DÍA 2 EL VINO

EL VINO

Hoy toda nuestra atención estaba puesta en la visita a Logroño (nos venía de paso para llegar a Aguilar de Campoo) donde habíamos quedado con gente del vino (no podía ser menos) y con gente de Formentera (hasta ahí han llegado) Primero había que salir desde Bujaraloz a encontrar la AP2 que nos marcara el camino hasta el primer destino. Monegros en su máxima expresión. Por un lado la sensación de estar en medio de la nada. La otra, buscar la carretera adecuada (la Guardia Civil ha suplantado con éxito a Google Maps y a la falta de orientación del que suscribe) Más tarde la transformación de esta región, donde se decía que ni los lagartos querían estar, en campos de regadío (con mucho esfuerzo, entiendo) Pero que le da una imagen distinta a la que recuerdo hace más de 50 años, la primera vez que atravesé esta zona durante la mili.Ya encauzados hacia Logroño y desayunados, tomado el café en un área de servicio, el día se ve de otra manera. A eso del medio día llegamos y aparcamos a menos de 200 metros del centro-centro (el Espolón) A pasear por el Casco Viejo y por qué no; recordar que en 2010 y 2014 pasamos por aquí mochila a la espalda (bueno, Jacotrans). Todos los elementos más algunos nuevos…el puente de piedra, el puente de hierro, la iglesia de Santiago, las parejas de cigüeñas, etc. Nuevos, algunos grafitis, la terraza frente al Parlamento de La Rioja, el juego de la oca en medio de la ruta a Compostela. A eso de las dos y media a comer con los amigos y hablar de vinos, uno distribuye y otro tiene una bodega…comida en el Wine Fandango, coincidiendo el mismo dueño con Fandango de Formentera (por eso se llama así) Una anécdota, a las doce y media había algunas terrazas al sol llenas de buenos clientes (cervezas, vino, patatas a modo de aperitivo) Una ciudad que sabe vivir bien desde bien temprano (me dicen que aquí la gente vive un poco en la calle. Las distancias son cortas y casi todo trasciende en el centro) A las cinco en punto de la tarde, despedida de rigor después de una buena comida a base de verduras (estamos en Rioja) y unos pescados (rodaballo y besugo) de excelente presencia y mejor comer. De los vinos, dos, el Pacto blanco 2020 de López de Haro un buen coupage (me ha gustado en nariz y boca) y Estaladiña de Mengoba (excelente recuperación de una uva, estaladina, que se perdía) en definitiva una buena tarde con símil taurino en la comida y en la bebida. Lo mejor la compañía, habría que apostillar. Luego otra vez a la carretera hasta Aguilar de Campoo para empezar mañana una muestra de románico palentino hasta Moarves de Ojea (el pantocrator quita la respiración) Google dixit, dos horas y 24 minutos, cumplidos. Pero para llegar a destino donde pernoctar había un inconveniente…un túnel bajo un puente de carretera por donde no pasa la Holly…y aquí la “astucia” del conductor ha creado un problema que se ha resuelto media hora después tras diez kms extras por una carretera de esas de España vaciada y que no te lleva a ninguna parte…Finalmente hemos llegado sanos y salvos…lo que ya es una suerte. Mañana nos espera esta ciudad galletera, su castillo y Santa Cecilia, antes de seguir ruta. Parada en el parque municipal de autocaravanas donde hay unas cuantas. Una buena opción.