CAPÍTULO VEINTIUNO

Una vez en el km 0 de todos los Caminos, lo demás es un añadido, por aquello de no estar parados. La etapa de hoy, desde ese km 0 hasta Lires tenía un espíritu de campe quien pueda. Los “fórmula 1” (esta vez sin Isabel) han tomado el camino tradicional subiendo hasta San Martiño y desde ahí, en la primera bifurcación, han dejado el Camino oficial para desviarse hasta la playa del Rostro por una carretera secundaria. El pelotón de los torpes, siguiendo las indicaciones del taxista de ayer, con el fin de evitar los toboganes de la primera parte hemos desandado por la playa de Langosteira hasta regresar al camino cerca de la bifurcación. Hoy los móviles son milagros de la ciencia y la comunicación y rápidamente hemos contactado con los de delante, apenas nos llevaban 900 metros. Hemos caído en la tentación y de ahí a pasar por la playa del Rostro. Decisión acertada porque el paisaje era para recordar. Playa virgen (hoy) de más de un km, con olas de tres y cuatro metros, en marea baja, pero que era una verdadera fuente de fotos y videos. Después vuelta al redil en Pedris y de ahí por un atajo (tampoco tanto. Pero en esto Paco es ducho) hasta A Canosa y por fin Lires. Total 13 ,5 kms que tenían todo el atractivo de la Costa da Morte en plena efervescencia paisajista. A eso de las dos (todo el grupo, más la incorporación de última hora, Anna) a comer en este hotel LiresCa de lo mejor del Camino, con una gastronomía que combina lo tradicional con sabores de km 0. Nosotros (los ocho) hemos decidido la vía tradicional y dar cuenta de un cocido gallego (sobrante) con vinos de Ribeira Sacra (muy buenos, por cierto) Luego unos postres de creación del cheff con unas filloas rellenas de crema pastelera que merecen una repetición por la noche.

Cinco de los ocho (por rebajar tripa, que habela haila) hasta la playa de Lires, donde los testimonios gráficos recogen un intento de bañarse del bueno de Vicente, hombre de mar donde los haya. Se ha quedado en intento porque la ría de Lires desembocada con cierta corriente peligrosa. Mañana, último día de andar por estos andurriales gallegos da Costa da Morte y fin de fiesta en Santiago…pero eso mañana.