ETAPA 25 REENCUENTRO

Las emociones son un sentimiento que siempre viaja por barrios y no puede generalizarse (excepto cuando llegas a la Plaza del Obradoiro donde la emoción es general para todos los peregrinos, incluso los churrimandigrinos, vamos los que empiezan en Sarria para que les den la compostela) Una de las emociones (particulares) es lo que se siente al llegar a O’Cebreiro , después de haber cubierto los 19 kms que te separan de Trabaledo (algunos empiezan la etapa en Villafranca, pero mis piernas ya no están para eso) y especialmente los ocho que te llevan de los 635 metros de Las Herrerías (As Ferrerías, según los bercianos) hasta los 1302 de la Iglesia de Santa María, aquí en el Cebreiro. De los primero nada que destacar, como no sea el paseo por la carretera hasta ese punto donde comienza una subida muy significativa en este Camino Francés. Peregrinos que te pasan (los jóvenes van a una velocidad supersónica y encima hablan por teléfono) Por cierto hacía días que les quería comentar la envidia (lo de sana es una falacia) cuando Bastien (del grupo de nueve más un perro) sube y sube hablando por teléfono y tu vas tirando de ti mismo, sacando el hígado por la boca y controlando el resuello para que te quede algo al final. La subida tiene dos tramos difíciles ya por corredoiras (al estilo clásico) la que te lleva a la Faba (aquí quedan 4 kms para llegar a la meta) y la segunda después la que te deja en Laguna (la última aldea del Bierzo) Esta vez con susto incluido por un grupo de vacas que de la mano del pastor buscaban la campa y yo de frente sin saber que hacer, mientras que el semental aprovechaba la confusión para hacer su trabajo (vaya vidorra que se pega el tío). Luego la ilusión por llegar puede con el cansancio acumulado de casi ocho kms de subida entre plácida, exigente o de injusticia plenaria. Con esas pasas el monolito de “está usted en Galiza”…foto de rigor para el recuerdo y los amigos y familiares (lo he cambiado para que no parezca una esquela) Ya empiezas a ser ese héroe que pretendías a la hora de anunciar urbi et orbe que te ibas al Camino (churrimandigrinos abstenerse de leer este comentario) Aplausos en el washap del grupo y demás sabandajas. Lo importante es que llegas hasta la iglesia de Santa María, siglo IX, la más antigua del Camino, con Imagen bizantina del siglo XII. Desde aquí empieza la parte final de tú Camino de Santiago y comienzas a plantearte el después de más de 30 días caminando, a colchón diario y muchos pensamientos en la soledad del paso a paso hacia Compostela. Ven lo que les digo de la emoción. Comida en el Hotel O’Cebreiro, caldo gallego (solo los fines de semana preparan el cocido y la cachucha) y algo de pulpo para celebrar que estás en la “tierra prometida”. Final de queso (de aquí) con membrillo y orujo (no podía faltar). Siesta, casi de pijama y orinal, y a la misa del peregrino a las siete en la colegiata. Misa a lo internacional y nuevas tecnologías (el cura marca los tiempos con móvil en la mano, todo con sotana de franciscano, que no ha cambiado desde el de Asís) Lecturas en …efectivamente lenguas de los que allí estábamos y ceremonia final con la bendición del peregrino. Jóvenes del Albergue y viejos del hostal. Creyentes y racionalistas juntos ante lo que significa el Camino en uno de sus puntos clave, O’Cebreiro.

Cualquier hotel, hostal o pensión vale aquí en la cumbre…lo importante está fuera…la emoción. Algo que nunca cuentan las crónicas de esta etapa. Es la quinta vez que subo esta cuesta de 8 kms y a pesar de que la conoces, que la memorizas, incluso prevés las dificultades, la noche anterior se duerme mal pensando en ella…¿qué tendrá?