La etapa entre Villaharta y Alcaracejos tiene, según todas las guías unos 38 kms, una barbaridad para quienes a una cierta edad hacemos el Camino…la tentación es dividirla en dos (porque cuentan las buenas lenguas que la primera parte es preciosa y la segunda también). Eso te obliga a aceptar dos noches en una de las dos localidades y confiar en Ángel para que te traiga y te lleve (dinero y más dinero, pero eso sería el mal menor en cualquier caso, estamos hablando de…). Lo peor de esta solución es: qué haces dos tardes y noches en Villaharta o Alcaracejos?…muy sencillo, primero dormir la siesta (prolongada) y después recluirte en el bar más próximo a pasar la tarde frente a la maravillosa programación de los 145 canales entre convencionales y Movistar…(como dice el francés, deprimirte),la verdad es que cuando preparé la logística de este Camino Mozárabe no me sedujo la idea…y todo esto para deciros que hemos empezado en el Alto del Calatraveño, junto a la escultura de Aurelio Teno… y después de 950 metros por la senda de la Loma hemos llegado al Camino con sus flechas y todo en el km 18…
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Desde allí por dehesas y más dehesas con la expectativa de ver a los cochinos en la montañera…La escenografía era la perfecta…vallas, encinas, verde que te quiero verde, tierra mojada y charcos como para que se revuelque el cochino…pues no, ni poniéndoselo fácil los hemos visto…un paisano que iba con señora y coche, arriesgando el todoterreno, bueno de esos de mentirijillas (pa que te lo creas, pero ten cuidado)…a la pregunta intencionada ¿dónde están los cochinos?…ha respondido con conocimiento o con dejarme ya, pesados…”unos en el matadero (claro finales de enero) y otros escondidos. A conformarse tocan, porque estar en Los Pedroches donde el plato “nacional” (vamos el pa amb tomaquet, de aquí) es el cochifrito y no verlos es una frustración que nos acompañará hasta que estemos ante su “divina presencia”.
La etapa, casi toda por un terreno de sierra es de las que nos acordaremos en próximos Caminos…eso si de Sierra, que significa toboganes lo que en argot del Camino, es una etapa “rompepiernas”, bajas cuarenta metros en nada y los vuelves a subir, cuando no son cincuenta…lo que exige un esfuerzo adicional y cambiante a todos tus músculos, incluidos los del cerebro “me caguen lá” (si con acento).
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La llegada por la ermita de San Sebastián te da la imagen de un pueblo con marchamo de Andalucía, blanco, luminoso a La Luz del sol, pero esta vez sin castillo…solo en el horizonte un gran silo que ha dejado el grano para convertirse en un centro termal…será la crisis…
Hospedaje en Hostal Cesar, correcto sin más, aunque después de lo de ayer nos parece casi un palacio. Comida frugal y con agua en Estefany…calidad-precio excelente. La cena repetimos el local, con aceite de primera y un lechón frito (el mejor hasta ahora) de ponerle un piso…regado con un Montilla de primera. El día no da para más…mañana la misma pregunta ¿dónde están los cochinos?…
