DE LEÓN A SANTIAGO 6º CAMINO

Comienza una nueva aventura hasta Santiago de Compostela. Día 7 de enero de 2017…estación de Sants en Barcelona. Tren Alvia con destino a León. Salida a las 9,30 horas. Llegada a las 17,21…casi nada. Así se inicia un nuevo Camino De Santiago esta vez en invierno, aunque el anticiclón de las Azores augura bueno tiempo, ausencia de nieve y poquito frío para la que podía caer. Día anodino. De adaptación. Cena en Las Redes (menú aceptable a 10€), Está al comienzo de la Virgen del Camino. Mañana asueto, como decían en el cole para prepararnos la hora de la verdad. Dormir en Hostal Soto a 20€, muy recomendable. La cena en Las Rejas de La Virgen del camino…Un menú más que aceptable por 10€. Mañana repetimos.

Domingo 8 de enero de 2017

La jornada de turismo puro y duro comienza con un chocolate con churros en el centro de León, en la calle Ancha…De ahí a la catedral. Impresionante en su exterior y espectacular en su interior. Los vitrales de esta catedral son seguramente los de mayor atractivo en España. Se asemeja a la de Chartres en Francia. La visita con audioguía 6 €. Desde la catedral siguiéndolas flechas del Camino hasta la Colegiata de San Isidoro, en su día palacio real de Fernando I de León y doña Sancha y posteriormente una basílica románica que encierra el cáliz que dice la leyenda contiene parte del que utilizó Jesús en la última cena. La historia es verosímil, pero si no lo es nos la creemos. Lo que es de indudable valor son las pinturas que adornan el panteón de los reyes. Según los expertos las más importantes de Europa de estilo románico. Además de las mejor conservadas. Sería una pena pasar por aquí y no visitar esta joya. Desde ahí hasta el edificio de las Casa de los Botines, cuyo arquitecto fue Antonio Gaudí…inconmensurable. A comer en el restaurante La Catedral, frente al seminario en obras. Hoy es domingo y además de un menú más que aceptable a 14€, sirven cocido leonés a 16€. La elección era fácil. Tras esta “ligera” comida o frugal colación como prefieran nos fuimos a tomar café al antiguo hospital de peregrinos, como corresponde, hoy Hostal de San Marcos. Pasamos el puente y regresamos a la Virgen el Camino donde es sorprendente su basílica contemporánea, adornada con 11 esculturas de Subirats…lo curioso es que su mecenas fueron Alfonso Diez y su sobrino Antonio Fernández, este último propietario en México de la Cervecera Modelo, la famosa Coronita…Día completo.

Lunes 9 de enero de 2017

Siete y media de la mañana del 9 de enero de 2017. Ha llegado la hora de la verdad. Nos esperan más de 26 kms hasta llegar a Hospital de Órbigo. Un café con leche y bizcocho casero a poco de comenzar, apenas unos 800 metros pero algo hay que echarle al cuerpo. De Virgen del Camino nos despide la mirada atenta de las esculturas de Subirats en la fachada de la basílica. A pocos metros una primera decisión la de seguir por la vía paralela a la N-120 hasta Hospital de Órbigo o una ruta alternativa que pasa por una zona más rural, pero que te obliga a unos 4 kms más. La opción es fácil, seguir el camino histórico que transcurre por estos pueblos que ya fueron testigos del paso de los primeros peregrinos.

La ruta es anodina siguiendo un andadero cómodo viendo pasar camiones y coches a tu derecha un tiempo y a tu izquierda otro. Pocas son las opciones que te alegran la vista. Simplemente caminar.

Al final de la etapa en Hospital llega lo mejor de ella. El puente del siglo XIII sobre el río Órbigo y poco más. El Campanario De la Iglesia de Puente con sus nidos de cigüeñas y los colores del cielo en el atardecer de una tarde de frío moderado. Este 2017 ni es invierno, ni nada. Mañana hasta Santa Catalina de Somoza…antes Astorga cargada de historia y cultura.

Pernoctamos y pensión completa en Hotel El Paso Honroso 35 €. Habitación correcta, algo fría. Comida y cena por 10 € cada una, muy recomendable. Aquí el plato típico es la sopa de truchas…

Martes 10 de enero de 2017

Todavía no hay atisbos de las primeras luces cuando nos ponemos en marcha en Hospital de Órbigo siguiendo el arcén de la N-120, testigo de una importante parte de nuestra caminata. Unas veces por el margen derecho de esta carretera y otras por el margen izquierdo vamos superando Cambios de rasante hasta llegar a un desvío que nos lleva por uno de los típicos andaderos de este Camino francés entre árboles hasta un crucero desde donde ya se divisa Astorga. La capital de la maragatería nos recibe este martes 10 de enero de 2017 con su mercado semanal en la plaza del Ayuntamiento. En su fachada una pareja de figuras ataviadas de maragatos se encargan de darnos la hora. Bullicio de personas, de vendedores ambulantes que en pocas horas y con frío, aunque hoy también nos ha esquivado este invierno, tienen que vender su mercancía bajo el signo de “Bueno, Bonito y Barato”.

Seguimos las flechas amarillas y nos encontramos con la joya de la corona de esta ciudad. Su catedral y el palacio episcopal, obra de Antonio Gaudí. Hoy en obras de mantenimiento de su fachada. Dejamos para otra ocasión sus famosas mantecadas y seguimos el Camino hasta Santa Catalina de Somoza siguiendo un andadero que va ascendiendo pausadamente, casi sin darnos cuenta, pero sin pausa. Nueve kms y llegamos a El Caminante, nuestro alojamiento hoy. Extraordinario. Su calidad-precio 20€ lo hace indispensable a la hora de programar el Camino. Pero es que además hoy el Cocido Maragato “solo por encargo” estaba de diez. Hoy toca reposo, lectura junto a la chimenea…mañana nos espera el techo del Camino y un prolongado descenso hasta El Acebo…total 29,8 kms. Os lo cuento.

Miércoles 11 de enero de 2017

Ya estamos en El Acebo, no han sido 29,8 kms, sino 28,7 kms. En algún recodo nos hemos equivocado. O es que no ha llovido y hemos dejado a nuestra izquierda la carretera desde la Cruz de Ferro hasta aquí abajo?. Será eso.

La etapa empezaba con un desayuno y con un nuevo compañero de Vilanova de Arousa. Si de la Ría. Las únicas luces, las de los madrugadores que en su coche se desplazaban de un lugar a otro en esta parte de la Maragatería. Con las primeras luces del cielo pasamos El Ganso. Un pueblo en el Camino. Hemos visto amanecer ya camino de Rabanal. Primer descanso, bueno si algo estuviera abierto. Lo hemos sustituido por un picnic propio con buen queso y longaniza de Ca La Isabel de Moiá…algún fruto seco…y vuelta al Camino. Nuestra próxima cita Foncebadón después de subir y subir durante seis kms. A 1400 metros, casi nada. De frente la niebla y algo de frío sobre el sudor del esfuerzo de mirar constantemente hacia arriba. Un plátano, ya llevamos dos, una Coca Cola y 3 peregrinos de Chicago refugiados en un albergue de alemanes. Dos kms y llegamos a la Cruz de Ferro el techo del Camino. Foto de rigor y para mi una exclusiva…la foto de la Cruz de Ferro sin ningún peregrino junto a ella. Milagro? no, es invierno. De ahí por un rompepiernas (toboganes) hasta llegar a la bajada a El Acebo…de justicia. Antes cruzamos Manjarín lugar donde dicen que hay una halo de magia. Hoy no estaba Tomás su fundador. La salud. A la pendiente hasta El Acebo se une el camino lleno de piedras traicioneras dispuestas a engañarte. Las rodillas, los tobillos, alguna ampolla con ganas de aparecer sufren de lo lindo y más después de 26 kms de paso tras paso. Pero hoy si que se ha parecido a lo que esperamos del Camino…sendas entre rebollos, algún que otro barro y pisadas peregrinas sobre la escarcha. Aunque ni frío, ni lluvia (menos mal), ni nieve. ¿Es invierno? Paramos en la nueva instalación de La casa del Peregrino que responde sin duda a la calidad de la que abrieron al inicio del pueblo. Esta está al final, junto al cementerio. 25€ individual con desayuno en una habitación 4 estrellas, Un menú de mediodía de 12€ magnífico. Un menú de cena más que correcto 10€. Hasta ahora, sin duda, la mejor del Camino.

Jueves 12 de enero de 2017

Hay momentos que se quedarán en el recuerdo de los caminantes o peregrinos como quieran llamarles. Esta mañana es uno de ellos. Nada más abrir la ventana de la habitación en El Acebo la imagen (la noche ha impedido plasmarla en el móvil) de esa luna al 99% sobre el mar de nubes que cubría Ponferrada nos ha trasladado al momento que subes al Teide y llegas al otro mar de nubes. Dicho esto y puestos en marcha 2 kms de carretera en la noche y entramos en un camino que nos llevará hasta Riego de Ambrós (cómo ha crecido este pueblo) 0 grados y ya inmersos en las primeras nieblas. A partir de aquí se inicia un descenso de 4,5 kms hasta Molinaseca por caminos de montes que exigen atención y especialmente un esfuerzo suplementario, que unido al de ayer dejan huella en más de un caminante. Hoy un paisano en Camponaraya nos ha dicho “los dos descensos seguidos han dado con muchos peregrinos en la cuneta”. Tenía razón. Mañana en Villafranca del Bierzo algunos de los que van en esta expedición (somos 3) pasarán por el físio. Cosas del Camino. Pasamos Molinaseca y su puente romano. Hay que detenerse para la foto de rigor. Un ligero refrigerio y por carretera hasta Ponferrada. En ese andador para el colesterol que se han inventado algunos municipios desviaros hacia Campo, pequeña localidad que te lleva hasta el Puente Romano de Ponferrada y después el castillo templario y el centro histórico. Las otras marcas solo te llevan a un rodeo para ver una ciudad en plena depresión económica. Quién te ha visto y quién te ve, ciudad del dólar. Seguimos por el andadero del río y pasamos el Museo de la Energía una obra faraónica para recuperar una antigua fábrica que allí está muerta de risa. Desde ahí y tras una cuesta por una serie de urbanizaciones exteriores a la ciudad. Por cierto desde allí se divisa un edificio de arquitectura singular. Saben qué es? Pues yo lo he preguntado. Es el edifico “más feo, más alto de Castilla León y sólo viven cuatro” respuesta de un paisano que nos hemos cruzado en el Camino. Pasas Colombrianos y hasta Camponaraya por una carretera, digamos de tercera entre casas de campo. Al final del pueblo (tiene 2,5 kms) y en el mismo Camino la Casita B&B. Nada recomendable. 20€ la individual con desayuno convencional de supermercado. No tiene baño privado y realmente vale la pena ir hasta Cacabelos o regresar a Ponferrada. Comer en Mesón El Reloj a 500mts simplemente correcto. Mañana hasta Trabaledo, aunque luego regresemos a Villafranca para pernoctar.

Viernes 13 de enero de 2017

Etapa de semi-invierno la de hoy entre Camponaraya y Trabaledo. Algo de frío, algo de sol y nubes, algo de aguanieve y algunos arco iris en el Camino. Nada con lo esperado. Temperaturas entre cero y nueve grados que para la altura de fechas en las que estamos poca cosa en el zurrón del pastor.

A la salida de Camponaraya la primera única confusión en la que caen o caemos muchos caminantes…dos señales, una que puedes no ver y te manda hacia Cacabelos (recorrido oficial) y otra quién te manda a escaparrar cebollinos por el camino antiguo a Corrobedo, las dos con señales similares. Bueno son 2,5 kms más. Menos mal que hoy nos ha acompañado un fiel amigo. Un can, mezcla de podenco y no me preguntes más ha venido a mi lado durante once kms. Hasta la salida de Villafranca donde su aparente dueño lo estaba esperando. Juntos hemos sido testigos de algunos arco de iris que el tiempo cambiante iba dejándonos en el horizonte. Algún altercado con otros canes del Camino, pero siempre en silencio, como si los dos tuviéramos que decirnos algo sin que al final ninguno de los dos se lo dijera al otro. Silencios del Camino.

Desde Cacabelos, mejor dicho desde Pieros una carretera a la derecha te lleva ya por pistas agrícolas a Valtuille de Arriba y desde ahí hasta Villafranca del Bierzo. Cepas viejas, cepas jóvenes, de mediana edad, recién plantadas. Capas de Mencía, de Merlot, de Cabernet, de Jerez (aún quedan), de Syrah, etc te van acompañando hasta las mismas puertas de Villafranca donde te recibe la iglesia del Perdón consagrada a Santiago y San Francisco. Un románico tardío que no puedes pasar por alto. Enfrente, según se baja, el palacio de los Condes y a partir de ahí la calle del agua te lleva a cruzar la población para salir hacia la carretera N-VI que será tu acompañante hasta Trabaledo.

Villafranca del Bierzo es la capital del vino de esta denominación de origen y que ha alcanzado la excelencia por la elaboración de caldos de la uva “mencía” o Godello. Enólogos como Raúl Pérez o Ricardo Palacios han situado a estos vinos en lo alto de la oferta del vino español. Además es una ciudad monumental que conviene no dejar de lado. Por eso desde Trabaledo buscamos un transporte que nos lleve hasta el Mesón de Nacho donde degustar platos de la tierra y vinos de estos lares. El menú a 11€ y los vinos a precios más que justos. Para dormir en el Hostal la Puerta del Perdón frente al Palacio. Excelente. Muy recomendable. Mañana hasta O Cebreiro, la etapa reina que dirían en argot ciclista. 20 kms de ascensión que marcan la capacidad de hacer el Camino. Me chivan que ya ha nevado en la cumbre. Os lo cuento mañana.

Sábado 14 de enero de 2017

Pocas, pero algunas si, la realidad supera la imaginación. La etapa del Camino de hoy entre Trabaledo y O’Cebreiro, apenas 19 kms ha tenido todos los alicientes que uno busca en este Camino de invierno. Primero un paseo por la N-VI sin más enjundia que seguir las flechas en la noche (harto difícil). Ver pasar la cantidad de vehículos de cazadores en un sábado de enero. Hasta que llegas al desvío de La Portela, te adentras en la antigua N-VI, Que complicado era ir de Madrid a La Coruña hace cuarenta años. Y después de pasar As Ferrerías y te vas a la izquierda por un camino donde las hojas de los castaños te tienden la alfombra triunfal para inicial un ascenso duro donde los haya hasta La Faba. Una imagen de esas de calendario de restaurante de carretera o de postal de National Geographic.

Pero poco antes, quizás un km antes empiezas a ver los resultados de la nevada de ayer en Los Ancares y a medida que avanzas la sensación de que te adentras en el invierno va tomando forma. Nieve, más nieve…y más nieve. Hasta que todo el paisaje se convierte en un manto blanco… Poco a poco por la senda que marca el Camino vas pasando La Laguna, el último pueblo de Castilla-León. Enseguida la frontera con Galicia y su primer mojón…quedan casi 161 kms hasta Santiago y apenas 1,5 kms ya estás en O’Cebreiro. Tres brasileñas, un señor de Sevilla y un paisano de Teruel configuran la procesión de peregrinos que han seguido las huellas de los anteriores en esa nieve virgen. Al llegar al final de la etapa, tu crees que vas a tropezarte con la magnifica iglesia de este lugar, pero no. Lo primero que ves es un montón de coches, no hay más sitio en la carretera. Familias enteras, curiosos de los dos lados de la frontera y muchos, muchos niños con sus trineos haciendo de las suyas. Es el precio de la primera nevada de esta temporada. A buscar sitio para comer que no es fácil por aquello de la masificación. Nosotros a Casa Navarro 30€ la individual que para ser en O’Cebreiro está muy bien. Comer en el Hotel un cocido de ensueño. El día te invita a ello y al orujo que lo pone el amigo Quico de Vilanova de Arousa. Mañana más nieve…os lo cuento.

Domingo 15 de enero de 2017

La nevada de esta noche pasada ha dejado un paisaje de ensueño a nuestro alrededor. A las ocho en punto de la mañana mientras abría sus puertas el único bar de O’Cebreiro seguía nevando. Los copos se reflejaban en las pocas luces de esta aldea de la montaña lucense. En pocos minutos el bar del Hotel Cebreiro se ha llenado de peregrinos, bueno unos catorce, contando con dos coreanos de los unos cuantos que hay por este camino. La pregunta o comentario era “por carretera o por el camino”, la respuesta generalizada, incluida una familia australiana de un adulto y cuatro jóvenes ha sido “carretera”. Yo no, “camino” y realmente he acertado en la decisión. Las imágenes de los 15 primeros kms hasta el inicio del descenso a Triacastela bien valían el riesgo (mínimo) de perdida en el monte. Las fotos, vídeos y otros utensilios modernos no reflejan la realidad de lo que hemos vivido quienes hemos pasado por el camino. Nieve virgen, unos 20 cms de espesor. Aldeas y parroquias de Galicia rebozadas de un manto blanco que le daba un plus de esplendor a su imagen. Hay una iglesia del siglo X que cubierta de nieve te trasladaba a esa época…

La etapa es posiblemente una de las cuatro de mayor exigencia del Camino Francés… junto a la primera entre Saint Jean de Pied de Port y Roncesvalles. La de Santa Catalina de Somoza a El Acebo. La propia de O’Cebreiro. Son 22 kms pero complicados. Primero superar el Alto de San Roque de 1250 metros. No olvidemos que venimos de un descenso prolongados de más de 400 metros desde O’Cebrerio para volverlos a subir. Más tarde hay que llegar al alto de Poio..1335 metros. Por cierto en este recorrido pasas por algunas aldeas de cuyo nombre ya no me acuerdo, donde se ha parado el tiempo, quizás allí por los siglos X u XI.

Después de unos kms de andadero paralelo a la carretera. Pero esta vez cubierto de nieve…comienzas el descenso pronunciado, más de 700 m de desnivel hacia Triacastela. Allí vale la pena fijarse en los colores que nos ha dejado la nevada. Blanco nieve, verde pasto y rojo helecho. Que combinación cromática. Dejas las nieve y vuelves a las corredoiras. Castaños, algún Carballo. Muchas vacas en el corral, no está el tiempo para las campas. Algunos perros con mirada cansina. Una palloza entre vieja y restaurada. Un castaño de 800 años en Ramil y xino, xano hasta la iglesia románica de Triacastela. Por fin. Hoy 15 de enero de 2017 en Triacastela estaba todo cerrado…Pernoctar, bueno pensión completa en Hotel A Veiga de Samos, donde el monasterio. Habitación cómoda y comida de primera. Muy recomendable.

Mañana etapa corta hasta Sarria. Si, donde empiezan los churrimaguisperegrinos para que les den la Compostela. Os lo cuento.

Lunes 16 de enero de 2017

La mañana empezaba con la tranquilidad de tener que superar los pocos más de 14 kms que separan por el Camino, Samos de Sarria. Por la carretera, vaya peligro unido al aburrimiento de coche va o viene, es uno menos. Elegida la opción el Camino transcurre a orillas del río Samos y nuestra primera parada fotográfica es para “retratar” (como me gusta este término) un viejo molino que sin duda formaba parte de la economía de subsistencia de estas tierras. Algún puente vetusto y con mucho peligro van dándole pinceladas a la vegetación que rodea ambas orillas.Sobre los 3,5 kms el Camino gira a la derecha para adentrarse en una zona de corredoiras donde se alinean los castaños y carballos que nos acompañarán hasta San Mamede justo a las puertas de Sarria.

Sin la espectacularidad que ayer ofrecía la nieve recién caída. Hoy las hojas de castaños y carballos configuraban una alfombra casi roja por donde desfilar hasta las diferentes aldeas que hemos ido dejando atrás en este bonito escenario de la Galicia profunda. El sonido de algunos pájaros, los ladridos de algún perro acostumbrado al paso de peregrinos de toda índole y condición. Las vacas en sus corrales, como pidiendo volver al prado pese a las inclemencias del tiempo. En este caso la niebla que le daba un plus de misterio al recorrido. Por un momento me han venido a la memoria dos grandes pelis del cine español: El bosque del lobo, de Pedro Olea. Donde un gran José Luis Lopez Vázquez recrea el personaje del “lobisome” (humano que se convierte en licántropo y asesina a quienes le acompañan al bosque) y El bosque animado de José Luis Cuerda donde el pobre Fandetestas (Alfredo Landa) hacía de aprendiz de bandido en un bosque similar al que hoy hemos atravesado. Parecía que en cada curva detrás de un castaño gigante se escondía alguno de los dos. Y perdido en algún que otro pensamiento “de los buenos”. Los malos los dejamos para después del telediario. Hemos llegado a Sarria. Nos alojamos en el Hotel Alfonso IX, un remedo muy recomendable de los AC o NH a 35 € la individual. “que mal queda, verdad?”. Comer en restaurante Roma, como siempre. Cuchara de primero y zorza de segundo (territorio gallego, se nota) con un vino Mencía de Monterrei y postre (inconfesable, por si lo lee mi médico) a 25 € por barba…nunca mejor dicho. Mañana hasta Portomarín. Allí nos espera en todo su esplendor “o noso pai O Miño”. Como el Nilo pero en gallego.

Martes 17 de enero de 2017

Sarria es el principio para muchos “Chrurrimanguigrinos” que empiezan el Camino aquí, llegan a Santiago y reciben La Compostela como si hubieran hecho el Camino. La enmarcan e incluso presumen con los amigos…triste circunstancia que remueve en sus tumbas a los peregrinos que en el medievo pasaban las inclemencias para llegar a Compostela. Pero contra el “turismo” no se puede luchar.

Salvada la estupidez, la etapa de hoy es de las que crean adicción al Camino. Primero porque Sarria es un lugar con magia. Su casco antiguo reúne casas con cientos de años ahora dedicadas a acoger a toda clase de peregrinos. En primavera-verano esto es una fiesta continua. Pero además por sus monumentos. La Iglesia de El Salvador, el monasterio de la Magdalena construido en el siglo XIII. Son un claro ejemplo de su unión al Camino.

De ahí una ascensión exigente te conduce por paisajes de la Galicia rural con todos sus elementos. Casonas de piedra con sus fincas correspondientes, algunas (muchas) deshabitadas, pero otras dedicadas a explotaciones ganaderas. Pasamos una y otras y no vemos las vacas. Siguen en el corral.

Esa Galicia rural es la de una sucesión de Carballeiras o de Castaños que unen las diferentes aldeas. Árboles que han sido testigos durante más de ochocientos años, algunos ( a mi me parecen todos milenarios, pero) de la evolución del Camino a Compostela  desde aquellos que transcurrían con prácticamente la casa acuestas, hasta quienes, como sucede hoy, es una forma de hacer turismo, aunque sea andando. Las estaciones del año van marcando el cromatismo de esas corredoiras donde se mezclan el verde perenne del musgo con el ocre intenso, marrón seguramente, de las hojas caídas de esos carballos. A todo esto se le añaden dos elementos comunes, el barro (actualmente y debido a la sequía poco) y las heces de vaca que ya forman parte del paisaje.

En el Camino de hoy dos importantes hitos la iglesia De Santiago de Barbadelo, con su torre cuadrada una de las joyas del románico gallego. A unos kms de esta nos encontramos con la iglesia de Ferreiros. Nos comentó en su día la encargada de enseñar la iglesia de Barbadelo (en invierno cierra) que el 90% de los peregrinos no se acercan a ver esta joya y eso que está a solo 20 metros del camino. No les parece triste?. Que le vamos hacer, misterios del Camino.

Por sendas y carreteras de tercera rodeados de verde y carballos  en rama llegamos al descenso hacia la cuenca del Miño, esos río que junto al Sil y el Ulla marcan la actividad fluvial de Galicia y que tanto influye en una parte de su economía. Pasamos el puente, que poca agua hay en el embalse, y ascendemos hasta Portomarín, final de etapa. Allí nos espera su impresionante iglesia románica de San Nicolás. Visita obligada, hay que esperar a misa de siete. Un románico del siglo XIII de las más altas que existen y con dos rosetones que la hacen muy singular.

Para dormir pensión Portomiño, de lo poco que hay abierto. 35€ la individual, caro para lo que ofrece. Comer y cenar en Pérez. Correcto a 12€ el menú. Es la única posibilidad. Mañana a Palas de Rei, seguimos en ese rural, pero menos ya.

Miércoles 18 de enero de 2017

Dicen que las etapas gallegas de este Camino francés (el de todos) se conocen en argot como “rompepiernas” y lo son porque se asemejan a cuando los niños están en el parque y juegan con el tobogán. Suben y luego bajan para volver a subir y así un km y otro. Tiene su sentido porque Galicia tiene más de ocho mil núcleos habitados, tantos como en el resto de España. Su división territorial: aldea, parroquia y municipio hace de esta tierra un entramado de localidades unidas por corredoiras o carreteras (casi todas mal asfaltadas) pero que se entrelazan entre si y justo cada una de ellas está detrás de una media montaña. Y siempre van del arroyo o el río hasta el próximo arroyo o río y delante esa media montaña que te va exigiendo un esfuerzo adicional de tus piernas para cambiar de ritmo. Pues estos 25 kms y medio entre Portomarín y Palas de Rei son así. Concellos o municipios tres…Portomarin, Monteroso y Palas de Rei…parroquias unas cuantas y aldeas ni se sabe. La Galicia rural tiene todos los aditamentos que precisa el caminante para disfrutar. Colores diferentes en cada época del año, eso sí dependiendo se si llueve o no. Y ahora hay sequía. Los gallegos están preocupados por esa falta de agua…árboles de toda índole…léase carballos, castaños, pinos o abetos. Por ejemplo en la etapa de hoy aparecieron los eucaliptos, muy comunes desde aquí hasta el mar. Ya nos extrañaba la tardanza. Pero también el Camino va descubriendo los vestigios de la Galicia celta, como por ejemplo el castro “Castromaior” en Portomarin o el Cruceiro  de Ligonde. Si nops ponemos así hoy pasé junto a un hórreo del año 1952. Nos miramos y los dos coincidimos “que buen año”. Con estas y algo de cansancio llegamos a Palas de Rei. Final de etapa. Allí casa Curro 38,25 € una pensión correcta, recomendable por sus servicios, pero algo cara si la comparamos con otros establecimientos de este Camino (tampoco hay donde escoger). Pensión completa (muy de casa) 9 €.  Puedes pensar que en Sarria un hotel de 4 estrellas fue más barato. Mañana hasta Castañeda, no es bueno plantearse ir hasta Arzúa.

Jueves 19 de enero de 2017

La mañana empieza con la tele puesta y viendo la que está cayendo lejos de Galicia y aquí sol, aunque con un frío atenuado…salimos de Palas de Rei con un -3 en el termómetro que si te fijas en la otra punta es una peli de risa. Las primeras luces nos cogen subiendo, como no?, el primer tobogán del día y es que a medida que nos aproximamos a Santiago vamos, como dicen aquí, “junto de” la N-457 o lo que es lo mismo la carretera de Lugo a Santiago que va pasando valles y “montañitas” que en coche son una broma, pero en “botas” a veces exigen.

En una de esos descensos nos topamos con un “vamos maños” escrito en una pared de piedra de una casa vieja. Te hace gracia como paisano. Luego lo piensas y dices, serás “jamelgo”, por aquí pasó un maño con spray, se lo podía haber metido allí…si has acertado. Para quitarnos el mal gusto del spray…en la misma aldea se alinean dos hórreos de los de verdad. Nada de ornamentales, dedicados por entero a guardar el millo de la cosecha. De ahí a la iglesia De Santiago de Leboreiro…que maravilla. Foto obligatoria. A su lado, unos gatos descansan al sol que más calienta pensando en que hay otros que se están mojando o pasando frío allá por el Levante, incluso por la Pitiuses…por cierto esta mañana mismo con un joven de Eivissa, bueno de Sant Jordi, comentábamos las inclemencias del tiempo en las islas… es el Camino.

Entre árboles de todo tipo, prados donde han aparecido las vacas y corredoiras secas “que extraño resulta hacer el Camino y no mojar las botas en el barro de Galicia. No dejar las botas al calor de los radiadores para que se sequen”, será el cambio climático?. No lo sé, pero que alguien me lo explique. Proseguimos hasta llegar a Melide…ergo hay parada obligatoria en La Garnacha y a probar ese pulpo a feira que todavía está en la olla…”pueden esperar cinco minutos? Pregunta el tabernero”. “Hasta los que quieras…descanso y pulpo para el caminante”. En Melide además del pulpo está la Caixa salvadora, porque por aquí eso de “puedo pagar con tarjeta?” Se estila poco…Y además “junto de” la iglesia de San Roque (admiren su portada) está el Cruceiro más antiguo y de los más bellos de Galicia, por el que solo se paran el 10% de los caminantes. Triste. Aún con el recuerdo del pulpo el Camino se para en la iglesia de Santamaría…ejemplo de románico gallego. Lástima está cerrada. Su interior encierra un compendio de este estilo arquitectónico. Y es que para la iglesia los de invierno no son peregrinos, son solo caminantes y hasta dios tiene derecho a vacaciones.

Menos mal que a pocos kms, apenas dos en un lavadero una señora de agárrate esos machos, a la que no le hace falta explicarle lo de la igualdad de géneros porque lo practica cada día. Lava los trapos de ayer en agua fría a -2 grados y con la alegría rebosando por los cuatro costados “puedo hacerle una foto?, le pregunto” Se ruboriza y acepta… Mientras en casa “los nenos” juegan con la play o ven dibujos de pepa pink en el Ipad. Si lo hacía su madre y la madre de su madre, por qué ella no…sus razones debe tener en esta época de lavadora y secadora digital.

Mientras no salíamos de la sorpresa del lavadero, un grupo de vacas “rubia gallega” claro, como si lo del asfalto no fuera con ellas van con parsimonia hasta el prado de al lado…rápidamente hacemos el vídeo correspondiente para inmortalizar este hecho extraordinario. No se si se habrán visto en Instragram, pero les resultaría cómico ver como algo que aquí es normal, allí es singular…

Y así transcurre nuestro Camino hasta Castañeda, 25 kms y medio de una etapa de gran belleza paisajística, arquitectónica y sociológica. Vale la pena el esfuerzo. Aquí estamos en Casa Garea a 35 la individual. Una de esas casas de turismo rural muy atractiva y con todos los servicios. Comida buena de circunstancias “huevos con chorizo” y hasta mañana.

Viernes 20 de enero de 2017

Penúltima de las etapas de este Camino desde León. Podría resumirse en “repetición de la jugada”. Como la de ayer. Incluso en distancia 25 kms 760 metros. Los toboganes parecidos. La vegetación parecida. Las aldeas, diferentes, eso si. Aquí hay más negocios dedicados al Camino…Pensiones, albergues privados, casas particulares adaptadas, chiringuitos de mucha y poca monta…todos cerrados excepto unos donde Albert ha encontrado una guitarra y durante unos minutos se ha convertido en “Carlos Santana”. Como era el único chiringo abierto, nos hemos encontrado casi todos los peregrinos de esta última fase…3 de Alicante, 3 de Corea, cada uno por su lado, 3 brasileñas…ya llevan días a su ritmo. Coca Cola de rigor y empanada de atún (estaba rica).

La anécdota del día también la ha protagonizado un perro, como en Villafranca del Bierzo…esta vez un callejero que se nos ha pegado al poco de salir y que con ciertos intentos de idas y venidas ha llegado hasta O’Pedrouzo final de etapa. El miedo era que en uno de los pasos por la N-547 el perro sufriera un accidente, lo cual nos ha mantenido en tensión casi toda la etapa. Pese a los intentos de una italiana (por lo visto ayer ya estuvo con “ella”) y de una coreana que le daba de comer, la perra después de saludarlas amablemente a lo suyo, a seguirnos. Ni siquiera un intento de dejarla a buen recaudo en un cercado ha servido para deshacernos de ella y alejarla del peligro de la carretera. Después de montar una estrategia militar para conseguir que entrara en ese cercado, con crucifijo incluido y cuando ya disfrutábamos de la victoria final…zas me giro y allí estaba la “señora” con una sonrisa apagada, como “qué os habéis creído”…La verdad es que ha venido a darle una cierta emoción a una etapa que no presagiaba ninguna…Aquí estamos en la Pensión Codesal de O’Pedrouzo a poco más de 18 kms De Santiago con algo de frío, pese al calor de hoy. Buscaros otro alojamiento…Comida y cena en Regueiro a unos 400 metros. Como otro más, es lo único abierto a poca distancia. Menú correcto a 10€, no se puede pedir más. Mañana el gran día, el Obradorio nos espera…

Sábado 21 de enero de 2017

Dicen que una de las mejores maneras de entender la emoción se consigue en el momento que traspasas el arco de Gélmirez en Compostela y al ritmo de la gaita que toca un artista ataviado con el traje de peregrino, llegas a la Plaza del Obradorio después de completar tu Camino…Allí la mirada se nubla (por muchas veces que hagas ese paseíllo), el corazón se altera, el estómago se encoge y buscas con tus ojos, el rostro de los compañeros. Llegas hasta el centro y allí está (no la puerta de Alcalá), la Catedral De Santiago, majestuosa (hoy envuelta en algún andamio reparador), pero trasmitiendo su parte correspondiente en toda la emoción que se siente en ese momento.

Luego vienen las fotos de rigor, el selfie que no sale “por favor nos la puede hacer usted” y así hasta que has controlado la adrenalina del final del Camino. Ya nada es como ayer al acabar la etapa…ducha, comida, siesta y todo lo demás para volver a empezar…Mañana empieza “otro camino” y ese también tiene su crónica, pero no esta.

La etapa no tiene mayor enjundia que caminar y llegar hasta el Monte do Gozo, donde se vislumbra un sky line de Santiago que ya no es el mismo que antes, porque difícilmente se ven las torres de la Catedral. El recinto cada día se va ampliando para recibir a todos los peregrinos que quieren pernoctar a poco más de 5 kms de Compostela. Luego a pasar San Lázaro y entrar en la parte antigua poco la calle San Pedro y la Porta del Camino…A la derecha el Palacio de Gélmirez, a la izquierda una de las puertas de la Catedral y amigo al frente la Plaza del Obradorio. No os voy a cansar con lo que significa esa Plaza.

Pero toda etapa tiene su particular historia y esta también. Se ha resuelto y con bien la trama de la perrita que nos siguió desde Ribadiso hasta O’Pedrouzo. La hemos encontrado sana y salva en una casa de A Bacoya, más contenta que unas pascuas y que se ha alterado al oír nuestros palos de apoyo y vernos…Esta familia la ha adoptado, ya ha comprobado que no tiene ningún chip y mientras esperan saber si alguien la reclama allí estará más que cuidada. Una gran alegría.

Pues con esto y otras cosas más hasta el 27 de marzo en Hendaya donde comienza una nueva aventura hasta Santiago y es que no tengo remedio, el Camino engancha…por qué? Eso no se pregunta.