ETAPA 1 OCHO Y UN PERRO

OCHO Y UN PERRO

Poco antes de las siete y cuarto en la puerta del Casual Gurea, en pleno casco viejo de Bilbao, al lado de la catedral de Santiago, de donde parten los caminos de aquí a Santiago. Ocho y un perro empiezan la aventura de este Camino Olvidado que nos llevará hasta Cacabelos para enlazar con el que viene de Roncesvalles. Por la margen izquierda de la ría, según donde se mire, una visita sin guía a esta capital de Bizkaia…el ayuntamiento…Deusto a la derecha y Guggenheim a la izquierda bajo la atenta mirada de la torre Iberdrola que no nos quita ojo. Sábado y muchos ciudadanos aprovechan para caminar o hacer footing en la zona. Luego la Ópera y más allá, a un tiro de piedra, el nuevo San Mamés, el museo que conserva gabarras y algún velero emblemático de este puerto. Antes el “viejo” puente de Deusto que abría su calzada para dejar paso a los veleros. La universidad de los jesuitas, cuna de los grandes economistas de antes y del futuro. Un Bilbao que conserva mucho de su ayer moteado con pinceladas de la vanguardia.
Dejamos la ría para adentrarnos en el camino hacia el interior de Bizkaia. La carretera de Balmaseda es la vía que utilizaremos hasta el final de la etapa en Gueñes, apenas 25 kms de desde donde partimos. Carretera con el paso a nivel de FEVE, común en estas tierras y pronto llegamos a Alonsotegi. Bueno casi tres horas después y a todo esto sin desayunar (el sábado abren más tarde los bares) Sorprende (al menos para los neófitos) la cantidad de ciclistas que utilizan esta carretera. Parecía el Tour de Francia por la cantidad. A esas horas se impone una de pìnchos y dejaremos el café con leche para otra ocasión. Seguimos ya por la orilla del río Cadagua hasta Sodupe…siempre entre el verde del País Vasco (como lo cantó Raimon) y por los bidegorri, son andaderos para peatones y ciclistas de corto recorrido. Antes los llamábamos “paseos del colesterol”. Pilí nuestra mascota-estandarte a lo suyo, pendiente de Natasha y Michel pero una esforzada más de la ruta. Animales de toda condición en este recorrido: vacas, ovejas (al estilo ideazabal) cabras, cerdos, patos, ocas, gallinas, un arca del Noé de campo. Polígonos con fábricas de fundición que fueron historia y hoy están como ejemplo de lo que fue una industria puntera en Euskadi y que son simples pinturas sin alma. Los últimos kms se hacen interminables para quienes hemos vuelto al Camino desde aquel Primitivo de enero del 20. Por fin, después de 24 más y algo más de doscientos metros llegamos a destino…Gueñes y aquí el Hotel del mismo nombre. Correcto en todos los sentidos. Calidad-precio ajustado y buen menú para el peregrino. Sin alardes. Una licencia, la de un buen Champagne traído desde Francia para celebrar el cumple de una de los ocho…francesa claro. Mañana amenaza lluvia y eso hace que preparemos la mochila sin el poncho salvador. Pero eso os lo cuento mañana…