Como Villa de altísima alcurnia en el reinado de Isabel II, Olba, tiene su Iglesia correspondiente, allá por el 1650 se acabó de construir, aunque la última reforma se realizó a finales del siglo XIX, concretamente en el 1874. Consagrada a Santa Catalina, encierra la imagineria de rigor: Crucifijos de varios tamaños, todos muy venerados por la población, el Santo Cristo de la Pasión es su patrón y se celebra el 14 de Septiembre; una Virgen de los Dolores, que sale en procesión el 15 de septiembre, y San Roque y San Antón que junto a Santa Catalina presiden el Altar Mayor.
La iglesia parroquial es una obra barroca, de mampostería, con tres naves, cubiertas con bóveda de medio cañón con lunetos en la central y con bóvedas váidas en las laterales y el crucero; la torre de mampostería con dos cuerpos, el primero macizo y de gran altura, separados por imposta, la portada neoclásica tiene un orden de pilastras estriadas, con establamento clásico de triglifos y metopas, enmarcado por arco de medio punto, cuerpo superior con hornacina entre pilastrillas, rematado con frontón partido; conserva varios retablos neoclásicos (Siglo XIX) y la imagen dieciochesca de San Francisco de Sales.
Junto a la puerta de la subida al Coro y a la Torre del Campanario, se encuentra una pintura románica sobre madera (pintada a finales del Siglo XX) donada al pueblo por su ilustre paisana Encarna Pertegaz y realizado por el esposo de ésta, Paco, hoy personaje que frecuenta con asiduidad el pueblo, aunque residente en Barcelona. Como Iglesia que se precie, la de Olba tiene también el mausoleo de un personaje sonado en la historia de España. Allí yace por voluntad propia Don Francisco Tadeo Calomarde, ministro de Gracia y Justicia, que fue de don Fernando VII, mal llamado El Deseado, rey de las Españas, después de la Guerra de la Independencia.
Además existen puntos de devoción religiosa que se han convertido en lugares de visita obligada, como pueden ser la ermita de San Roque (romería el 16 de agosto). La ermita de San Roque, situada a 1 Km. de la plaza de la villa, accesible por pista (siglo XVIII) es una construcción popular de mampostería y sillería en esquinas, ventanas y portada con techumbre a cuatro aguas, cornisa de ladrillo y teja alternando, y pequeña; La portada tiene un arco de medio punto en cuya clave aparece el año 1724, dos ventanas laterales y otra sobre el arco, el interior está dividido
por un arco toral, se cubre el presbiterio con bóveda de cañón y la nave con bóveda arista.
La ermita de San Pedro (romería el 29 de abril) y el mosaico dedicado a San Antón (romería el 17 de Enero), son otros dos representantes del arte religioso del municipio. El camino entre la capital y los barrios de La Tosca, Los Pertegaces o Los Villanuevas por la Viñaza, tiene algunos puntos donde pueden venerarse la imagen en cerámica de santos y santas que, cuenta la tradición, eran lugares donde el viajero podía esperar algún remedo a su cansancio.
Es de obligado cumplimiento visitar las calles y callejuelas de la capital del municipio ya que se pueden observar los diferentes estilos arquitectónicos de todas las épocas de su existencia. Paredes en piedra labrada (finales del siglo XX), en la foto inferior.
Aderezados con ladrillo imitación al mudéjar (familias pudientes).Paredes en piedra autóctona rebozadas con yeso (segunda mitad del siglo XX), paredes en piedra autóctona y rebozadas con adobe (primera mitad del siglo XX), paredes en estucado de cemento, aderezadas con imitación a piedra labrada (finales del siglo XX, y tirando a pelín hortera). La necesidad hizo que se realizaran en su día algunas (pocas) obras con clara vocación de ciudad cosmopolita, o sea edificios divididos en pisos de aquellos de “Vendo piso y plaza de parking a buen precio” (que lástima).
Mención especial merece el Puente sobre el río Mijares que une la capital con los barrios de Los Moyas, Los Tarrasones y Los Tarragones. Construido en piedra caliza, seguramente a finales del siglo XIX, fue destruido por los efectos de la contienda civil, primero y por la gran riada de 1959 después.
Reconstruido con mayor o menor dignidad arquitectónica, es hoy un lugar de paseo para los lugareños, además de servir de paso al nuevo polígono de desarrollo de población (que no industrial) de Los Moyas. Allí se venera la imagen de Santa Bárbara.
Cerca, siguiendo el curso del Mijares hacia Los Tarragones, encontramos La Zu, típica construcción para embalse del agua del río que obligaba a un salto, lo que permitía su desviación hacia una acequia de riego, muy importantes para le economía del lugar a principios del siglo XX. De esta Zu, sale la Ceica del Molino, la mas ancha y la que riega una mayor extensión de terreno.
Observemos en la siguiente instantánea lo que ya era entonces.
En el río Rubielos, junto a la carretera que une Olba capital con la Estación de Rubielos, a un kilómetro y medio se encuentran dos acueductos, uno destruido y otro en perfectas condiciones, que sirven para llevar el agua de la ceica La Ceicuca desde la Zu de Los Pertegaces hasta los cultivos de la zona este del municipio.