Olba, como la inmensa mayoría de pueblos cuyos habitantes emigraron a zonas industriales, es hoy un lugar de vuelta, vamos de veraneo o de citas esporádicas de fin de semana. De ahí que a lo largo de estos últimos años y sobretodo desde el amejoramiento de la situación económica de sus emigrantes, unido a coches más cómodos y mejores carreteras; la nómina de Festejos y Fiestas populares recuperadas se escalonen en el calendario para propiciar el regreso de algunos a sus orígenes y al desenfreno festivalero a otros, que cada uno cuenta la procesión según le va.
Pero en esta página de información daremos cumplida nota de las Fiestas, sus fechas y sus características, para que todo el mundo sepa dónde se mete y adónde va.
FIESTAS PATRONALES:
Se celebran entre los días 14 y 20 (19) de agosto, según la comisión que toca. Dedicadas a La Virgen y a San Roque, combinan todos los elementos que se le pueden pedir a unos festejos populares: Religión, Devoción y Obligación. Para religión Misas y procesiones. Devoción es igual a Toros y pólvora y la Obligación se la dejamos a Orquestas y Disco Móviles.
Misas, dos, una el día 15 en honor de la Virgen; lleva adjunta una procesión por el núcleo urbano. La otra es el día 16 en honor de San Roque y tiene una vistosidad especial. Desde la Iglesia se parte en procesión hasta la Ermita de San Roque con el fin de devolver la imagen del santo que se ha bajado anteriormente en la clandestinidad. Al finalizar el acto, sobre las siete de la tarde, en el camino, junto a la casa de los hijos de Pedro Bou (Caminero) se reparte la Caridad del día. Unos roscos de pan con anís, que dada la hora sirven de gustosa merienda, seca eso si. La tradición se remonta a una costumbre de los ricos del pueblo que pagaban a escote unos diezmos de pan para los peones de las distintas masadas que ese día se acercaban a rendir homenaje al santo. Hoy ya no hay peones, ni pobres entre los asistentes, pero se mantiene la fiesta.
Interesantes los cánticos de las dos Misas, aunque en la segunda es tradición que la banda: Unión Musical de Olba amenicen con sus notas la larga hora y media que dura esta ceremonia. Cabe destacar la dedicación de las mujeres de la Peña del Carretillo, del Botijo y alguna Boligana que otra en la limpieza y decoración de la Iglesia para tal evento. Hay que hacer especial mención de Encarna (Buscareta) por su buen hacer con las flores que encargan en Teruel.
Finalizado el paquete religioso de las Fiestas, podemos seguir con los diferentes actos. En el aspecto cultural, que como sabeis es pieza importante de todo evento que se precie. Desde a dos años a acá, se pronuncia un Pregón, más bien debido a la tolerancia y el perdón de un respetable que sabe como nadie aguantar tanta verborrea de un tirón. Escrito de la mano y con el bolígrafo del que suscribe este relato, y a petición de algún despistado en la lid de la escucha o de algún fiel a San Sonotone del oido sordo, paso a escribir con letra menuda los pregones que fueron dichos con voz clara y vestimenta rara, desde el balcón consistorial.
1999
Ilustres conciudadanos:
Vosotros y nosotros tenemos el honor y el orgullo de haber nacido o vivido en esta muy hidalga villa de Olba.
Repasando archivos y legajos hay solicitudes para vecindazgo o empadronamiento de personajes de la Historia Universal tales como: Carlomagno, Julio Cesar y el mismísimo Napoleón. Pero si me retrotraigo en el tiempo, incluso Adan Y Eva preferían Olba al paraiso, aunque no les dejaron.
Imaginaros pues, la suerte que tenemos todos nosotros, que por un módico precio, unas pesetillas de nada vais a ser partícipes de una Fiestas que para si hubieran querido, no sólo nuestros ancestros, sino mujeres y hombres que hoy son, nada más y nada menos, que el obscuro objeto de periodistas de las revistas del corazón.
Por poco más de 25 euros, vais a disfrutar del jolgorio, libertinaje y hasta algún que otro ruido o susto, que de todo tiene que existir en el menú.
Ya quisieran todas esas: las Mar Flores, Sofias Mazagatos o el propio Conde Lechio dejar el aburrido verano de Marbella y recalar en los taburetes del Chicuto o en el sofá del Callejón, ilustrándose con la muy sacra música de Los Heroes del Silencio o Los Centellas.
Música escrita para finos oidos que saben comprender el mensaje espiritual que se desprende de la mirada de “ese toro enamorado de la luna”.
Nacen hoy pues, unas Fiestas que son el fiel reflejo de la sensibilidad, la madurez y la experienca de esta Comisión (Yayu File) que ha sabido plasmar en hechos concretos los deseos de todo un pueblo.
Hay de todo, para todos, porque queremos que el nombre de Olba sea conocido allende los montes y mares, que incluso las gemelas de Elias sientan la envidia por haber llegado tarde a la celebración. Estas dos nobles descendientes de una estirpe de fino estilista en el manejo de “la soga” y “el cuchillo” te recordarán “in secula seculorum”, que vinieron felizmente a este mundo después de las Fiestas del verano del 99. Ojalá os sepan perdonar semejante desliz. (aprovecho esta referenia para recordarte Elias, que esta noche a las 12 tienes que embolar).
Nacidos y residentes en Olba, extranjeros y vecinos de otros lugares, que hasta aquí habeis llegado atraidos por la faa de nuestra peculiar idiosincrasia y nuestra sin par nobleza. Sed partícipes de estas Fiestas que hoy comienzan y darle rienda suelta a vuestros más escondidos, a esos recónditos e “incluso lascivos” deseos de ser felices, aunque sólo sea unos días.
Que luego llega la rutina, el mirar a nuestro lado y regresar a la cruda realidad de un mundo que nada tiene que ver con Olba y sus gentes.VIVA LAS FIESTAS DE OLBA
2000
Buenas tardes:
Es esta señoras y señores, la segunda vez que tengo el placer, el honor o la satisfacción o como quieran calificar a este alocución in mayoren, de dirigirme a un público entendido en eso de escuchar al hablador.
Se está convirtiendo en costumbre ver salir a kiki a este balcón y decir cuatro palabras en el bíblico sentido del término.
Hoy quisiera que este Pregón se entendiera en su justo sentido. Sin ir a buscar extraños o torticieros vericuetos muy alejados de la realidad que el autor quiere darle.
Permítname un exordio antes de entrar en materia: No son estas unas Fiestas iguales a las del año pasado, ni iguales a las del que viene. Y es que hoy falta entre nosotros la Tía Herminia. Demosle con nuestro recuerdo el homenaje que se merece quine supo criar hija e hijo y cinco nietos.
Y dicho lo que dicta el corazón vayamos pues a lo que manda la razón.
Es esta la historia de una Olba que resucitó de sus cenizas. Unas cenizas a las que por poco nos condena la avara política hidraúlica de la propia hidro, que tuvo la tentación, caciquil eso si, de quedarse con nuestro bienes y pertrechos a bajo precio.
Poco o nada podía imaginar aquel señor bajito, gordo y hasta sudoroso. Amo de su despacho y de su mujer despecho (por favor nadie se de por aludido), que en esta Olba hija del noble Mijares, había dos chicos, ricos por herencia y con mucha presencia, que estaban dispuestos a dejar piel y otros menesteres, para vencer a la tentación del capitalista. Puerta a puerta, José María y Javier o Javier y José María que tanto da, “ya que monta tanto o tanto monta Isabel como Fernando”. Supieron despertar la voluntad de un pueblo dormido que supo integrarse en su particular quimera y fundar esta Olba moderna, nacida de las aguas de una piscina y consagrada como no, a un San Usebio, borracho y pendenciero, que sabe bailar al son de la trompeta, un bombardino y un saxofón.
Fiesta pues, que es lo que nos pide el corazón. Abranse la botas, corra el vino, sea la noche nuestro desatino, despiertense los recuerdos dormidos de quienes hicieron de las Fiestas una religión, de los toros y cohetes una vocación y por qué no, del baile una obligación.VIVA OLBA-VIVAN SUS GENTES- Y SU COMISIÓN
Ahora vienen los musicales. De dos tipos, los de día y los de noche. Los primeros se circunscriben a la impagable actuación de la Unión Musical de Olba compuesta por profesores de percusión y viento, que consisten en pasacalles, sobre las nueve de la mañana algún día y sobre las 21 horas el resto. Un notable concierto en el entarimado de Plaza del Ayuntamiento, con la interpretación de piezas de compositores españoles del XIX y XX, centrándose en Pasodobles y alguna que otra jota. Realmente la labor del Maestro Rafael Villanueva es de mérito.
Pero, todo hay que decirlo, muchos son alumnos aventajados de quien fue maestro natural de este pueblo Don Salvador. Pero incluso él tuvo sus precursores.
También en las actividades de día puede incluirse el día 16 el Festival de Jotas. Aquí la plaza del Ayuntamiento se llena de sentimiento patriótico, no en vano la jota es canción de guerra. Y salen alguna lagrimilla y algunos pelos se ponen de punta, recordando los orígenes aragoneses de casi todos. Un conjunto de los muchos que subvencionan las instituciones aragonesas se deja caer por el pueblo y entre las jotas de picadillo, las de estilo y el cierre con Los Sitios de Zaragoza, siempre alegran a los maduros.
La noche es distinta según la fecha y la orquesta de turno. El 14 de agosto se dan por iniciadas oficialmente las Fiestas Patronales, con una orquesta de medio pelo que pachanguea desde las 12 de la noche hasta entradas las tres de la madrugada y que tras un descanso reparador desgrana su repertorio de modernidades, entre discoteca y canción del verano hasta que se cansan, sobre las cinco y media o seis.
El día 15 suele coincidir con la Fiesta de Disfraces y aquí no se repara en gastos. La orquesta la mejor, entre la variedad disponible, y las Peñas a agudizar el ingenio para conseguir sorprender al personal con los disfraces. La plaza llena, pasillo central para las comparsas y unos mejor y otros mucho mejor. Comienza el ritual del Pasodoble y las canciones veraniegas y sobre las cuatro cambia el repertorio, repetición de la jugada del día anterior.
El 16 se hace el baile del farolillo, también con una orquesta de menor entidad, pero con el aliciente de que ya se acaba la música. El programa calcado al del día anterior. Y hasta aquí la música.
El 17 de agosto, es un día diferente, contiene un poco de todo. Se inicia la tarde con la Fiesta Infantil: Disfraces, Juegos para los más peques y chocolatada organizada por la Comisión de Fiestas.
Sobre las ocho de la tarde, justo en ese momento que los gallegos denominan “Entre Lusco e Fusco” empieza el Toro Embolado Infantil. Un carretillo compuesto por rueda de bicicleta, cabeza de toro (cartón-piedra), yuguete pequeño y bolas de fuego pequeñas y lo más importante, con tracción humana. Es decir Elías, ya se citó en el capítulo dedicado a la Peña de El Pilón, corredor de maratones populares, consigue concitar alrededor suyo a más de 400 personas, entre peques, medianos y maduros para ver lo mejor de las Fiestas para los niños. En veloz y voraz carrera, como si de un toro embolado se tratara, persigue a todo lo que se mueva por la plaza. A los pequeños los respeta, a los lanzados los acosa y a los mayores (los lleva al Hospital). Pero conforman uno de los grandes momentos de la Fiesta.
Por la noche de ese 17 de agosto, previa puesta de barreras por los de siempre, que raro es ver a alguien más en ese trabajo. Llega lo más esperado del año en Olba. EL TORO EMBOLADO, con mayúsculas. La Fiesta de verdad. Ciudadanos de Olba, vecinos de los Barrios y Paisanos de los alrededores se dan cita para presenciar la Liturgia del Toro y el Fuego. A las doce en punto, es un decir, ya que en Olba es tradición embolar tarde, y después de los tres cohetes de aviso, el Toro, el animal mítico, sale por la puerta de la cárcel, con dos sogas y oliendo a adrenalina. Arriba, en la plaza, emboladores (Ismael, Paco, Fernando, Roger), emboladores aficionados (mejor silenciar sus nombres) y mirones de turno ven subir el animal en un concierto de despropósitos la mayor de las veces, pero con la emoción y el miedo fundiéndose en una sinfonía que nadie se atreve a componer.
Después del TORO EMBOLADO, sobre las dos de la mañana, empieza una nueva sesión de música, en este caso enlatada en CD-Rom o Cassette. Es la Disco-móvil del Frontón. Barra de la Comisión, cubatas a 400 y cervezas a 125 y la típica pachanga del comienzo y el havy metal del final. Total las siete de la mañana. Por cierto tanto en El Chicuto, como en El Callejón, las discotecas particulares de Olba, la noche también sigue. Buena música y mejor bebida.
El 18 tiene varios alicientes, el primero la Gran Comida de la Peña El Pilón, vamos casi todos en la piscina, con buen hambre se da cuenta, primero de los macarrones a la bolognesa para los niños, que son muchos. Cuando los más pequeños ya duermen, sale el melón con jamón, un primer plato refrescante. Y después la fideuá de Diego, un plato con mucho mérito, cocinado con amor y cierta desesperación de compradores, especialmente Marcelo. Diego siempre nos reserva unas gambas, por aquello de que no se diga.
Así llegamos a las seis, no es hora taurina, pero ya se sabe que en Fiestas todo está permitido. A esa hora, más bien más que menos, comienzan las vacas. Sesión de toreo de vaquillas, casi todas con cierta mala saña. A las siete treinta merienda y a las nueve a cenar, que a las 12 de nuevo empieza la Liturgia por excelencia. Segundo TORO EMBOLADO. Repetición de la jugada y todos con la ansiedad de que sea mejor que el de ayer. Eso si el toro puede ser malo, pero en Olba nunca está mal presentado.
Después nueva disco-móvil, mientras que en la plaza del pueblo, se reúne la gente de la pólvora. Hace su aparición, allá por las tres de la madrugada el tercer elemento básico que conforman las fiestas, los cohetes, que junto al cuerno y la música son las piedras angulares sobre las que giran voluntades, deseos y hasta algunos sueños.
El 19 de agosto, repetición de la jugada, eso sí sin comida de la Peña El Pilón. Esta vez el embolado se hace a las once y media de la noche, por aquello de los permisos. Después discoteca en el Frontón, la típica barra de la Comisión y reparto de premios de los diferentes concursos: GUIÑOTE, y otras modernidades que no interesan lo más mínimo.
Hasta aquí el desarrollo de las Fiestas Patronales de Agosto en Olba. Fuera, pero como un apéndice inseparable, el día 13 los jóvenes organizan una Verbena en honor de San Usebio, gran santo, monje benedictino, que tuvo a bien curar del mal de barriga a todo el pueblo mediante la ingestión de lo que quedaba de la cosecha de vino del año anterior, de ahí que se le reconozca su sapiencia en materia de botica y el poder medicinal del fruto de la vid. La historia pertenece a la leyenda popular, pero si nom es vero es ben trobato, que diría un sabido ducho en latinajos.
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