CAPITULO 3

Las ocho de la mañana nunca fue hora taurina, pero es buena para iniciar el Camino. Todavía es casi noche cerrada, aunque clarea sobre la Catedral de Burgos. Pegados al río Arlanzón que atraviesa la ciudad nos vamos hacia el Monasterio de las Huelgas y la Universidad de Burgos. Ya notas que estás en el Camino Francés por la cantidad de peregrinos. Hay momentos que parece una romería. Justo al comienzo nos despedimos (el franchutis y yo) de Paco y Vicente que suelen marchar a un ritmo desenfrenado, pese a su constitución física (chatos y rechonchos) pero que andan sobre los seis y pico en ocasiones. Nosotros nos conformamos con ese 4,3 a la hora que lo suyo nos cuesta. André ha dicho una gran verdad ¿Si nos pagarán por cada peregrino que nos adelanta, seriamos ricos en este Camino (y otros)? Después de superar la ciudad y sus afueras comienza el verdadero Camino por “caminos” y alejados de la carretera. Paisaje, teñido al ocre del otoño, cuando era verde en primavera. Quedan las últimas cosechas de girasoles, dedicadas al aceite, diferente al de las pipas “Churruca”. Pocos miran al sol, porque a estas horas de la mañana está nublado. Chino (aquí la mayoría son coreanos), chano entre conversación intrascendente, yo diría que referida a anécdotas de otros caminos nos acercamos a Tardajos, primer alto en la etapa. A eso de 0nce kilómetros, son las diez y media de la mañana y cae una coca cola (zero) y alguna que otra delicatessen de tienda donde hay de todo para el peregrino. Una cola de 12 minutos para llegar al mostrador y un lugar de descanso después del esfuerzo. Un plátano como postre después de un trozo de empanada de panadería y la consabida tortilla de patatas (sin cebolla) para el francés. Una llamada de Vicente nos alerta de que hay que parar en la ermita de la Virgen del Monasterio, donde una monja del convento de Carrión de los Condes te cuelga una medalla de la Virgen milagrosa y te bendice a lo obispo confirmando. Eso está pasado Rabé de las Calzadas. Hay que ver los murales social-religiosos de algunas paredes de esta población…a modo de grafiti urbano, pero con versículos de san lucas y mateo…poder de la religión en el Camino. De allí seis kms hasta Hornillos todos por camino y sin ninguna confluencia con carretera conocida. Vicente y Paco siguen hasta el final. André (franchutis) y un servidor prefieren retirarse a “sus” aposentos después de los 14 kms del ala…por hoy y siendo el primer día el esfuerzo está más que justificado…transporte mecánico y hasta el hotel rural el Sol, recomendable en un pueblo Hornillos donde no queda una plaza libre. Comida en Manolo (único bar) de mejor no hablar, vino perrelleiro con gaseosa y a la piltra hasta las seis y media. A esa hora reunión en la plaza del pueblo a los pies del gallo con monumento, misa de seis en la iglesia para peregrinos y cena a las siete y media (también en Manolo) de la misma calidad y apetitosa que al medio día. Se lo pueden imaginar. Después cada machuelo a su olivo. A escribir, ver el Barça y mañana a las seis y media vuelta al trabajo.