CANCIONES EN PLAZA NUEVA 14/11/22

La mañana se presentaba difícil en Donostia. Lluvia en serio, lejos del sirimiri que permitiría una visita con paseo por la Concha y el casco viejo. Todo nos ha llevado al uso del coche para recorrer los sitios más representativos. Por supuesto el Kursaal de Moneo y seguir la senda del paseo nuevo hasta la retaguardia de la Concha con Igueldo y Santa Clara en primer término. La niebla no hacía presagiar una imagen clara de esta maravilla de paisaje. Pero con esas subimos hasta Igueldo a 2,50 € por persona (un atraco, simplemente) La suerte nos ha acompañado y ya se podía ver con cierta claridad la Concha, el casco viejo y Santa Clara desde el otro lado. De ahí hasta San Pedro, frente a San Juan estamos en Pasaia donde te cruzan de un lado a otro en menos de 45 segundos, por menos de 2 €. Reminiscencias de aquel Camino del Norte (primera etapa) en 2015. Unas fotos siete años después y seguir el Camino hasta Getaria, no precisamente andando…nos espera Astillero, un restaurante emblemático (hay otros, pero este es el que nos gusta…es la quinta vez) Allí unos entrantes: cocochas rebozadas (de escándalo) cigalitas fritas (de vicio) changurro de buey (no sigas por favor) Luego ese rodaballo a la brasa con sabor y textura que te devuelven a la realidad de una gran comida. Los postres (alguien dice aquello de “esto si es cuajada”. Cuanto daño hacen los preparados industriales) El paisaje pese a su belleza pasa desapercibido. De ahí hasta Zumaia. En el intermedio del recorrido una exhibición de surfistas en aguas del Cantábrico (nos sorprende una fémina que realiza el mejor de los ejercicios) Seguimos hasta Bilbao, final de etapa en el Arenal. Pensión en el Casco Viejo cerca del teatro Arriaga. A eso de las siete paseo por la zona previo a una sesión de “pintxos”…nos hemos quedado en un clásico “Café Bilbao-Casa Pedro” Una buena tortilla o una chistorra a la sidra…y algo más. Pero con ser importante la comida, lo especial ha llegado en un final inesperado. Allí tomaban un refrigerio los asistentes a la presentación del libro de Dolores Redondo, con la presencia de la autora, referido a Bilbao. Un grupo de Txpelarras (permítanme la acepción) deambulaban por allí y han pedido nueve “crianzas” suponemos que Rioja de a diario. Unas señoras catalanas (de Granollers, nos han confesado) de visita en femenino. Vamos un revuelo de gente. La edad, la hora y que hemos acabado con las cervezas, nos invitaba a una retirada a tiempo (lo que es una victoria) Pero en ese momento una melodía salía de las voces corales de los Txapelarras…a coro con canciones alusivas a este Bilbao en euskera y en castellano para entendimiento de aborígenes y turistas ocasionales. Allí nos han retenido hasta el final del concierto improvisado en la Plaza Nueva de este Bilbao de noviembre de 22.

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