La mañana empezaba tempranera, por aquello de llegar los primeros a la Mezquita de Souleiman…la más grande de Estambul y a buen seguro que lo hemos conseguido…a la llegada estaban todavía los aspersores regando el jardín…una pareja rubia y con ojos azules lo que indicaba a ciencia cierta que venían de lejos y nosotros. Los prolegómenos de costumbre. Velo para las señoras, falda cubriendo las piernas para los que llevan pantalón corto y descalzarse obligatoriamente. Son las normas y el respeto religioso hay que respetarlo. Una vez dentro la magnificencia de la construcción diseñada por el arquitecto armenio Mimar Sinán, nos corrobora que estamos ante uno de los grandes monumentos del arte islámico. La cúpula y el conjunto arquitectónico consiguen despertar nuestra exclamación de admiración más que de sorpresa, porque ya nos lo habían contado. Todo el conjunto de la mezquita con sus edificios de servicios forma parte de la monumentalidad de este Estambul de hoy o de la vieja Constantinopla.
Nos quedaba la esencia del turisteo de esta primera parte de la visita a Estambul…el crucero por el Bósforo, claro. Un barco con pocos turistas, algunos de las antiguas repúblicas soviéticas de Asia…mirabas y europeos pocos, casi solo nosotros…Ah dos jóvenes o no tan jóvenes con la mitad de la cabeza cubierta con una gasa y esparadrapo. No han tenido un accidente, no vayan a confundirse…son operados de las clínicas de implante de pelo…las hay por doquier. Es una nueva fórmula de turismo para Estambul. Dicen que aquí te ponen pelo muy bien y a un precio de risa. Por eso hay un canal de oferta turística de “crecepelo” en el paquete entra viaje, hotel, operación y un paseo con “efigie extraña” por los monumentos y el Bósforo…Un completo que debe llamarse…La realidad es que estos aliens que se ven por estos lugares comunes son simples “implantados”, menos mal, porque el susto te lo dan.
Paseito en barco hacia el Mar Negro, no llegas no te preocupes…para arriba con frío viendo la costa europea y más tarde con calorcito bajando de cara a la costa Asiática…Algunos palacios como el de Dolmabahce u hoteles como el four seasons y el palace se muestran en todo su esplendor. Los dos puentes que atraviesan el Bósforo o el restaurante que fue objeto de un atentado y sigue allí como testigo de la barbarie…un té turco y fotos y más fotos para la posteridad y hora y media observando los dos continentes…En el lugar más estrecho del estrecho unos 700 metros de distancia, claro un puente…pero en ambas orillas dos fortalezas que se conservan para testimonio de las muchas batallas que se libraron entre civilizaciones por la conquista de Constantinopla…no me extraña conociendo la zona.
Después directamente al Bazar de las Especias…frente al Bósforo, bueno aquí todo está frente al Bósforo y sino frente al Cuerno de Oro…pero sabiendo que Estambul huele a mar. El Bazar de las Especias es otro punto donde se expresa la voluntad turística de esta ciudad…similar al Gran Bazar pero en pequeño y donde prima la venta del caviar y otras delicatessen. Además está rodeado de la máxima oferta en toda clase productos para su venta al por mayor…bueno si quieres al menor también, no nos vamos a engañar. Volveremos el sábado, hay que llevarse algo, aunque sea te de manzana.
A comer…en un lugar típico, en un sitio típico (frente al Bósforo, claro) y comida típica…resultado: excelente. Que bien se come en este país. Viendo lo que vimos luego no me extraña.
Sin más dilación al aeropuerto, 60 kms y más de una hora en la furgo, pasando por ese Estambul moderno donde las grúas están ya cerca del cielo porque se construyen edificios que más parecen escaleras hacia dios…hay ciudades con un sky line y esta tiene unos cuantos y le están añadiendo más.
Avión a su hora y nos vamos a Selcuk pasando por Esmirna…Primero te sorprende el aeropuerto, nuevo y faraónico…luego te enteras que Izmir en la costa del Egeo tiene 3,5 millones de habitantes…el metro a pie de avión, caramba. Otra vez a la furgo y por autopista (pedazo de infraestructuras) hasta Selcuk, unos buenos 50 minutos. Ah, pero lo mejor es el paisaje…primero trigo y olivos (no es sierra morena, pero), luego todo verde como para montar una cadena de “frutas y verduras”. Plantaciones inmensas de melocotoneros…y dónde va todo esto, preguntas al conductor…pues una parte importante a Rusia…me entiendes, Europa?.
La entrada en Selcuk fue deprimente…el hotel Saint John está en una calle cutre, en una parte cutre debajo del castillo…el hotel mejora la sensación…pequeño pero coquetón al estilo turco.
Luego sales y llegas a una avenida donde ya se parece a lo que espera de esta localidad y si sigues avanzando estás en El Centro casi peatonal y allí la tranquilidad te vuelve al cuerpo. Como es Ramadán las calles están casi desiertas, pero cuando se pone el sol y el altavoz de la mezquita indica que es la hora, los bares y restaurantes se llenan de gentes para celebrar el final del día…Comercios, bancos, restaurantes y la parte de conexión del siglo XXI con épocas anteriores especialmente la época romana ya que estamos a las puertas de Efeso o del templo de Artemisa a tiro de piedra y la que dicen fue la Casa de la Virgen María…una cigüeñas con sus polluelos rompen la puesta de sol y a cenar. Otra vez comida típica en un lugar típico (sin mayores pretensiones), pero las viandas de lo mejor.
Mañana amenaza lluvia y hay que seguir la vida del turista…