PALERMO CIUDAD DE CONTRASTES
Después del aperitivo “Palermo” de ayer. Hoy tocaba un gran plato de esta ciudad de grandes contrastes, pero que enamora al visitante… El recorrido lo hemos empezado por el Palacio Real y el Palacio Normando (hoy cuartel militar) El Palacio Real merece una visita por su importancia histórica y arquitectónica donde se juntan normandos, árabes y luego el barroco final…Dentro, una muestra de la evolución de este importante palacio en la historia de Palermo y Sicilia. Pergaminos, libros, objetos y otros testimonios de los primeros reyes de Sicilia y los casi tres siglos de dominación árabe de esta ciudad (incluso en algunas calles los rótulos están en “siciliano” y árabe). Muy interesante. Luego el claustro del Palacio real, alguna carroza que otra, especialmente una del siglo XVIII, que menos aire acondicionado lo tenía todo (una obra de arte) De ahí a la Capilla Palatina (previo pago de la visita) Sencillamente impresionante…si o si hay que verla. El esplendor de sus pinturas y mosaicos bizantinos del siglo XII, otras del renacimiento y algunas ya más recientes le otorgan un valor muy similar a la Capilla Sixtina (no estoy exagerando ni lo más mínimo) Los vídeos y las fotos que podáis hacer en una visita no hacen justicia a lo que en su interior ven tus ojos.
Vuelta a la catedral (su inmensidad te atrae). Lo hemos hecho para visitar la tumba de los reyes de Sicilia…la cripta donde donde se enterraron arzobispos ycardenales, y el tesoro con La Corona de la reina Constanza…la cripta del siglo XII vale mucho la pena. Lo demás es historia. Cumplida la parte monumental de primera instancia…al mercado de Ballaró, dicen que el más auténtico de la ciudad (yo creo que todos los son) Mercado diferente…los puestos están en plena calle y se mezcla todo…verduras, pescados, carnes, especias, ropa, zapatos en un ordenado desorden. Llamadas de atención a clientes y turistas a voz en grito…ambiente de mercado con todo su sabor. Allí bares y pequeños negocios de street food por doquier que lo mismo te sirven un panini, una pizza o un frito de pescado. No te lo pierdas. Eso nos ha permitido callejear por otro Palermo…degradado, con palazzos que jamás recuperaran su estatus anterior…casas que hay que apuntalar y donde yo no viviría (al menos que la necesidad lo requiriese) Un Palermo distinto, pero donde también se mezclan iglesias con la misma sensación de decadencia que las casas (y es que iglesias hay un montón) Después de pasear por esas calles hemos vuelto a las otras…a la de los Cuatro cantones (una curiosa esquina donde se mezcla arte, monumentalidad e historia)…allí el monumento consta de una fuente, una santa y un rey en estadios diferentes. Marca realmente el inicio del centro histórico y es la unión de los dos Palermos. Visita obligada es la iglesia de la Martorana (donde las monjas inventaron el postre en el que reproducen frutas y verduras a modo de los que vimos en Erice) La iglesia reúne estilos arquitectónicos superpuestos, pero prima el bizantino, con un campanile de finales del XII que es una auténtica joya. Los frescos, algunos son del XVIII. Pero la parte importante son mosaicos y grabados bizantinos muy bien conservados, Unos de los más importantes del mundo. A su lado la iglesia de San Cotaldo, del capítulo De la Cruz de Malta, más allá la de Santa Caterina de Alessandria…en esa misma plaza la Fontana de Pretoria, otra joya en un área de 200 metros entre un monumento y otro. Desde allí seguimos hasta el puerto, concretamente en la zona de la Cala para comer un excelente plato de pasta nutrido con algunos frutos de mar (la con goles, por supuesto) Cansados, llevamos entre ayer y hoy más de 20 kms recorridos por esta ciudad de contrastes continuos, pero que te enamora desde el primer momento. Buscamos otra parte de Palermo…calles empedradas, palazzos a diestra y siniestra (uno enfrente de otro) casas desvencijadas, junto a hoteles de bella factura y así un buen rato. Incluso pasamos por una zona de juventud, cerca de la universidad. De esa que lo primero que dices “mira que baretos más monos” (normal con todo lo que hemos visto) Seguro que no conocemos ni la décima parte de una ciudad viva como Palermo, pero tenemos una pincelada que se nos ha grabado en la retina y que a buen seguro (como te sucede con Toscana) habrá que volver (pero por toda Sicilia) para “saber” algo más del enjambre histórico y la realidad que esconde esta isla. Interrumpimos estas crónicas de “Italia de punta a punta” por obligaciones sociales previamente adquiridas…el lunes a esta hora tendréis cumplida cuenta de nuestra visita a Monreale y Cefalú antes de cruzar de nuevo el estrecho de Messina.