Todo empieza en el desayuno…algunos con huevos fritos, otros con tortilla viuda o con queso. Sandía (se nota que es la época, lo que ha adelantado el cambio climático) algún pepino mini y tomates como attrezzo a un queso fresco (de los de aquí) y un chóped de super de barrio de extrarradio. Por lo demás todo en orden, comentarios sobre ¿cómo has dormido? Respuestas de todo tipo, referencias a la almohada o al colchón y más tarde la ducha…nunca llueve a gusto de todos, aunque esta vez no había quejas, públicas al menos.
Saciada el hambre matutina, en comitiva hacia la prospección previa al shopping. En esas que de buenas a primeras nos topamos con el capitán de la goleta…abrazos a los señores (todos nos conocíamos) besos a las señoras (menos una, también se conocían) y además con alguna de ellas cierra los tratos para este y cualquier viaje (por lo del inglés) Café en comandita…grabarlo da para un sketch de José Mota o un chiste de Gila en sus mejores galas. De una comanda en riguroso idioma de Shakespeare podía aparecer en escena cualquier taza con algo dentro similar al café, pero con elementos extraños…en fin un desbarajuste con pronto pago y vuelta en liras turcas.
De ahí a recorrer la calle comercial, la única existente en Gocek…tiendas caras, con franquicias de las marcas de verdad, más caras que en Barcelona…y por entretenerte hasta que se haga la hora de la comida. Algunos (el que suscribe) encuentra algo que le interesa y en la vorágine compradora que exigen las vacaciones, cae un sombrero (que raro, pensarán los que me conocen) y una camiseta. Los amigos que se dejaron la gorra en origen pues a por la tapa calvas de rigor, no sea que el sol haga estragos en las neuronas por sobrecalentamiento. Un paseo obligado a por las dulces típicos, repaso a los precios de los bolsos de imitación (si es que los copian iguales o será que son iguales a precios de falsos. En jurisprudencia estaríamos hablando de duda razonable)
La comida frugal (sospechamos de un tentempié al llegar a la goleta) Mucha proteína entre la sombra de los árboles (el calor pegaba lo suyo) y a eso de las dos y media “chino, chano” hasta la goleta. Reencuentro con la tripulación (la misma del año pasado, más la hija del capi) saludos efusivos (los chicos se merecen toda consideración) y el tentempié correspondiente. Como no, sandia y un bizcocho con chocolate, indicado en las recetas de los diabéticos. Acomodarse en los camarotes. Asignados por riguroso sorteo, sin notario. Deshacer maletas. Estudio previo de los vinos para la cena. Comenzamos la andadura. La goleta emprende su travesía por los mares de la costa turca. Hasta una cala de abrigo para el primer baño, escribir esta crónica y hasta cenar y dormir. Tertulia y repaso a la zona de descanso (tumbonas, sofás y demás) y a eso de las cinco el primer baño de este periplo que acabará en Bodrum…Agua a la temperatura de apetecer el baño (tengo que decir, aunque parezca extraño, casi imposible de entender, he sido el primero en ”tomar las aguas”) Mientras se escribe esta primera parte…algunos hacen el aperitivo, juegan a la canasta y otros mantienen en espíritu del “dolce fer niente” que es de lo que se trata…la cena a las nueve. Antes primer episodio de “historias del pasado” o las “travesuras (gamberradas) de una mujer seria y cabal”. Oídas las más significativas, tengo que decir que yo en tiempos pretéritos donde había hecho méritos para ser “expulsado de la sociedad” de aquellos tiempos. Me quedé en un simple aprendiz de esta señora de aspecto bonachón e intelecto más que probado en su profesión, como en su “vicio” de leer. Risas y más risas, algunas de forma incontrolada. La cena, como esperábamos y con final de lubina pasada por la sartén (estaba buena) para darle proteína a las variantes de las ensaladas de turno. Si no tuvimos bastante con las “historias” de la señora en cuestión. Su partenaire, cual “abuelito cebolleta”” (por edad y condición) Se empeñó en amenizar la cena, el postre y la sobremesa…por lo visto aún siguen mientras se escriben estas líneas. Un día 2 que quedará en la memoria de los aquí presentes por la magnesia en el orinal…(imagínense, el momento y el lugar. Un internado de señoritas de bien)