EL ACEBO A CAMPONARAYA

25,6 kms

Salida a las 7,30 horas. Llegada a las 14,05 horas

Pasos intermedios: Riego de Ambrós. Molinaseca.Campo

Hotel Nuevo lugar en la N-VI justito. Precio barato, no hay nada más.

Agua, niebla y amenaza de nieve son las características metereológicas que nos despiden de El Acebo. Por cierto los de la Posada no cumplen con sus compromisos y nos quedamos sin cecina. Fotos de rigor a las calles y la iglesia de El Acebo. Caminamos primero por carretera y después por un angosto camino de pizarra, peligrosísimo pero de una belleza extraordinaria hasta Riego de Ambrós, nada descatable.

Por una senda que pone a prueba nuestra resistencia y destreza llegamos a Molinaseca un  pueblo ya más crecidito antes de Ponferrada, cansancio, parada y almuerzo. Antes ver el santuario de la Virgen de Angustias y el puente medieval del río Meruelo. Lo cruzamos por la Calle Real. Seguimos por la carretera en dirección a Campo, aunque de seguir por ella llegaríamos antes a Ponferrada.

Campos de frutales y especialmente de viñas nos trasladan al corazón del Bierzo. Una fuente romana, apartada del camino y la ermita de Santo Cristo son todas sus posibilidades.

Seguimos las indicaciones y pasando las vías y una ascensión nos llevan hasta el centro histórico de Ponferrada. La iglesia de San Andrés y especialmente el castillo de los templarios, muy bien consevado soin sus monumentos emblemátricos. Siguiendo las indeicaciones llegamos a la plaza d ela Encina, donde se encuentra la basílica dedicada la virgen del mismo nombre. Visita obligada. Bajamos pòr unas escaleras hasta el cruce del río Sil y allí empieza una camino de ciudad hasta llegar a una carretera que nos hace pasar por la construcción del futuro Museo de la Energía y dando una vuelta extraña a Ponferrada ir hasta Compostilla, que no tiene nada.

Seguimos a Columbrianos   donde destaca la ermita de San Esteban. Después Fuentes Nuevas y finalmente Camponaraya. Nada a destacar.

Publicado en Diario de Teruel

INDULGENCIAS

La reflexión de hoy está escrita desde el mas exigente respeto a todas las creencias y motivaciones que determinan el por qué alguien hace el Camino. Hago este exordio por si acaso. Esta mañana en El Acebo, a 1150 metros de altitud, algo más que Rubielos de Mora, llovía a cántaros y la niebla impedía ver más allá de 20 o 30 metros. Vamos un día de perros. El destino Camponaraya  a 26 kms. en pleno Bierzo, pasado Ponferrada, tenía según un paisano el mismo panorama. Aquí el Camino ya no es la alfombra de arcilla blanca que te guía por Tierra de Campos, aquí la pizarra se defiende agrediéndote en toda regla. Un río de agua que te moja botas, cala calcetines y empapa los bajos de los pantalones. Además te anuncia a cada paso que al siguiente puedes resbalar. Un compañero, francés por más señas, peregrino en este caso, con toda buena intención y ante el creciente número de dificultades y riesgos anuncia resignado “seguid que el Señor nos perdona todos nuestros pecados” y nos concede la parte de indulgencias proporcional al sacrificio. Lo que puede la fe.