CAMINO A LA BORGOÑA (LYON)

Hoy  dejamos Saint Remy de Provenze cuando está anunciado un festival taurino esta misma tarde con ganado de la Camarga, pero el programa  demanda una cierta seriedad.

Por la Autopista A-6 nos encaminamos hacia Lyon. Si no lo han vistado antes no se dejen en el camino Avignon, Orange y Chateauneuf du Pape (por lo del vino).

Al pasar a la altura de Montelimar observamos varios campos de lavanda en todo su esplendor…salimos por Montelimar Sur y a la búsqueda de esa belleza cromática que es la Lavanda y la encontramos. Fue la primera sorpresa del día.

La segunda el enorme tránsito en la A6 para ser sábado. Incluso con retenciones kilométricas, unos 14 kms antes del peaje de Lyon.

La tercera sorpresa de este día fue la propia Lyon. Desde la plaza de Bellecour hasta el final del recorrido.

Como buenos turistas tomamos un autobus para hacernos con una visión global de la ciudad y comprobar que merece una vista de al menos dos días y medio.

Cualquier calle de sus diferentes barrios, la zona de  la pequeña isla entre el Ródano y el Saona. Todo merece un recorrido detallado.

Los frescos en sus calles le da un tono diferente. Los proyectos arquitectónicos que no existen en otros lugares. La diversidad de transportes publicos. La monumentalidad de calles y plazas. Edificios históricos que entroncan con todos los estilos arquitectónicos. El Hotel de Ville, el Palacio de Justicia con sus 24 columnas. La Ópera, etc. Los edificios religiosos y finalmente la parte del teatro romano que te demuestra la larga historia de este cruce de caminos de las Galias.

Además la parte gastronómica que con Paul Bocuse al frente conforma un atractivo singular al que añadir al conjunto.

Si quieren hacerlo bien hay que llegar un mediodía, comer de turista en los alrededores de la plaza Bellencour y patarse la ciudad incluidos barrios durante dos días completos y medio más. Total 72 horas en Lyon para hacerse con una visión real, aunque parcial también. Vale la pena.

La siguiente sorpresa, esta nada agradable fue Cluny. Uno programa la visita a esta Abadía por aquello de que aquí comenzó mel “todo” del Cister. Y la realidad es que los libros de historia cuentan eso, pero que hoy la Abadía de Cluny no es más que historia. Poco o  nada queda de aquella del 910, poco o casi nada queda de la del siglos XI-XII y XIII. Que hay y mucho de la restauración del XVIII y hay que hacer funcionar la imaginación para situarte en aquellos tiempos.

Luego está Cluny como pueblo. Típico, pero sucio, muy sucio. No vale la pena ni pararse a tomar un café. No aporta nada. Esta es una visita suprimible.

Lo verdaderamente importante de este recorrido de hoy es Lyon, la lavanda en flor y los viñedos de la Borgoña. Pueblitos en carreteras remotas que te permiten alcanzar paisajes de autenticas postales. Chardonnais y más chardonnai para una auténtica lujuria de  vino…..

Nuestro alojamiento es en Le Clos de Facé en Macon, bueno a  un km del centro. Una casa rural a buen precio , 237 € tres noches con desayuno incluido. Trato Muy agradable. Habitación correcta, parking propio y una magnífica terraza estar. Ofrecen cena a 25 euros persona. Dónde está el truco…cercana a la autopista A6 y te puede molestar, aunque poco el ruido de los coches…