ETAPA 19 MENCÍA ES BIERZO

Las oportunidades hay que aprovecharlas siempre, por aquello de que después no vale arrepentirse de los hecho si no lo has hecho…Con esa premisa hemos “comulgado” esta mañana en la “misa” del Camino…Apenas 10 kms desde Cacabelos hasta Villafranca del Bierzo en un “entreno con vistas” pasando por las viñas de Valtuille de arriba y de abajo. Lo demás se circunscribe a una historia repetida día a día…

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Lo importante empezaba después de llegar a Villafranca del Bierzo…taxi y a Corullón (localidad en la montaña berciana), allí está la Bodega de Descendientes de J.Palacios o lo que es lo mismo la bodega de Álvaro y Ricardo Palacios o al revés como más os guste. Si anoche fue la presencia de Raúl Pérez en la Moncloa (de infausto recuerdo) hoy ha sido la visita a esta bodega lo que ha marcado el entorno del Camino.

Primero foto de la bodega desde un mirador, no en vano la arquitectura de Rafael Moneo es de por si un motivo de visita. Luego a ver las parcelas de Moncerbal y de Las Lamas, una frente a la otra y tan diferentes a la hora de beber su vino…La explicación, la mineralogía del terreno y especialmente su diferente orientación a los vientos o a las inclemencias del tiempo marcan esa diferencia. Una apenas 3 ha y la otra no llega a 5 ha, lo que habla de su exclusividad.  Luego en el interior de la bodega y antes de que nos expliquen los procesos y veamos las instalaciones una mirada a la otra parte de la montaña y allí está “La Faraona” un parcela de apenas 0,550 ha que da entre 700 y 900 botellas de un néctar de mencía que poco o nada puede compararse a otro en la zona. La modestia de Iris (nos enseña la bodega mostrando una “fe ciega” en lo que allí se cuece) hace que clasifique ese vino como casi un Gran Cru francés…por favor…está a la altura de cualquier caldo sea de donde sea…

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Con esa visión uno se explica el por qué unos vinos valen uno y otros cien…en esas laderas entra solo la tracción animal…cada uva se cuida casi por separado, su elaboración requiere un mimo y una dedicación de personal cualificado que al final es lo que pone el precio…pero también lo pone el paladar del consumidor que atiende a la ley de la oferta y la demanda y en este caso el final es mucho.

Toda la construcción está dedicada al mimo del vino que para eso se ha hecho…desde las salas mirador desde donde se ven las parcelas hasta las salas de almacenaje…pasando por esa descarnación de la montaña que es capaz de dotar de humedad y temperatura adecuada a las barricas a través de un sistema de ventilación natural que aprovecha el aire exterior (yo no sabría explicarlo, pero existe). Depósitos de fermentación en acero y roble francés…un cementerio donde duermen las añadas…barricas nuevas para envejecimiento de los diferentes vinos, etc. Todo eso hace que hoy haya sido un día especial y el Camino cobre otra dimensión.

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Luego a comer en el Mesón don nacho como es preceptivo en Villafranca…una lujuria de vinos en sus rincones…la comida extraordinaria como podéis imaginaros…y para beber claro un Moncerbal del 15, un infanticidio, pero se nota que apunta maneras. Podría seguir relatando lo extraordinario de la comida y después centrarme en la cena, pero antes un paseo por Villafranca bajo una pequeña lluvia que presagia lo de mañana, porque el cielo está oscuro y muy pesado a esta horas…

Para cenar una frugal colación en el restaurante de La Puerta del Perdón, que es nuestro alojamiento junto al Palacio de Villafranca y al ladito De la Iglesia De Santiago que es realmente la puerta de esta localidad. Algo de pulpo y unas zamburiñas junto a una joya de Ricardo Palacios, Corullón del 99 la primera añada del proyecto de estos viticultores llegados por entonces al Bierzo y que han hecho de la uva mencía un elemento de culto junto a otros muchos (Raúl Pérez, que les ayudó en los comienzos a entender la tierra, la mencía y la climatología) han colocado al Bierzo en el mapa de los grandes vinos…

Mañana la gran incógnita: nevará a partir de la Portela o nos dejará llegar hasta O’Cebreiro inmaculados…