Ayer dijimos que era una etapa sin historia…hoy por aquello de no decir lo mismo diremos que la historia la ha puesto Avilés y el hecho de ser Lunes de Pascua…porque sin esos dos elementos conjuntados esta etapa pasaría a los anales del “no se por qué la ponen”…
La primera cosa es el reencuentro del Camino con el mar después de dos etapas de pura montaña..Eso ya tiene un aliciente, pero no el suficiente como para atravesar dos núcleos urbanos de esa importancia.
Nosotros hemos hecho 23 kms justos, porque hemos obviado los cinco que cuesta salir de Oviedo…calles, asafalto y polígonos industriales son una mala mezcla para el peregrino con más de un camino en sus piernas. Por lo tanto poneros las pilas, porque luego a pesar de la experiencia llega Avilés y te lo vuelves a comer…aunque hoy ha sido más distraído.
La primera parte de la etapa tiene su gracia porque caminas por sendas asfaltadas y otras no, pero pasando aldeas pequeñas jalonadas de chalets con los consiguientes animales. No voy hacer de nuevo la lista. Subidas y bajadas, alguna de justicia como al llegar a La Miranda desde Llanera, primero por carretera y luego por el bosque. Bajadas como la que te deja en Solís. Entre estos dos puntos merece una salvedad animal y es el reencuentro con los burros…al final uno pregunta por la afición a la cría de burros que venimos viendo desde el inicio de esta Camino allá por el País Vasco…La respuesta de lo más sencillo, son animales domésticos que con tanta hierba no cuestan más dinero que dos desparasitaciones al año, pues nada a salvar burros autóctonos que hacen falta.
Antes de entrar a Solís un cartel: Avilés 11 kms…pues eso 11 kms de “bidegorri” que los asturianos no iban a ser menos que los de Portugalete que han construido uno también de esa distancia. Por ese andador aburrido vas pasando aldeas del ayuntamiento de Corvera…Solís, Nubledo, Las Vegas (no confundir), Villalegre, Los Campos y por fin llegas a Avilés.
Lunes de Pascua, festividad local y te encuentras una mesa puesta que ocupa toda la ciudad, vamos todo El Centro de la ciudad que no es pequeño…mesas y sillas y unos manteles de papel financiados por el Ayuntamiento. Algunos comensales sentados. Ya habíamos visto en las paradas de autobus de estas “bidegorri” a la asturiana, paisanos esperando el bus con bolsas y bebidas y comida dentro, pero lo achacamos a ese noble arte del pollo al ast de los domingos…
Pues no amigos se dirigían a la comida general de Avilés y por qué nos preguntamos al llegar esa zona peatonal. Sencillo, como en cualquier sitio que vas y ves una mesas puesta. A comer e intentar batir el récord Guinness de comidas en la calle, que hasta hoy tenía un pueblo mexicano con más de 9000 personas. Aquí hay inscritos once mil. Bueno once mil dos. Los dos somos “el franchutis y yo”.
Charangas dándonos la bienvenida…familias portando la empanada, la tortilla, alguna ensaladilla rusa…hasta picadillo hemos visto…luego cabrales, la peral, tres leches entre los quesos. Sidra, mucha sidra a cajas y todo en medio de un jolgorio que hasta daba miedo las consecuencias…Pues no…a poco de irse acabando la comida y mientras algun0os miles consumían el consabido gintonic y otros el aguardiente o apuraban las últimas botellas de sidra. Una brigada, númerosa eso si, de limpieza se ha encargado de ir recogiendo, mesas, sillas, manteles de papel y restos de comida en grandes contenedores…Ágiles y rápidos las chicas y chicos.
Visita plácida a Avilés, donde forman parte de su fisonomía las calles porticadas (hay que verlas). Los edificios decimonónicos y de principios del XIX. Casas solariegas de indianos donde se exhiben las banderas de los países que los acogieron durante la emigración y como no la fuente de Los Caños en San Francisco. La iglesia parroquial dedicada a San Nicolás de Bari, cerrada con motivo de esta fiesta pagana…La iglesia de Santo Tomás de Canterbury…una muy iglesia y otra en la Plaza Carbayo del siglo XIII que hoy en su puerta acogía el concierto de la DJ más conocida en Avilés y cuyo nombre no he sido capaz de aprenderme. Eso si ponía unas canciones que la inmensa mayoría de la juventud tarareaba.
A las ocho y media en el Ayuntamiento, bueno en la plaza un concierto de música celta a cargo de un grupo de gente muy joven que ha sido una auténtica gozada. Incluso una para baile que dos jóvenes ataviados con el traje típico (me suena a los festivales de Educación y Descanso) han interpretado siguiendo los cánones del folklore asturiano.
Cena en la franquicia de A Feira de Avilés, las hay en Oviedo y Gijón…Pulpo a lo Carballiño, lqacón y una orella que quitaba el sentido…regado por un Ribeiro malo de solemnidad…como he echado de menos un buen Agas do Tempo de la Bodega El Paraguas.
Dormir en Hotel Don Pedro en El Centro a 50€ la individual. Un pelín caro,k pero merece la pena.
Mañana Cudillero un sueño…