MARKINA-GERNIKA

Dicen que no hay quinto malo…se refieren a las tardes de toros de la mitad del siglo XX…pero esa es otra historia. La nuestra es que se trata de la quinta etapa donde las previsiones del tiempo daban  lluvia y no se han equivocado. Por fin en este Camino del Norte ha hecho aparición el agua y por lo tanto el “poncho” que hasta hoy estaba en el fondo de la mochila.

La etapa comenzaba en Markina, por cierto la capital de la cesta punta. De esta localidad han salido los más grandes de este deporte, poco conocido en España, pero de gran difusión en Florida, donde llegaron a coexistir 14 frontones y como dicen aquí “donde se ganaba dinero”, lo que pueden las apuestas. Aquí vive una de sus grandes leyendas Chino Bengoa, azote de los mejicanos y franceses (vascos) nuestros grandes adversarios.

Nuestra marcha empieza siguiendo la orilla del río a la espalda de las diferentes empresas del polígono industrial de esta ciudad.  Y sigues por sendas  pegado al río hasta llegar a Bolíbar …una localidad donde nacieron los antepasados del Libertador de Latinoamérica.  En su día 1959, Venezuela se volcó con esta localidad para poner de manifiesto los orígenes de Simón Bolívar. Un museo, la plaza principal del pueblo a su nombre. La construcción de las escuelas y no se cuantas cosas más, dicen por aquí. Lo cierto es que se respira Bolívar en Bolibar. Salimos hacia la carretera que va hasta Gernika y después a Bilbao.  En el mismo cruce comienzan unas escaleras (otra vez escaleras) y un camino empedrado, medieval dicen las guías, que en un ascenso continuado te lleva hasta el Monasterio de Zenarruza, donde siete padres benedictinos velan por el ora et labora. Entre los siete pueden conformar un milenio…los encontramos en la iglesia del monasterio a punto de cantar la hora tercia. Vale la pena pese a la edad de los postulantes. En la tienda sellamos, como no y con las primeras gotas…luego vendrán más y muchas más hasta mojarnos de verdad. Bajo el agua “purificadora” nos dirigimos a Munitibar, un núcleo habitado después de pasar por numerosos caserios diseminados en el monte. Como ayer nos “echamos al monte”.

Una salvedad importante en el momento de máxima precipitación nos encontramos con un descenso de justicia, paliado por unas escaleras de madera que lo hacen posible. Sin ellas hoy hubiera sido posible seguir camino a menos que utilices la carretera. Pasado el núcleo urbano y ya a poco más de 10 kms de Gernika seguimos la tónica de la etapa pero esta vez con sol. Como cambia el tiempo en la montaña en pocos minutos. Los que conocen el Pirineo saben de que va.

Sin más que destacar sobre las 15,30 horas y después de 23,1 kms llegamos a esta ciudad símbolo de lo que sucedió y nunca debió suceder.  El parque de Europa, su iglesia parroquial o la Casa de Juntas nos hablan de historia. Su museo nos cuenta lo que fue el bombardeo plasmado por Picasso. Hablando del tema, una persona afirma que  en Durango esos bombardeos alemanes durante la Guerra Civil se saldaron con más muertes que en Gernika…pero Picasso es Picasso.

Nos queda el Árbol, el viejo seco pero cargado de simbolismo y el nuevo junto a la casa de Juntas necesitado de ese simbolismo que le sobra al otro. Las futuras generaciones sólo sabrán de este último. Bienvenidas sean. La tarde explendida nos deja ver como cientos de niños y jóvenes juegan en los espacios abiertos al futbol y otras cosas.

Hotel Boliña, en pleno centro. 40 la individual y 50 € la doble. Muy correcto y limpio. La ducha de lo mejor…

La comida optima . La cena buena, pero solo buena. El bacalao al pil.pil  no va a ser un plato estrella, aunque se empeñen desde cocina. Todo muy correcto…..