6 DE NOVIEMBRE DE 2019

EL PESO DE LA HISTORIA

Ayer nos trasladamos a una tiempo que va desde los siglos IV antes de Cristo hasta los siglos IX y X ya con la comunidad cristiana de Ostia Antica (aunque la verdadera importancia estribaba en ver como vivían los habitantes del imperio romano o el propio emperador Adriano) Convivimos en unos kilómetros con una parte de una historia lejana, pero no por ello menos interesante. Hoy en Montecassino el peso de su historia está en la proximidad de la propia historia que atesora este Monasterio. En el siglo VI (la fecha está en internet, bueno en el 529) fue fundado por San Benito (los benedictinos) de ahí su importancia en el  devenir de civilizaciones futuras. El Ora et Labora, resumen de la Regla de San Benito, ha formado a generaciones de teólogos que dominaron el saber durante gran parte de la Edad Media. De ahí la gran cantidad de Papas de la Iglesia católica surgidos de esta Orden. Dedicados al estudio y a la propagación de la fe católica su expansión por toda Europa propició también un dominio económico y de gran influencia polìtica en una sociedad rural hasta el Renacimiento. No en vano en 1964, Pablo VI proclama a San Benito como patrón de Europa. Montecassino fue el origen de ese dominio en el medievo y eso que sufrió hasta cuatro destrucciones totales…la lucha contra los lomgobardos en el siglo VIII. La invasión sarracena en el siglo IX. Un terremoto en el XIV y la última el bombardeó de los aliados en 1944 para acabar con la resistencia alemana que impedía el paso hacia Roma…Los documentos gráficos y audiovisuales que se tienen de la batalla de las Seis Naciones, como se conoce la de febrero de 1944 son elocuentes de la destrucción total del Monasterio. Diez años más tarde  se acabaron las obras de reconstrucción financiadas por el Estado italiano y que reproducen de forma mimética, como era antes del bombardeo.

Visitarlo es obligado…Es la máxima expresión del “lujo” del arte sacro. Desde su grandiosidad (tamaño) hasta el contenido artístico no tienen parangón en todo lo que hemos visto en Italia…La cripta, donde se veneran los sepulcros de San benito y Santa Escolástica (hermana gemela de San benito y fundadora de las benedictinas) reúne esculturas, frescos, bajo relieves que por si solos ya constituyen un compendio de arte. En el conjunto de la basílica responde al poder económico y político de los benedictinos en el conjunto de la Iglesia católica.

De allí a Benevento.  Una ciudad que ha conocido diferentes dominaciones, samnitas, romanos, lombardos y finalmente en los dominios pontificios. Una de las zonas productoras de vino más importantes de Italia. Dicen lo que conocen estos caldos que hasta no hace mucho no tenían la calidad de elaboración que tienen hoy (de eso sabemos mucho en España) pero que actualmente están muy cotizados. La extensión del cultivo de la vid es impresionante (quizás porque el otoño deja imágenes de las viñas en tricolor). Allí los vestigios de las diferentes culturas se hacen patentes en el arco del Emperador Trajano, la iglesia de Santa Sofia del siglo IX o la de San Hilario del VII. Paseando por ella, un 6 de noviembre, bajo la amenaza de lluvia nos ha parecido una ciudad sin alma…vacía (eran las 12,30 y aquí a esa hora se paraliza casi todo). Poca gente en los restaurantes que estaban abiertos y solo la presencia de algunos estudiantes animaba el paseo.

Con todo esto completábamos una jornada corta con el fin de dedicarnos a tareas domésticas que después de quince días de Holly eran imprescindibles (sin entrar en detalle)

Pero lo realmente interesante a nivel de conocer el percal de los ciudadanos de esta parte de la Italia unificada (donde cada región es diferente) ha estado en el viaje de ida y de vuelta (Montecassino-Benevento-Pompeya) Lo positivo. La belleza del paisaje de otoño de este recorrido entre viñas y olivos con muchos pequeños núcleos en promontorios que parecían salidos de un belen navideño. Lo negativo. Si ayer lo de adelantar por el arcén nos pareció un auténtico disparate, lo que hemos vivido hoy en la carretera supera lo inimaginable (En Europa, incluso en el norte de Italia no es concebible una actuación así) Adelantamientos saltándose una doble línea continua…otros invadiendo el carril contrario obligando a esquivarlo para evitar un accidente con choque frontal. Nos ha pasado a nosotros esta mañana. Lo peor es que da la sensación que todo esto es normal en esta parte de Italia…dan miedo.

Y si esto no fuera suficiente. En la autovía que nos llevaba hasta Pompeya en cada uno de los descansillos se acumulaba una cantidad anormal de basura. Como si los ciudadanos de esta zona dejaran los desperdicios de casa en la autopista deliberadamente…Extraño, pero cierto.

Mañana, si el tiempo no lo impide (ya llevamos quince días de lluvia) estaremos en el Vesubio y en Pompeya. Buen plan, verdad?