20,6 kms.
Salida a las 7,45 horas. Llegada a las 13,35 horas
Pasos intermedios: Liñares. Alto de San Roque. Hospital de la Condesa. Padornelo. Alto de Poio. Fonfría.Pasantes. Ramil.
Hay que hacer la salvedad que después de Llegar a Triacastela debes desplazarte a Samos para pernoctar.
HOTEL A VEIGA, inmejorable calidad-precio y excelente la comida y la cena. Muy recomendable.
La climatología ha determinado la dureza de la etapa de hoy. Prevista para 20 kms y una pequeña subida hasta los altos de San Roque y Poio para después descender hasta Triacastela. Se ha convertido en una recorrido exigente bajo la niebla, la lluvía y la nieve que ha embarrado un camino de por si difícil pero que lo único que hubira dejado de huella es el polvo del camino.
Hemos salido de O’Cebreiro con una niebla persistente que ha determinado la bajada hasta Liñares, primera aldea con una iglesia prerrománica excepcional. Allí la niebla se ha disipado con el fin de que pudiéramos hacer las fotos de rigor a la iglesia y al paisaje que se ve desde esa altura.
Por una pista forestal se sigue hasta llegar al alto de San Roque a 1270 metros. Una serie de toboganes, exigentes en algún tramo, se suceden. Allí la estatua de un peregrino medieval corona el alto. Después llegamos a Hospital de la Condesa allí hay otra iglesia prerrománica donde permiten sellar. La nieve ha hecho acto de presencia mientras el caminos se iba embarrando por momentos haciendo dificultosa la marcha de los caminantes.
El camino nos obliga a tomar el desvío hacia Sabugos y Temple. Después Padornelo, parroquia que alberga una nueva iglesia prerrománica. Al poco llegamos al alto de Poio, donde hacemos una parada obligada. Continua nevando. Por esta senda de barro y piedras (pizarra) llegamos a Fonfría y seguimos hasta O biduelo. Se agudiza aquí el descenso a Triacastela que en poco más de 6,8 kms será de 530 metros. Aldea tras aldea, Filloval , Pasantes y más tarde Ramil llegamos a Triacastela donde hay una capilla románica allí sellan la credencial. Ciudad de servicios al peregrino como tantas otras.
Partimos hacia Samos para pernoctar. Allí nos recibe su impresionante monasterio benedictino del siglo XII, reconstruido en diferentes ocasiones. Del siglo XII se conserva un escudo con la cruz Asturias y una portada de la capilla. Lo otro es siglo XVIII, neoclásico y reconstruido después del incendio de 1951. Habitan 15 monjes benedictinos y en sus paredes unos frescos contemporaneos sobre la vida y milagros de San Benito, Visita obligada. Al lado una capilla prerrománica del siglo XI muy restaurada. Esta visita nos permitirá emprender el camino a Sarria desde Triacastela por la vía de San Gil.
Publicado en Diario de Teruel
HABÉLAS, HAÍLAS
Las meigas no existen, pero habélas, haílas. Así se expresan muchos gallegos que desde el racionalismo interpretan la lógica dentro del contexto de las creencias. Y no es para menos si ustedes, como yo, hubieran recorrido los veinte y algo kilómetros que separan O’Cebreiro de Triacastela después de conocer de primera mano la previsión del tiempo de los sabios de turno a través de internet. Un 35% de posibilidades de que lloviera, decía. No contaban o no decían por prudencia que el otro 65% era que nevaría. Ignorantes hemos partido con una niebla que dejaba entrever no más de unos 20 metros. Al poco del alto de San Roque se han desatado las iras de los dioses o de las meigas, el cielo se ha abierto entre la bruma y los copos de nieve han teñido el panorama. Tanto que ni las “rubias”, vacas autóctonas han salido de sus establos. Paso a paso hasta muy entrado el camino después del alto de Poio, hemos sido objeto oscuro de los designios de unas meigas que nos vigilaban con cierto descaro.