40 años, alguna de esas casas se caía) La verdad es que vale la pena visitarlo. Terrazas y bares llenos. Algunas con taper incluido sentadas alrededor del cruceiro que marca la Plaza Mayor…Muchas casas de segunda residencia (hoy cerradas) de nacidos que un día se fueron a buscarse la vida a las conurbaciones cercanas o lejanas. Insisto hay que ir. Cerca de allí la Peña de Francia una montaña con Santuario incluido y oferta de hotel (ahora cerrado. Ir a dormir allí tiene mérito) Las vistas son espectaculares y desde allí se ven o se adivinan localidades emblemáticas de estas sierras, Francia y Béjar. Incluso se ve claramente el pantano Gabriel y Galán en el norte de Cáceres. Para comer en la Holly un plato repetido con los elementos originales, puerro blanco, olivas negras y el chicharro en escabeche…pura delicia en el plato. No se me olvida el homenaje al ibérico con un picadillo de fiesta con folrre y manillas.