A estas horas tardías de un domingo de noviembre puede ser un buen momento para escribir sobre la llegada a Granada (cuatro noches) y desde el mismísimo centro callejear hasta Carmela o los Manueles después de haber pasado por la calle Navas. Qué no entienden nada. Normal si no han estado en Granada o solo han pasado por la Alhambra, Sacromonte y el Albaicín sin ir más lejos.
Llegamos al aeropuerto puntuales (Vueling) taxi hasta el Gar Anat Hotel Boutique en un recodo de la calle San Matías. Tres estrellas a precio razonable en un casón del siglo XVI. Antiguo alojamiento de peregrinos (a su lado las flechas de Camino Mozárabe) Si vienen a Granada es una opción más que recomendable. A tiro de piedra de todo como verán en este primer paseo. Primero seguimos San Matías hasta encontrar la plaza de María de Pineda. Antes nos topamos con un callejón con bar de copas incorporado que nos lleva hasta una plaza de esas de la Granada secreta, pero que vale la pena. Allí la foto es la de una calle de lo más estrecho conocido, empedrada y el comentario que suscita a eso de la luz tenue de unos faroles es: “Aquí cualquier embozado de los de entonces te puede atravesar con el sable y no se entera nadie”. Llegamos a la plaza María de Pineda donde está el café Futbol, mañana para desayunar los primeros churros con chocolate. A eso de las ocho, porque a las nueve tenemos hora en la Alhambra.
Seguimos hasta Navas, calle de las tapas, por si acaso. Buscamos Los Diamantes (especialidad en pescado frito) y estaba cerrado. Plaza del Ayuntamiento, los Reyes Católicos, Plaza de Isabel la Católica y a por Carmela Auténtica a pies de la estatua de Tehudá ben Saúl ibn Tibón, filósofo judío del siglo XII. Cerveza como corresponde y la primera tapa generosa de ensaladilla. De ahí a los Manueles (enfrente) otra cerveza, otra tapa y una ración de pescadito frito (simplemente correcta) y final de fiesta…fotos nocturnas como corresponde a esta Granada de las Tapas.